De desafíos grandes, Juan Pablo Uribe sabe. Fue ministro de Salud colombiano entre 2018 y 2019, cuando le tocó sanear la deuda del sector público de salud y darle liquidez, y desde marzo de este año, mismo mes que explotó la pandemia del coronavirus en la región, asumió como gerente general de clínicas y prestadores de Banmédica para Chile y Perú. Este holding es controlado por la norteamericana UnitedHealth y en nuestro país tiene una participación de mercado de 20,5% y de 30% en Santiago, medida en número de camas, siendo las clínicas Santa María, Dávila, Vespucio, Biobío y Ciudad del Mar sus principales centros. Las dos primeras clínicas, más los centros ambulatorios VidaIntegra, les significan a la red de prestadores de Banmédica en Chile en torno al 75% de sus ingresos.

Médico cirujano de profesión, Uribe no ha podido trasladarse hacia sus oficinas en Santiago por las restricciones de viaje. Hacerse cargo de su nuevo puesto ha sido un doble desafío, debiendo estar cien por ciento conectado desde su natal Medellín.

Con un “quiubo” o “avemaría”, Uribe desde un inicio -en su primera entrevista en el cargo con Pulso Domingo- hace notar su estirpe paisa. Con mucha sencillez entra en materia y detalla que desde fines de marzo las clínicas de Banmédica, debido a la adaptación de sus instalaciones para la emergencia del Covid-19, y a la baja demanda por otros servicios ajenos al coronavirus a causa de las cuarentenas, han sufrido una sustancial caída en todas sus actividades electivas.

“Todas las prestaciones ambulatorias han tenido un descenso -comparado con meses del año pasado y los previos a la crisis sanitaria- del 50%, y en algunos centros médicos la baja ha llegado a ser mayor al 80%. En las cirugías electivas el descenso ha sido del 40%”, reconoce.

Si se desglosa por los centros más emblemáticos, Uribe resalta que la Clínica Santa María ha tenido una baja en todas las prestaciones electivas ambulatorias que alcanza el 75%, mientras que en la Clínica Dávila las cirugías en tiempos de Covid han caído más del 50%. “Ninguna clínica se ha salvado de esta reducción significativa de todos los servicios ambulatorios y hospitalarios no ligados al Covid”, señala.

Los centros de Banmédica ubicados en la Región Metropolitana fueron más afectados que los de regiones en estos últimos cinco meses, cuenta Uribe.

“El descenso de la actividad en algunas comunas fue superior al 80%. Ninguna institución de salud se salvó del impacto del Covid”, acota Uribe refiriéndose a la red de 14 centros médicos ambulatorios VidaIntegra que mantienen en Santiago. Algunos de estos lugares fueron destinados en estos meses de pandemia a tratar solamente a pacientes con coronavirus, aunque Uribe destaca que esta especialización está terminando: “con el descenso muy importante y esperanzador que ha tenido la pandemia en la Región Metropolitana, hemos podido reabrir los centros para patologías distintas a las respiratorias”.

Hacia adelante, el también exgerente de Salud del Banco Mundial para Asia Pacífico, prevé que “sólo una vez que hayamos transitado estos próximos 12 o 18 meses, podremos revisar las cifras de proyecciones de crecimiento importantes para el sector”.

El impacto económico

El exministro sostiene que en Banmédica han podido sortear esta pandemia con esfuerzos propios: no se han acogido a la Ley de Protección al Empleo, no han rebajado sueldos ni han despedido al personal, que bordea los 12 mil colaboradores. “Eso sí, hemos mirado muy bien cuál es el rediseño de los procesos de atención que tenemos que hacer y cómo tenemos que innovar ante una demanda que cambió. Antes de marzo no ofrecíamos telemedicina, y ahora en menos de tres meses hemos sobrepasado las 40 mil atenciones a distancia”, subraya.

“El impacto del Covid representa alrededor de $ 40 mil millones de menores ingresos, y pérdidas acumuladas por $27 mil millones en las clínicas de Empresas Banmédica”, reconoce el médico, quien agrega que “este 2020 va a terminar siendo en términos de resultados financieros, actividades asistenciales y productividad, un año de menores cifras que 2019. Esperamos estar cerca del 80% de actividades asistenciales respecto a un año basal, la caída en los resultados financieros podría ser más baja a ese porcentaje”.

