“Tengo dos trabajos: uno que es el trabajo en el cual he estado hace casi cinco o seis años que tiene que ver con la minería. Tengo participación en sociedades mineras que con mucho esfuerzo hemos ido llevando en sociedad y que manejan algún tipo de yacimientos en el norte de Chile. Ese ha sido mi trabajo en lo que se entiende a nivel remunerado, donde hay inversiones, proyectos muy interesantes, yo participo de eso directamente en sociedades. Y está mi trabajo interno, y que es gratuito, que consiste en ayudar a las personas de alguna manera con mis consejos, con mi experiencia y ayudarlas en sus problemas, esa ha sido mi vida desde hace muchísimos años....”, respondió Marco Antonio López, Parived a la pregunta de La Tercera del 10 de febrero pasado, sobre a qué se dedica realmente.
Su vida personal y amorosa siempre ha sido de interés periodístico. Aunque a Marco Antonio López Spagui (61) no le gusta la fama, en estos últimos días ha vuelto a ser noticia por su participación como “intermediario” de una red dedicada al robo y contrabando de joyas y relojes de alto valor, ingresados a Chile por “lanzas” internacionales que los hurtaban en Europa y Estados Unidos. La Fiscalía Metropolitana Occidente, que lleva el caso, ya tiene formalizadas a 24 personas, seis de ellas en prisión preventiva.
Acostumbrados a verlo posar junto a su ahora expareja, la animadora de TV, Tonka Tomicic, el sicólogo ha reducido sus apariciones públicas. De voz tranquila y un estilo característico de vestir, Parived está formalizado por asociación ilícita, receptación aduanera y delitos tributarios. La carpeta investigativa contiene una serie de antecedentes, silencios y contradicciones que han ido avivando el interés en sus negocios.
El Servicio de Impuestos Internos (SII) lo califica como una persona de alto patrimonio y él mismo se define como empresario. En sus declaraciones por el caso relojes ha establecido en la minería el origen de sus ingresos y también ha negado que entre sus actividades estén la venta de joyas y relojes, “pese a lo cual, de los antecedentes aportados por el Ministerio Público, en especial escuchas telefónicas transcritas, (Marco Antonio López) estaría recibiendo joyas de Estrella Dinamarca y Domingo Jalil Allel, a sabiendas de su origen ilícito para posteriormente eventualmente comercializarlas de forma furtiva y al margen del marco legal tributario vigente”, se puede leer en la denuncia por delitos tributarios en su contra y de otras 5 personas, que en septiembre de 2022 hizo la entidad fiscalizadora.
Aparte de las actividades mineras de López Spagui, los registros mercantiles dan cuenta también de otros negocios orientados a la entretención, marketing y publicidad, casi siempre asociados a Tomicic y familiares de ambos (ver recuadro).
Una demanda y un gran negocio
“Se habla de una mina de oro que corresponde a Sai Mining SpA, empresa que hace algunos años atrás adquirió tres pertenencias mineras en el área de Copiapó con el financiamiento de mi socio. Dos de las pertenencias mineras resultaron no tener nada, pero en la tercera había potencial para obtener oro, pero no 22 gramos, sino sólo ocho”, dijo Marco Antonio López al SII el 4 de mayo de 2022, interrogado por una conversación telefónica intervenida en la que se refería al negocio minero.
No les contó a los funcionarios del SII en ese interrogatorio por Teams que esa sociedad jamás ha extraído oro, plata, ni cobre, desde su creación en abril de 2018 en partes iguales con el comerciante y empresario minero e inmobiliario, Ashok Mohandas Jadhwani. En 2020, la firma consiguió saltar del papel a los cerros cuando arrendó con promesa de compra la mina San Carlos en Vallenar. A los meses los dueños de la pertenencia terminaron demandándolos por no pago.
Tampoco les contó que ese mismo año, con apenas unos meses de diferencia y a través de otras sociedades, donde también fue inicialmente socio de Ashok Mohandas Jadhwani, negoció un joint venture con la minera estadounidense Franklin Mining para explotar un yacimiento de 22 mil hectáreas en Tierra Amarilla. El deal no prosperó, pero el contrato de arriendo con opción de compra a Cementos BioBio, dueña de las pertenencias, sigue vigente, revelan personas que conocieron este negocio. Esta es la historia minera de Parived.
