El crudo análisis de Bloomberg sobre el manejo del coronavirus en Chile
Señalan que los resultados sugieren que el país "siguió el ejemplo de las naciones ricas solo para darse cuenta, una vez más, de que un gran porcentaje de sus ciudadanos son pobres".
Recordando que hace solo dos meses Chile era admirado por “su abordaje quirúrgico de la pandemia”, considerando las testeos exhaustivos y las cuarentenas por comunas, Bloomberg consigna que actualmente nuestro país “tiene una de las tasas más altas del mundo de infecciones per cápita y su ministro de salud, que alguna vez fue elogiado, se ha visto obligado a renunciar”.
La percepción sobre la estrategia llevada a cabo a nivel local cambió radicalmente en relación a la impresión que se tenía cuando en abril “el recuento oficial de casos pintó la imagen de una epidemia bajo control”. De acuerdo a la agencia de noticias e información financiera, “las evaluaciones iniciales sugieren que Chile siguió el ejemplo de las naciones ricas solo para darse cuenta, una vez más, de que un gran porcentaje de sus ciudadanos son pobres”.
El artículo dice que se trata de un reflejo más de la “desconexión” que existe entre el gobierno y la nación, de la cual ya se contaban con antecedentes, debido al estallido social del 18 de octubre. De esta manera, indican que en medio de la crisis, se vuelve a dar cuenta de esa distancia de "las élites, con educación extranjera que dirigen el gobierno y el resto de la sociedad”, de la que se han quejado durante mucho tiempo los chilenos, quienes no se sorprendieron cuando el ex ministro de Salud, Jaime Mañalich, señaló que "no tenía conciencia de la magnitud de la pobreza y el hacinamiento” que hay en Santiago.
“Si el gobierno va a tomar decisiones sobre un mundo que no conoce, entonces debería incluir a personas de ese mundo en el proceso de toma de decisiones”, señaló a la agencia Diego Pardow, presidente ejecutivo del grupo de expertos Espacio Público. “El problema con este gobierno es que simplemente se rodea de su propia gente”.
Según Bloomberg, el peso de la realidad cayó sobre los confinamientos selectivos, “que funcionan bien para los que tienen pero no para los que no tienen”. En ese marco, aseguran “que la lucha contra el virus en Chile parece haber sido víctima de los mismos factores que provocaron crisis en otros mercados emergentes: pobreza, hacinamiento y una fuerza laboral masiva fuera de los libros”, es decir, en la informalidad.
Destacan entonces que mientras que los ricos, que como en el resto de América Latina trajeron el virus cuando regresaron de sus vacaciones en Estados Unidos y Europa, han hecho sus cuarentenas en departamentos y retiros campestres generosamente espaciados, en Chile se ha aprendido dolorosamente que para muchos el quedarse en casa por un periodo largo no es una opción.
El testeo
En ese contexto, relatan que cuando la tasa de contagio escaló a más de 5.000 por día, el gobierno de Sebastián Piñera intentó explicar la situación con la hipótesis de que las altas cifras obedecían a los altos niveles de testeo. Sin embargo, aseguran que “eso no tuvo sentido ya que más resultados arrojaron resultados positivos: 30% de todas las pruebas para fines de mayo versus 10% en abril”.
La respuesta de la ciudadanía no extraña en esas circunstancias. Bloomberg comenta que ya ha habido protestas en las calles. “El caos se puede rastrear hasta el descontento entre los pobres ignorados y un gobierno visto como fuera de contacto con su gente”, indican.
Cites, edificios de gran escala sin áreas verdes, migrantes colombianos, venezolanos y haitianos y trabajadores informales, se cuentan entre los grupos expuestos a la pandemia, explican en la agencia. “Para estas personas, el gobierno no tenía una solución rápida para frenar el virus, proteger el empleo o asegurarse de que recibieran suficiente comida y asistencia”, se lee en el artículo.
Con el coronavirus desatado, el artículo dice que en el gobierno de Piñera, a quien describen como “un multimillonario y economista capacitado en Harvard”, está tratando de abordar el problema con el establecimiento de 130 residencias sanitarias y el paquete de estímulos de US$12.000 millones para aumentar los ingresos de las familiar más pobres y de los desempleados.
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