La proyección del Fondo Monetario Internacional de octubre de 2019 sobre Chile, en la que apuntaba a un crecimiento de 3% para 2020, luce cada vez más lejana. En un informe de enero, el organismo integró a sus previsiones el golpe que propinó a la economía el estallido social, recortando sus pronósticos hasta 0,9%, pero faltaba lo peor.

En su reporte de hoy se incorporan los efectos del coronavirus, con lo que la estimación de expansión nacional se vuelve a recortar, hasta pasar a terreno negativo, con una contracción de 4,5%, superior al rango que hasta ahora maneja el Banco Central, de entre 1,5% y 2.5%.

El desempeño nacional más débil desde 1983, cuando en plena crisis la economía del país cayó 13,6%, se da en el contexto de “El gran cierre”, nombre que lleva este World Economic Outook (WEO), en referencia a las cuarentenas totales o parciales que han paralizado la actividad en pos de la contención del COVID-19, fenómeno que genera un “incertidumbre extrema” respecto a las proyecciones, según reconoce el mismo Fondo.

Nadie se salva

La pandemia infringe un feroz golpe a los pronósticos de crecimiento global que el FMI manejaba a principios de año, con una merma de 6,3 puntos porcentuales a esa previsión, hasta dejarla en -3%. Aunque esa cifra se basa en el supuesto de que el virus se contenga de aquí al segundo semestre, ya se trata de un retrocedo más amplio que el de 0,1%, registrado en 2009, por efecto de la crisis financiera.

En este escenario, las reducciones de las estimaciones han sido absolutamente generalizadas. Entre las mayores economías planetarias, los recortes más severos son los de 9,7 pp que el FMI aplica a las economías de Italia y España, para las que ahora se anticipa contracciones de 9,1% y 8%, respectivamente.

En el caso de Estados Unidos el recorte es de 7,7 pp hasta -6,1%, en Alemania de 8,1 pp hasta 7% y en Japón de 5,9 pp hasta 5,2%. Por su parte China lograría resistir en terreno positivo tras el recorte de 4,8 pp. Sin embargo, su crecimiento de 1,2% calificaría como el más bajo por lo menos desde 1980, año desde el cual el FMI ofrece registros.

América Latina también cae en el socavón, que incluye una contracción global del comercio de 11%, anotando una descenso de 5,2% en su PIB, con la actividad de Brasil y México cidiendo 5,3% y 6,6%, respectivamente.

Después de la tormenta, la calma

Con estos números, el FMI no deja lugar a dudas respecto al virulento efecto del COVID-19 en la economía mundial, pero el organismo es igualmente claro respecto a sus esperanzas de un repunte para el próximo año. “En un escenario de línea de base, que supone que la pandemia se desvanece en la segunda mitad de 2020 y que los esfuerzos de contención se pueden deshacer gradualmente, se proyecta que la economía mundial crecerá un 5,8% en 2021 a medida que la actividad económica se normalice, ayudada por el apoyo de políticas”, se lee en el informe de 37 páginas.

En este optimista panorama, Chile figura como el punto más destacado en la región con un crecimiento de 5,3% en 2021. América Latina en su conjunto lograría un avance de 3,4%, mientras que a nuestro país le seguiría Perú con un alza de 5,2%, Uruguay con 5% y Argentina con 4,4%.

Entre los pesos pesados del globo, Estados Unidos y la Unión Europea se anotan con una recuperación de 4,7%, mientras que Japón avanzaría 3%. En tanto China conseguiría un repunte de 9,1%, su expansión más amplia en una década.

Esos pronósticos se fortalecerán con las “acciones sincronizadas que pueden aumentar su impacto en las economías individuales y también ayudarán a generar el espacio para que los mercados emergentes y las economías en desarrollo utilicen la política monetaria para responder a las condiciones cíclicas internas”, indican desde el Fondo, subrayando que “una fuerte cooperación multilateral es esencial para superar los efectos de la pandemia”.

Adicionalmente, recalcan que en el contexto del coronavirus, también se debería “alentar a los bancos a renegociar los préstamos a hogares y empresas en dificultades mientras mantienen una evaluación transparente del riesgo de crédito”.