El martes, el presidente de la Confederación Nacional de Dueños de Camiones, Juan Araya, y el líder de la Confederación Nacional de Transporte de Carga, Sergio Pérez, se reunieron -vía Zoom- con la ministra de Transportes, Gloria Hutt, y el titular de Trabajo, Patricio Melero. Era la primera reunión -cuenta Araya- sobre un tema que hoy preocupa no solo a los camioneros, sino a todo el transporte terrestre: la falta de choferes. Estimaciones apuntan a un déficit de 20.000 conductores. Un problema mundial: solo en Estados Unidos, la ausencia es de 500.000 choferes. Y en Europa se estima en 400.000. En Inglaterra ya han entregado 5.000 visas a extranjeros para manejar camiones, y los ejemplos se multiplican.
Hoy, las empresas tienen decenas de avisos de empleo en internet, incluso en LinkedIn. Y participan de todas las ferias laborales existentes para reclutar personal. “No hay choferes”, enfatiza un actor del rubro.
“La pandemia ha remecido el mercado laboral en diferentes aspectos”, señalan desde el Ministerio de Transportes. Explican que puntualmente en Chile el fenómeno tiene varias explicaciones, desde la migración para la creación de emprendimientos propios, hasta el tránsito a otras áreas productivas del transporte que ofrecen mayores beneficios. En el sector ponen también el acento en las ayudas a través del IFE (Ingreso Familiar de Emergencia). “Me han dicho que no quieren trabajar por eso”, asegura un empresario del transporte.
Para la cadena logística, “la situación es bastante crítica”, enfatiza el presidente de la Cámara Marítima y Portuaria de Chile, Daniel Fernández. Los camiones son un eslabón fundamental. “La falta de una buena operación de camiones se traduce en mayores tiempos de espera, costos más altos, mayor incertidumbre respecto del manejo de inventarios en productos importados e incertezas respecto de las exportaciones”, subraya. Ello, en instancias donde el costo logístico del país ya es alto, asciende al 18% del valor final del producto: el doble de las naciones Ocde.
En octubre de 2019, se canceló, además, el tercer turno de camiones hacia los puertos, lo que nunca más se reinstauró, agudizando la problemática. “Los camioneros no quieren exponerse a ser asaltados ni los choferes a ser amenazados y golpeados”, destaca Fernández.
Sueldos que ya superan el millón
El 94% de la carga del país se moviliza a través de camiones. Si bien antes la rotación de choferes para abarcar ese porcentaje estaba asegurada, pues -explica Juan Araya- existían peonetas que acompañaban al chofer y aprendían la profesión, ese complemento hoy no está. Lo que mezclado a temas de seguridad ha hecho que el déficit llegue a los 12.000 conductores en el sector camionero. “Faltan choferes porque no hay una línea de formación”, explica el dirigente. Añade que la mayor ausencia se ve en las rutas largas y en el sector de La Araucanía. Estos últimos conductores han optado por la minería: un trabajo más seguro y con mejores sueldos. Mientras en la zona forestal el sueldo bordea los $800 mil, en el norte asciende a $1,5 millones líquidos. En la industria aseguran que ya los salarios están en el tope.
Según el último anuario 2020 de la Organización Mundial del Transporte por Carretera (IRU) -con sede en Ginebra-, la ausencia de conductores tiene que ver, sobre todo, con la falta de personal capacitado y la ausencia de renovación: la edad media de los camioneros es de 50 años; los menores de 25 son menos del 6% en el mundo. Revelan que la zona más afectada es Europa, donde el 2020 el 20% de los cupos no se pudo llenar. China fue el país menos impactado, con una tasa de vacancia del 4%.
RM: 2.500 conductores menos
Según cifras del Directorio de Transporte Público Metropolitano (DTPM) entregadas por el Ministerio de Transportes, a septiembre el déficit de conductores de micro en la Región Metropolitana ascendía a aproximadamente 2.500 personas. A nivel país, esa carencia se proyecta en unos 8 mil conductores, los que se suman a los más de 12.000 que faltan para manejar camiones.
