Hace cuatro semanas el grupo norteamericano Mountain Capital Partners anunció la compra de Valle Nevado a la familia Senerman. Lo hizo en medio de la temporada más débil del sector del esquí en Chile. Mientras sus operaciones en Estados Unidos estaban en el peak, al otro lado del mundo, en el Hemisferio Sur, el verano baja la actividad a niveles mínimo. Hoy los actores de la industria aspiran a un negocio más sustentable a lo largo de todo el año, sin embargo, la temporada estival aún es bastante débil y el modelo de negocios en estos meses tiende a ser muy diferente al del invierno.
Los grandes centros de esquí ubicados en la zona central del país, tanto de la Región Metropolitana (El Colorado, Farellones, La Parva, Valle Nevado) y de la de Valparaíso (Portillo), operan como tales desde mediados de junio a octubre. Tras ello, no hay nieve hasta entrado el otoño, y sin nieve no hay esquí. Aun así, la mayoría ha optado por continuar las operaciones.
Según las cifras de la Asociación nacional de centros de esquí (Aceski), en promedio llega un millón de personas a los centros del país cada temporada de invierno. La población flotante entre Farellones, El Colorado, La Parva y Valle Nevado combinados alcanza las dieciocho mil personas diarias en invierno. En 2018 se registró una cifra inédita de 630.641 vehículos transitando por el camino que sube a tales lugares, de acuerdo a los datos de la Municipalidad de Lo Barnechea. Pero señalan que en verano sólo un 10% de este número visita los centros.
Para Valle Nevado la temporada estival va de noviembre a abril. El número de personas empleadas cae a un sexto: de 750 en invierno, a unas 120, dedicadas tanto a la mantención de las pistas de esquí como a la recepción de turistas. Datos de Aceski a 2016, muestran que del total del personal que trabajaba en los centros del país, un 79% era temporal, y apenas un 21% de carácter fijo. En ese momento el sector contabilizaba cerca de 12.400 empleos, entre directos e indirectos.
En Valle Nevado, si bien cuentan con bike park, este año está cerrado; además tienen a disposición de los visitantes en esta época restaurant, tienda y la posibilidad de contratar paquetes de excursiones, tanto en formato senderismo como cabalgatas. Su gerente general, Ricardo Margulis, señala que al igual que en el invierno, brasileños, argentinos y norteamericanos son los que más llegan al centro en verano. En cuanto a la oferta hotelera, dice que en verano las opciones se encuentran disponibles solo para eventos corporativos. “Aunque el verano sigue representando un período menor de la operación, es algo que esperamos potenciar”, indica.
Por su parte, Karin Oettinger, subdirectora de Marketing de Andacor S.A. -que opera Farellones, El Colorado y recientemente el centro de esquí Pucón-, señala que del total de personas que sube a los centros de esquí de la Región Metropolitana, un 45% lo hace a los que ellos administran.
En Andacor revelan que la inversión que requiere la operación veraniega es de aproximadamente US$ 3 millones, y de las alrededor de mil contrataciones que realizan en invierno a lo largo de sus centros, se pasa a un tercio en esta época: unas trescientas personas. El principal atractivo al que apuestan son dos bike park: uno ubicado en el pueblo de Farellones y otro en El Colorado, que permiten realizar descensos en bicicleta. Para esto, en total se habilitan tres telesillas (dos en El Colorado y una en Farellones). Además, es posible realizar actividades como escalada en roca.
Y aunque la temporada no representa todavía un porcentaje importante del total de su operación, Oettinger señala que están comenzando a tener ofertas de arriendo de refugios y departamentos, tanto propios como de terceros. “Es una oferta conocida solo en invierno, pero la estamos empujando”, puntualiza. En cuanto a la oferta hotelera, existen al menos dos opciones disponibles durante todo el año entre ambos centros de la capital.
A cerca de un kilómetro de distancia, en La Parva, la temporada de verano comenzó el 19 de noviembre, y el cierre se estima para abril, detalla Camila Margozzini, gerenta comercial del centro de esquí.
La operación emplea a alrededor de sesenta personas los veranos, un 20% de lo que exige la temporada de invierno, dedicadas principalmente a trabajos de mantenimiento de las pistas y andariveles.
Como en Farellones, también se ofrecen opciones para descenso en bicicleta para los meses secos (aproximadamente 200 hectáreas pedaleables). De los quince andariveles operativos en los meses de invierno, se pasa a dos, con la posibilidad de subir incluso con bicicletas.
El lugar donde se emplaza el centro también permite el acceso a algunas altas cumbres, principalmente las del cerro El Plomo.
El parque y sus alrededores inmediatos no cuentan con oferta hotelera, más sí con la posibilidad de arrendar departamentos particulares a lo largo del año. Respecto al potencial de crecimiento, Margozzini señala: “La proyección a largo plazo es seguir realizando acciones concretas para desarrollar el turismo de montaña durante todo el año y no solo centrarnos en el invierno”.
La excepción a este panorama es Portillo. Ubicado a 164 kilómetros de Santiago, el centro opta por cerrar sus puertas al público, salvo por unos cuantos días de enero en los que se organiza el Festival y Academia Internacional de Música.
Todo, mientras sortean este período de verano, a cuatro meses de que vuelvan a rearmarse de cara a su temporada peak.