El economista Miguel Luis Amunátegui es el actual “dueño” de la TV satelital de Claro

Obligados por una antigua resolución del Tribunal de Defensa de la Libre Competencia, Claro deberá vender el negocio de televisión satelital para poder fusionarse con VTR. La integración ya está operativa, pero para la venta de esa unidad comprometió un plazo de nueve meses con la Fiscalía Nacional Económica. El plan incluía, además, que para el traspaso de la televisión satelital de Claro habría un agente fiduciario que operaría el negocio, sin intervención de Claro ni VTR, en ese lapso de tiempo. El escogido fue Miguel Luis Amunátegui García-Huidobro, un economista de la Universidad Católica, director de empresas y banquero de inversión chileno que ha tenido una larga experiencia en fusiones y adquisiciones en el rubro de las telecomunicaciones.

En un mercado de casi 3,4 millones de conexiones alámbricas e inalámbricas, la televisión satelital de Claro representa el 6% de la industria. Y ese negocio es el que maneja hoy Amunátegui. Pero no solo es un gestor que buscará compradores. En realidad, es su dueño en propiedad: Claro traspasó la titularidad del negocio al economista.

Lo reflejan las escrituras del negocio, registradas en la 48 notaría de Santiago. El 5 de octubre, el mismo día en que la FNE dio su venia a la fusión, Claro realizó varias modificaciones en la sociedad Claro DTH SpA, creada en agosto. A esa sociedad transfirió los activos ligados a los servicios de televisión satelital, cuyas siglas en inglés son DTH (Direct To Home) y el 5 de octubre aumentó el capital a $ 29.159 millones. El accionista entonces era Claro Comunicaciones. Pero otra escritura de ese mismo día reflejó el cambio final: Inversiones DTH SpA aparecía ahora como el único accionista. ¿Quién es su dueño? Miguel Luis Amunátegui. El 14 de septiembre, su sociedad M.L. Amunátegui había creado Inversiones DTH, la nueva dueña de la TV satelital de Claro. Técnicamente, es el propietario en plenitud, dice un especialista en estas materias. Pero en una suerte de trustee: es decir, Claro le otorgó, mediante un contrato, el dominio de la empresa, pero a su vez, el mandato para venderla en el mercado de telecomunicaciones local.