El próximo viernes 5 de marzo se reunirán los líderes del Partido Comunista de China en el Congreso Nacional del Pueblo, para definir el décimo cuarto Plan Quinquenal de China. Se trata del evento político de mayor importancia para el gigante asiático, en el que se establecerá la ruta que seguirá su economía entre los años 2021 y 2026, para avanzar decididamente en la consecución de metas que se proyectan en el futuro incluso hasta 2060.
Las conclusiones a las que se llegue son de vital importancia para el mundo en su conjunto. Después de todo la que será la mayor economía planetaria en 2027, según las estimaciones de JPMorgan, se ha transformado siguiendo al pie de la letra las definiciones de sus planes quinquenales.
Tal como se estableció en el pasado, China volcó sus energías hacia las enormes potencialidades que ofrece una economía interna compuesta por una población de 1.400 millones de personas, el 41% de las cuales hoy pertenece a una clase media que alcanzaría el 72% para principios de la próxima década. Asimismo, han cumplido con avanzar hacia la vanguardia del desarrollo tecnológico, gracias a una todavía creciente inversión en investigación y desarrollo.
Quedó atrás, entonces, la época dorada de sus exportaciones y manufacturas propiciada por su ingreso a la Organización Mundial del Comercio en el comienzo del presente siglo. Ahora son los servicios los protagonistas de su actividad.
Lograr dar con los objetivos que se proponen se explica por su formulación. Según explican en Goldman Sachs, las metas de los planes quinquenales se aterrizan en un total de 25 indicadores, referentes a temáticas de desarrollo económico, bienestar, innovación y medioambiente.
Innovación y medioambiente en el centro
El protagonismo de esos dos últimos puntos se dejará notar en este nuevo plan quinquenal, según GS. “Dado el fuerte énfasis en la innovación y el crecimiento de la calidad, creemos que el gobierno puede agregar más indicadores relacionados con la innovación y continuar poniendo mucho énfasis en el medio ambiente”, detallan.
La economista jefa para la Gran China en ING, Iris Pang, también hace esa apuesta, y comenta consultada por PULSO que “el objetivo del plan es acelerar el desarrollo económico bajo en carbono y aumentar la eficiencia en el uso de recursos. El plan no solo tiene como objetivo proteger el medioambiente, sino también restaurarlo, que es un concepto nuevo en la política china”.
En el área tecnológica, la mayoría de los análisis coincide en que las restricciones de las exportaciones estadounidenses generan una presión adicional para avanzar a la autosuficiencia. En ese marco, Pang llama la atención sobre un riesgo que difícilmente quedará planteado en el nuevo plan quinquenal.
“Nos preocupa que la resistencia a adoptar tecnología china podría convertirse en una tendencia, cuando otras economías perciban el creciente poder de China como una amenaza para su propio crecimiento económico”, sostiene.
Planificación de la estructura económica
Por otra parte, en la estructuración económica “el nuevo plan incluye la extensión de algunas políticas del plan quinquenal anterior, por ejemplo, el crecimiento de ‘alta calidad’”, agrega Pang, detallando que se seguirá apuntando a convertirse en una sociedad de ingresos medios, lo que implica que el foco seguirá puesto en el mercado doméstico. Es de esta manera que pretende hacer crecer su clase media y reducir la brecha de riqueza entre la población rural y urbana. Esta semana se dio por derrotada la pobreza extrema.
A la hora de hacer un análisis más amplio de la estrategia china, Tulli McCully, economista para China en Scotiabank, sostiene que “el término ‘circulación dual’ está recibiendo mayor atención en China”, en referencia a la búsqueda de un equilibrio en la atención que se le presta “tanto a los aspectos internos como externos de la economía”.
Dentro de las fronteras, la prioridad estará puesta en “aumentar los ingresos familiares y el papel del consumidor en la economía. Se pueden lograr salarios más altos mediante reformas del sistema de tierra y residencia que apoyarían la urbanización. Las mejoras en la red de seguridad social reducirían la tasa de ahorro relativamente alta de China, respaldando aún más las perspectivas de gasto de los consumidores”, precisa McCully.
En tanto, en la arena internacional, el mayor socio comercial de Chile “aspira a seguir siendo relevante en el mercado mundial”. De acuerdo a la experto, esto implicará que Beijing seguirá promoviendo una mayor integración comercial global y regional y lazos de inversión más profundos”.
En Goldman Sachs, además, anticipan que hay dos alternativas para el objetivo de crecimiento de 2021: “La forma más fácil es, al igual que en 2020, eliminar el objetivo de crecimiento numérico; o establecer un objetivo de crecimiento flexible que se parezca más a un límite inferior, como ‘por encima del 6%’”.
Al respecto, los gobiernos provinciales ya publicaron sus respectivas metas, con el 6% como límite inferior y un 10% el más alto, representado por Hubei y Hainan.