Un operador de RED -ex Transantiago- explica que la falta de choferes siempre ha existido. Sin embargo, ahora se ha profundizado. Con la pandemia, las escuelas de conductores que los capacitan cerraron, agudizando la baja, pudiendo llegar a un déficit del 30% en algunas empresas. Si en términos concretos se requieren tres choferes por máquina, en la práctica debieran ser 3,7, dado el ausentismo que se puede generar por licencias y vacaciones, y es en ese delta donde está el problema. Optan por otros rubros, indican en el sector. Un chofer de Transantiago, por ejemplo, gana en promedio $750 mil trabajando 6 días a la semana y puede llegar a $1,2 millones tras muchos años de trabajo, en instancias en que en la minería parten ganando eso, con turnos 7 x 7. “En general, el sistema ha presentado déficits de conductores (...), pero hemos visto que esto se ha acrecentado en los últimos años, por lo que se requiere motivar a los trabajadores a ver la conducción del transporte público como una alternativa”, explica el director de Transporte Público Metropolitano, Fernando Saka.
La gerenta general de la Asociación Gremial de Buses Interprovinciales, Internacionales e Industriales (ABI), Carolina Navarrete, explica que tras el estallido social se vio una migración en las labores de conductores a otros oficios, principalmente a emprendimientos propios. Además, producto de la pandemia muchas compañías contrataron servicios privados para movilizar a su personal, lo que generó una demanda excepcional para cubrir esas plazas.
Según Navarrete, el déficit total del transporte interurbano bordearía el 10% por empresa, sobre todo en los servicios de larga distancia. Hoy, las compañías pueden operar con una menor frecuencia, dado que la demanda de pasajeros continúa acotada y aún no vuelve a las tasas prepandemia. Sin embargo, temen lo que pueda ocurrir con la temporada alta.
Una de las principales empresas del rubro es Turbus. El gerente de personas y cultura de la firma, Gabriel Recabal, estima que para cumplir su plan de recuperación de corto plazo necesitan más de 250 conductores, cifra que podría aumentar si se avanzan a números de 2019. “Lo más complejo ha sido encontrar conductores para los servicios largos hacia el norte del país”, destaca. Y añade: “Para enfrentar este escenario, ha sido clave reforzar nuestros equipos dedicados al reclutamiento de conductores”.
A través del Consejo Superior del Transporte -entidad que reúne a varios gremios del rubro- han enviado cartas a parlamentarios y al gobierno para buscar una solución. El subsecretario de Transportes, José Luis Domínguez, explica que ya hay avances. Hoy la cartera trabaja en dos líneas. Avanzar en la homologación de licencias de conducir profesionales con extranjeros. “Ya existe un convenio con Perú y pronto será publicado, luego de ser aprobado en el Congreso, el canje de licencias de conducir profesionales y no profesionales con Colombia y Ecuador, lo que permitirá a los extranjeros provenientes de esos países que residen en Chile homologar sus licencias y así poder conducir automóviles, taxis, buses, camiones y maquinaria pesada”, destaca. Esperan ampliar eso hacia Argentina. Además, prevén elevar las becas vía Sence para formar conductores.
Manejar un camión requiere una licencia A5, mientras que para buses se pide una A3. Para obtenerlas se debe hacer un curso que dura hasta 230 horas, además de 20 horas de práctica. El valor en el caso de la A5 asciende a $1,5 millones.
Juan Araya cuenta que a la fecha se han entregado 3.500 becas entre locomoción colectiva y camiones. Y en marzo se darán 2.000 más. El problema -explica el dirigente- es que de las 3.500 personas que accedieron, sólo un 30% encontró empleo. El resto no tenía todos los requisitos para ser contratados por las empresas. Dado ello, el martes -dice- se reunirá con el Sence para acceder a las listas de quienes han hecho los cursos y poder orientar a las asociaciones gremiales de esas zonas para que los ayuden a emplearse, y así empezar a reducir el déficit.