El frágil equilibrio que las isapres anticipan para la industria una vez que se ponga en marcha la ley corta
Las isapres consideran que, en el mejor de los casos, si la Superintendencia de Salud implementa la ley corta de la forma más óptima posible, podrán alcanzar un equilibrio financiero en el corto plazo. Sin embargo, afirman que el sistema quedará inestable y estiman que ese equilibrio se podría romper rápidamente, según advierten cuatro fuentes consultadas de distintas aseguradoras privadas.
Un equilibrio inestable, frágil, precario. Con esas palabras las isapres definen lo que ocurrirá con su situación financiera en el corto plazo, una vez que se ponga en marcha la ley corta, siempre y cuando sea aprobada el lunes por el Congreso.
Las isapres no se han referido públicamente a lo que aprobó la comisión mixta el miércoles por la noche, porque dados los cambios de último minuto que se hicieron al proyecto, siguen sacando cálculos y proyectando múltiples escenarios, los cuales aseguran que son difíciles de simular. Primero, porque no hay certeza sobre cómo se va a implementar todo, ya que advierten que ahora gran parte de lo que ocurra estará en manos de la Superintendencia de Salud. Aseguran que el regulador tendrá un poder de decisión importante, y que ahora, en parte, está en sus manos el futuro del sector.
Las isapres creen que, en el mejor de los casos, si la Superintendencia de Salud implementa la ley corta de la mejor manera posible, podrán alcanzar un equilibrio financiero en el corto plazo. Sin embargo, afirman que queda frágil, no saben cuánto podría durar, y estiman que ese equilibrio se podría romper rápidamente, según advierten cuatro fuentes consultadas de distintas isapres.
Incluso más enfática en dicho asunto es la directora ejecutiva de Fundación Politopedia y miembro del Movimiento Ciudadano Salud Libre, Victoria Beaumont. “La ley corta ofrece un equilibrio de cortísimo plazo a un par de aseguradoras, dejando otras tres en estado de insolvencia por desequilibrio de caja inmediato”, asegura.
Por ahora, desde la industria siguen simulando todos los escenarios posibles, con distintas variables, preparándose desde ya para presentar al regulador un plan de ajuste y de pagos lo antes que puedan, para que la rebaja que verán en sus ingresos una vez que apliquen la nueva tabla de factores a todos sus afiliados, pueda ser compensada lo antes posible al ejecutar dicho plan, el cual debe ser autorizado primero por el regulador.
Pese a que la industria ahora tiene más claridad sobre lo que viene, dado que ya no se harán más cambios a la ley corta, la verdad es que el escenario que ven las isapres a futuro sigue siendo de bastante incertidumbre. Como hay escepticismo y dudas sobre el modo en que va a funcionar todo finalmente, las aseguradoras están analizando distintas medidas a presentar a la Superintendencia.
Las razones
Las isapres insisten en que haber reducido el monto de la deuda era un tema clave que el gobierno debería haber impulsado, sin embargo, eso ya no ocurrió. Según las últimas estimaciones que dio a conocer la Superintendencia de Salud, la deuda que tienen las isapres con sus afiliados asciende a US$1.240 millones. Eso sí, todas las isapres están en una situación distinta, para algunas aseguradoras esa deuda es equivalente a dos veces su patrimonio, para otras, alcanzaría incluso tres o cuatro veces su patrimonio. Eso lo tendrán que pagar en un plazo de hasta trece años, y mientras exista deuda, no podrán repartir utilidades.
Estiman que el equilibrio entre ingresos y gastos, por más que se alcance, queda frágil. Aseguran que el proyecto es malo, pero que sería peor que no se apruebe nada, y que lo más relevante ahora es que los acuerdos que se han adoptado, y que en gran medida dependen de la Superintendencia, se concreten, porque aseguran que hay mucha “letra chica” que puede interpretarse de distintas maneras al momento de implementarse el proyecto, sobre todo en lo que respecta al plan de pago que tendrán que presentar las isapres. Por eso mismo, hay muchas variables a resolver en las próximas semanas.
Las aseguradoras lo explican así. Si la Superintendencia hace todo con intención de que las isapres queden en equilibrio, esto se va a traducir en un alza de precios para muchos afiliados, lo cual genera equilibrio para el sistema, al menos al principio. Hay personas que van a pagar más por dos razones. Primero, porque ya no existirán excedentes, es decir, todos tendrán que cotizar como mínimo un 7% de su remuneración. Y segundo, porque habrá un aumento en los precios de los planes de hasta un 10%.
