Economistas ARI. Así se llamó el grupo de WhatsApp que establecieron para comunicarse los 16 técnicos a los que convocó a comienzos de mes el ministro de Hacienda, Ignacio Briones, con el fin de asesorarlo en la elaboración del plan de emergencia contra los efectos del coronavirus en materia social y económica. ARI, por Acuerdo de Reactivación e Ingresos, que fueron los temas en los que debían centrar sus propuestas los expertos, para lo cual tuvieron 10 días de arduo trabajo.

Luego de que, en principio, el gobierno pretendiera conformar un grupo técnico con representantes de todos los sectores, que actuara como contraparte en las tratativas con los negociadores políticos constituidos por miembros de las comisiones de Hacienda de la Cámara y del Senado, lo que fue rechazado por la oposición, el titular de Teatinos 120 decidió radicarlo exclusivamente en su cartera. Serían sus consejeros.

Así, designó a los seis economistas que días antes ya habían elaborado medidas para el Colegio Médico (Colmed). A ellos -José De Gregorio, Sebastián Edwards, Claudia Martínez, Andrea Repetto, Claudia Sanhueza y Rodrigo Valdés- se unieron dos integrantes nombrados por cada uno de los partidos del oficialismo -Juan Andrés Fontaine y Bettina Horst, por la UDI; Rafael Aldunate y Cristián Solís de Ovando, por RN, y Sebastián Izquierdo y Klaus Schmidt-Hebbel, por Horizontal-, uno por el PS -Álvaro Díaz- y tres escogidos directamente por el Presidente de la República -Rodrigo Cerda, Vittorio Corbo y Rodrigo Vergara-. A estos últimos, según fuentes de gobierno conocedoras de las conversaciones, los llamó directamente Sebastián Piñera para invitarlos a participar.

Modo de trabajo

Obviamente todo en modo telemático, los 16 técnicos partieron reuniéndose por primera vez con el equipo de Hacienda el lunes 1 de junio y de ahí lo hicieron al día siguiente, al final de la tarde. En esas dos citas, relatan varios de los asistentes, se delinearon los temas a abordar y se definió la manera en que trabajarían. Se dividieron en tres subgrupos y cada uno de ellos debía avanzar en una materia relevante. El primero se hizo cargo del marco fiscal y ahí estuvieron Rodrigo Cerda, Vittorio Corbo, José De Gregorio, Klaus Schmidt-Hebbel y Rodrigo Valdés. El segundo, conformado por Bettina Horst, Sebastián Izquierdo, Andrea Repetto, Claudia Sanhueza y Rodrigo Vergara, se centró en las medidas de emergencia. Y finalmente el tercero, vio la reactivación, con Rafael Aldunate, Álvaro Díaz, Sebastián Edwards, Juan Andrés Fontaine, Claudia Martínez y Cristián Solís de Ovando. En todo caso, el que quisiera podía sumarse a los debates de los otros paneles que no fuera el suyo. De hecho, varios participantes señalan que Edwards “se paseó por todos”, tanto así, que en el de marco fiscal algunos lo sindican como de tal grupo. También indican que Fontaine intervino bastante en ese mismo.

Los expertos fijaron al menos dos reuniones al día. Una a.m., donde avanzaban los subgrupos, y una plenaria por las tardes, donde los 16 revisaban los temas y consensos alcanzados durante la mañana. Los encuentros p.m. al inicio se acordaron a las 17:00 horas, pero varias veces partieron recién a las 19:00 horas y en un par de ocasiones se extendieron hasta la medianoche.

Luis Óscar Herrera, coordinador macroeconómico de Hacienda, quedó a cargo de la secretaría técnica de la comisión. Junto a él, parte del equipo permanente del ministerio que participó del trabajo del grupo fueron el jefe de gabinete del ministro, Juan José Obach; el director de Presupuestos, Matías Acevedo; Rafael Sánchez, coordinador laboral; Andrés Hernando, coordinador de políticas sociales; Cristóbal Ruiz-Tagle, asesor de políticas sociales, y Cristóbal Gamboni, director de Estudios de la Dirección de Presupuestos.

Según explican algunos de los 16 economistas, este staff ayudó básicamente proveyendo soporte técnico con insumo de cifras, cálculos y la redacción de ciertas cuestiones específicas, pero sin intervenir en las discusiones de política económica y de medidas. Por su parte, el ministro Briones asistió, al menos a tiempo parcial, a muchas de las sesiones, sobre todo a las plenarias de la tarde, una vez que concluía sus compromisos en el Congreso.

Tensiones y liderazgos

La rigurosidad técnica del trabajo realizado es algo que los expertos convocados destacan. Pero más importante que eso es la señal de haber logrado “limar” sus discrepancias para confluir en un documento de consenso, coinciden. Y si bien realzan que todos colaboraron con una buena disposición, “donde los egos quedaron afuera” -precisa uno de los participantes-, y con altura de miras, reconocen que el llegar a puerto no estuvo exento de tensiones.

Tres son las materias o episodios, que varios de ellos relatan, fueron los que más marcaron esas tensiones. En la etapa inicial, la definición del marco de los US$ 12 mil millones fue un punto duro de concordar. Había posturas que iban de los US$ 8 mil millones a los US$ 15 mil millones. Finalmente se allanó el camino extendiendo el período a 24 meses, pero admiten que en algún minuto se planteó que si no lograban consensuar un monto, tendrían que explicitarse dos posiciones, lo que atentaba contra el espíritu del resultado que se buscaba. El otro episodio lo marcó el Ingreso Familiar de Emergencia (IFE), donde, de nuevo, había quienes proponían menos de $ 80 mil por persona y otros, más de $ 100 mil. Pero como comenta uno de los integrantes del grupo, al final “hubo harta generosidad” de las partes, lo que permitió salvar también esa diferencia y acordar una cifra entre $ 80 mil y $ 90 mil. Por último, la tercera tensión relevante se produjo con la presentación del ministro Briones del plan del gobierno ante las comisiones de Hacienda del Congreso, que no consideró el trabajo que estaba haciendo el grupo de los 16, que estableció un marco de US$ 10 mil millones y del que, varios reclaman, no se les avisó. Para algunos de los técnicos de oposición, este hecho amenazó con echar por la borda el trabajo que se estaba haciendo. Sin embargo, otra vez el diálogo consiguió reencauzar el proceso.

Respecto de la carta que ya formulada la propuesta de los expertos hiciera llegar Álvaro Díaz al titular de Hacienda, detallando sus diferencias con dicho documento, las que habían quedado estipuladas en él como voto de minoría, y sus críticas a la falta de equilibrio en la conformación del grupo, fue mal vista fundamentalmente entre los técnicos más cercanos al oficialismo. “Poco elegante”, la calificó uno, sobre todo considerando que en la interna Díaz tuvo un trato cordial y colaborativo.

En cuanto a los liderazgos que se dieron al interior de los 16 y que sirvieron para conciliar y acercar posiciones, como también relativos al manejo de temas específicos, varios consultados destacan, por un lado, a Rodrigo Valdés, Andrea Repetto y José De Gregorio, mientras que del otro, a Rodrigo Cerda, Juan Andrés Fontaine, Rodrigo Vergara y Bettina Horst. También se repite el nombre de Sebastián Edwards, de quien resaltan que siempre buscó arbitrar entre las distintas posiciones y que derechamente actuó como moderador de muchas de las sesiones plenarias del grupo.