La culpa de la pandemia
El 24 de febrero de 2020, en la notaría de Alberto Rojas López, en el centro de Santiago, Parived y su socio Ashok Mohandas Jadhwani firmaron junto a la Sociedad Minera Imana Limitada -de la familia Casanova- el arriendo por cuatro años de la pertenencia minera San Carlos 1 al 20, ubicada en Vallenar. Eran 100 hectáreas de cerro inexplotado que contendrían oro, plata y cobre. El contrato establecía una renta de 3,5 millones mensuales y consideraba la opción de que Sai Mining comprara el yacimiento en $ 100 millones en 2024.
Al finalizar el trámite fueron a un café para celebrar. Allí, Parived hizo gala de eso que él mismo llamó su “trabajo interno y gratuito”: dio consejos, habló de los necesarios equilibrios de la vida y del éxito que se les avecinaba. Ashok Mohandas Jadhwani apenas emitió palabra, pagó la cuenta y después de esa reunión algunos de ellos solo volvieron a verse las caras en tribunales.
El Tercer Juzgado Civil de Santiago en 2021 y la Corte de Apelaciones en 2022, fueron el escenario de la disputa. Parived jamás compareció y su defensa sostuvo que estaba “inubicable”. Quien sí lo hizo fue Ashok Mohandas Jadhwani, quien reconoció la existencia de la deuda, pero sostuvo que no pudieron pagarla porque jamás lograron operar, debido a que los confinamientos por la pandemia de coronavirus paralizaron casi toda la actividad minera en la zona. No había cómo iniciar los trabajos de exploración y explotación, explicó.
Imana Ltda. contraargumentó que sí podían operar, como lo demostraba un certificado del 26 de marzo de 2020 de la Municipalidad de Vallenar, que los autorizaba a instalar un polvorín para los explosivos.
A fines del año pasado, el tribunal de alzada falló exigiendo a Sai Mining SpA pagar la deuda con intereses y costas ($ 129 millones) y ordenó el embargo de los bienes de la firma.
Pero hasta ahora los Casanova no han podido recuperar nada. El 13 de enero pasado, cuando Carabineros y el receptor judicial llegaron a la dirección de la minera -en la calle Sazié, pleno centro de Santiago-, se encontraron con que había otra empresa. En los documentos tributarios, la firma registra domicilio en otra calle: Lord Cochrane. Ambas direcciones corresponden a negocios relacionados a Ashok Mohandas Jadhwani.
Sai Mining SpA nunca tuvo oficinas ni buscó más proyectos. Aunque tiene RUT y registra declaraciones de impuestos, no ha hecho más movimientos.
El abogado de Sai Mining, Matías Undurraga, no respondió a las consultas de Pulso.
El gestor clave
Diversas versiones coinciden en que el gestor clave del negocio de Parived en Vallenar fue un conocido promotor minero llamado Samuel Olivero Honorato, quien maneja proyectos en diferentes zonas del país. En la industria lo describen como un experto en pertenencias mineras, alguien que tiene en la cabeza el mapa de quién es quién en cada pedazo del suelo mineral del Norte Chico. Contactado por Pulso, declinó responder, pero escuetamente dijo que “Sai Mining es de Aschok con Marco Antonio López”.
Olivero estaba en la notaría el día de la firma del contrato de arriendo por San Carlos. Él junto a Ashok Mohandas Jadhwani y Marco Antonio López sellaron ahí mismo, con minutos de diferencia, otro acuerdo según el cual el promotor se haría cargo de la explotación de la mina que acababan de rentar. Le pagaron $ 20 millones más IVA para iniciar las faenas.
Fue él quien contactó a Ashok Mohandas Jadhwani para ofrecerle el negocio y fue este empresario de origen indio quien tocó la puerta de Imana Ltda. y de Parived, con quien se conocían hacía varios años. Los dos tenían una suerte de “buena onda” basada en algunas creencias similares y en que el ex de Tonka Tomicic proviene de Arica y el empresario hizo su fortuna con galpones en la Zona Franca de Iquique.