Explica que tras un segundo trimestre en que sus costos en el área de clínicas aumentaron un 30% en relación al primer trimestre, “en estas semanas se está empezando a ver una recuperación de la actividad quirúrgica y ambulatoria, en una muy buena articulación con el gobierno y el Ministerio de Salud. Hemos podido volver a ofrecer servicios más allá de las atenciones respiratorias de pacientes Covid. Tenemos la esperanza de poder mantener latente esa capacidad intensa de respuesta crítica respiratoria que desplegamos durante la crisis y, al mismo tiempo, recuperar en este segundo semestre el acceso y la atención a miles de pacientes que han tenido otras necesidades en espera”.

Además, sostiene que están preparados para posibles rebrotes.

Detalla que desde marzo han invertido más de US$ 20 millones en recursos que les podrían permitir volver a montar la capacidad de cuidado crítico. “Nos fortalecimos en ventiladores, cánulas nasales, fármacos, más áreas de camas críticas, telemedicina y en el equipo asistencial, donde hemos tenido que redoblar los esfuerzos en cuidar a nuestros profesionales de la salud en hoteles sanitarios, donde pudimos proteger a cientos de nuestros trabajadores de contagiar a sus comunidades, para que puedan seguir sirviendo”, dice Uribe. Además constata que han estado tomando alrededor de 1.500 PCR diarios y que casi triplicaron el número de camas de cuidado crítico e intensivo, donde llegaron a tener más de 220 ocupadas con pacientes Covid-19.

El ejecutivo colombiano evalúa que “Chile dio un gran ejemplo al poder articular una respuesta público-privada en la parte más intensa de la pandemia. Nosotros nos articulamos completamente a esta única red asistencial para servir a todos los ciudadanos indistintamente, y así hemos atendido a 4.100 pacientes hospitalizados Covid, de los cuales el 53% ha sido Fonasa, y el 25% de ellos necesitó cuidados intensivos y ventilación mecánica. Hemos sido parte de la solución pública-privada y las cuentas de Fonasa están siendo tramitadas en los procesos normales y con los tiempos habituales. No tenemos reparos”.

Chile como ejemplo en la región

No todo son cifras en esta crisis. De hecho, Uribe manifiesta que “es importante destacar el inmenso compromiso de todos los colaboradores de salud en este reto tan grande. Hemos perdido a ocho de ellos. Hemos sufrido como toda la población la amenaza del virus y del contagio. Cerca del 12% de nuestros colaboradores se ha contagiado del virus, pero a pesar de eso, 24 horas y siete días a la semana no han parado de prestar servicios a pacientes críticos en condiciones muy difíciles, y merecen un reconocimiento y agradecimiento de todos”.

El nuevo responsable de las clínicas de Banmédica no sólo se saca el sombrero por sus trabajadores, sino que por la respuesta sanitaria a esta crisis que ha dado nuestro país.

“Un elemento importante a destacar es que la respuesta de Chile ha generado un aprendizaje muy útil para los países de la región. En el caso de Banmédica, gran parte del esfuerzo que se ha hecho en Chile ha servido para anticipar temas que por la curva epidemiológica llegaron después a Perú y Colombia. Por ejemplo, destaco del modelo chileno la importancia de acompañar al personal de salud en su protección personal intrahospitalaria y de movilidad a su hogar; la importancia de adecuar procesos logísticos en la llegada y flujos de urgencia, e incluso hasta las mismas morgues hospitalarias”.

Otros tópicos donde Uribe erige a Chile como ejemplo en esta crisis es en “cómo se presentó la curva de contagio en el país y la respuesta articulada entre el sector público y privado como única red que lideró el gobierno. Ello, además de este testeo masivo proporcional a su población y que es superior al de la mayoría de los países de la región, a lo que sumaría también la trazabilidad de ese testeo en regiones e incluso en comunas”.

De cara a una próxima reforma de salud que aún no avanza en el Congreso, el exministro si bien dice que no está familiarizado completamente con el sistema chileno, adelanta que “es clave que en un sistema de salud esté presente la integración entre la atención primaria y la ambulatoria”.