Bajo este escenario, al ajustarse todos los planes a la nueva tabla de factores, una parte importante de la cartera de las isapres va a quedar con una rebaja en los precios de sus planes de salud, que serán principalmente afiliadas mujeres y adultos mayores. Las aseguradoras estiman que esas personas van a tender a quedarse en el sistema. Hay un segundo grupo de personas que no debería ver muchos cambios en los precios que pagan actualmente, ya que la rebaja en los planes se debería compensar con alzas.
El problema es qué es lo que va a ocurrir con el tercer grupo de personas que habrá en el sistema, que son aquellos a quienes les subirá en hasta 10% el precio de sus planes de salud, y además, ya no van a tener excedentes. Ellos son principalmente personas jóvenes, o que han ingresado en los últimos años a las isapres. Acá la duda que se plantean los ejecutivos de las isapres es, cuántos de ellos van a preferir migrar masivamente a Fonasa.
¿Y por qué es importante? Porque son precisamente las personas de este grupo las que van a estar financiando la baja de ingresos que se produce al reducirle el valor de los planes de salud al primer grupo, es decir, son quienes le van a entregar el equilibrio a las isapres, pero que también se lo pueden quitar.
Si los afiliados de este tercer grupo, deciden migrar masivamente a Fonasa, ese equilibrio que lograrán las isapres en el corto plazo, estiman que no se va a mantener, dado que perderán cartera de las personas que están gastando poco y financiando a los que gastan más. Eso proyectan que podría producir un nuevo desequilibrio.
Beaumont detalla por qué ella cree que hay algunas isapres que alcanzarán un equilibrio de cortísimo plazo, mientras otras no lo lograrán. “Se debe a que el 10% de tope (de alza de planes) no permite incrementar el precio base al nivel necesario para tener equilibrio entre ingresos y gastos de los planes”, puntualiza.
“No veo ninguna variable racional para la continuidad de una isapre que producto de la regulación no puede ajustar sus ingresos a los gastos. Incluso al modelo de cálculo le agregué un 10% de control de costos adicional, y no me dan los números”, asegura Beaumont. Y añade que, “por lo tanto, lo que el Ejecutivo está forzando es que empresas que tienen alto riesgo de no continuidad, hagan una inyección de capital”, pero cree que “es poco probable” que eso ocurra.
Beaumont estima que “la responsabilidad de este escenario es de la dinámica relacional que se da en el ambiente político y que ha perdido por completo la relación con conceptos técnicos o incluso con la responsabilidad del impacto de sus decisiones”, y cree que “esta ley es uno de los fracasos de negociación política más grandes que he presenciado en mis 24 años de experiencia en la materia y lejos el de mayor impacto en la población”.
Las otras preocupaciones
Un segundo punto que genera preocupación en las isapres, es el artículo de la ley corta que habla de verificación de la prima GES. Eso empezará a regir con el próximo decreto GES que debería publicarse a fines del próximo año. Las aseguradoras no tienen claro cómo va a funcionar esa verificación, lo cual dependerá de la Superintendencia de Salud. Si es que se genera una nueva prima GES que sea más baja que la actual que determinó la Corte Suprema, ello podría generar un nuevo desequilibrio, advierten desde la industria.
Un tercer tema que están mirando con detención las isapres, es qué es lo que va a ocurrir con el Indicador de Costos de la Salud (ICSA) a futuro, ya que proyectan que para algunas isapres, también podría implicar romper ese equilibrio entre ingresos y gastos.
Otra duda es de qué manera las isapres tendrán que reconocer esta deuda en sus balances, sobre todo las que tienen controladores de capitales extranjeros.
Y el cronómetro ya empezó a correr. Este domingo vence el plazo extendido que dio la Corte Suprema para poner en marcha el fallo sobre tabla de factores que ha tenido en jaque a las isapres desde que fue dictado en noviembre de 2022.
En todo caso, la autoridad considera que por regla general, al ser el 12 de mayo un día inhábil, el plazo en realidad vencería el día 13 mayo. Por eso mismo el superintendente de Salud, Víctor Torres, explicó en un punto de prensa que va publicar la primera circular (de varias que tendrá que dictar) cuando eventualmente el Congreso despache el lunes el proyecto. En todo caso, las isapres esperan que no sea una circular muy relevante, ya que el proyecto aún no va a ser oficialmente ley, al no estar publicado en el Diario Oficial.
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