Hoy ambos estarían distanciados. Fuentes cercanas aseguran que Ashok Mohandas Jadhwani prefirió hacerse a un lado para no dañar sus demás negocios por el escándalo de los relojes. Él es un activo comerciante e inversionista inmobiliario y minero, conocido en el sector tanto como operador como inversionista. “Es alguien a quien uno podía ir a ofrecerle negocios”, resumió un proveedor de equipo minero en el norte donde el empresario es bastante conocido: ha operado minas en Vallenar y alquila algunas pertenencias a Olivero, quien es dueño, entre otras firmas, de Minera Titanio.
En Argentina, Ashok Mohandas Jadhwani también registra una minera: Anasazi S.A., donde es socio con Jerónimo Holgado Valdivia, un bróker inmobiliario que divide su tiempo entre Buenos Aires y Miami.
Parived prácticamente no intervino en el negocio de Sai Mining. Nunca se le vio en el norte y solo mantuvo algunos contactos telefónicos iniciales con los Casanova, a quienes les pareció normal que la pareja de una famosa animadora invirtiera en la minería.
En Vallenar, mineros sostuvieron que Sai Mining llegó a principios de marzo de 2020 con un par de camiones y máquinas a esa zona de cerros y quebradas llamada Cordón de los Mantos. En realidad, fue Olivero quien se instaló en San Carlos, cuyos caminos se habían borrado o desdibujado, producto de las lluvias que en los años anteriores cayeron sobre el Norte Chico. A varios, eso sí, les quedó una duda: cómo harían para tratar el mineral, ya que declaraban que no comprarían ese servicio a la Enami. Por eso, algunos pensaron que la operación pintaba más que para una pyme. Pero nunca la explotaron.
Olivero en su declaración judicial sostuvo que “nunca se llevó a cabo la explotación minera por varios factores, como la pandemia” y que no le debían nada a los Casanova porque “no hay utilidades y las patentes las debe pagar el arrendador porque siempre se ha hecho de esa forma, en todos los contratos”, sostuvo.
La defensa de Sai Mining argumentó hasta el final que los dueños de Imana estaban desconociendo que el pago del arriendo estaba supeditado a las extracciones, mediante una ecuación que implicaba pagarle a Imana según las utilidades que diera el negocio. Esta versión fue desestimada por la firma y los tribunales tampoco la consideraron válida.
Olivero también terminó distanciado de Marco Antonio López.
22 mil hectáreas en Tierra Amarilla
El 18 de mayo de 2020, la minera estadounidense Franklin Mining anunció el inicio de una exploración de cobre en Chile a través de un joint venture con Inversiones Mineras Scorpius Chile SpA, para explorar la mina de cobre Los Tótems, ubicada en Tierra Amarilla.
Las 22 mil hectáreas del yacimiento que pertenece a Cementos Biobío estaban bajo arriendo con promesa de venta por parte de Minera Los Tótems.
Los dueños de Minera Los Tótems son un entramado de sociedades que llevan a Marco Antonio López, Samuel Olivero y la familia Ossandón Lima, entre otros. De Scorpius Chile SpA también fue socio y representante legal Ashok Mohandas Jadhwani.
El CEO de Franklin Mining, William Petty, fichó al australiano David Moore, un geólogo de renombre mundial y propietario de la firma MDP Trading, para que los asesora en el proyecto que se publicitó “como una oportunidad única para explorar cobre, oro y plata de alta ley susceptible de explotación a cielo abierto poco profundo”. Era un verdadero tesoro, sobre todo en ese momento, en que el precio del cobre iba al alza.
Pero menos de un mes después, el 16 de junio de 2020, los norteamericanos decidieron rescindir el contrato y seguir enfocándose en sus proyectos de oro y plata en Bolivia y Perú.
Scorpius ha seguido buscando socios. Fuentes de la firma aseguran que Franklin Mining fue solo un interesado más y que Parived se mantiene adentro como socio.
En el comunicado del fin del negocio, William Petty agradeció a Marco López, como “propietario de la mina de cobre Scorpius en Chile” y explicó que después del due diligencie y los estudios adicionales, consideró que el costo de desarrollo y producción del yacimiento en Tierra Amarilla no eran lo mejor para su empresa. “Una vez que observamos los costos de desarrollo a largo plazo y el modelo de producción de mano de obra intensiva, decidimos que sería mejor mantenernos enfocados en lo que sabemos”, dice en el texto. No todo lo que brillaba era oro.
Los negocios con Tonka
Parived inició actividades en 1998 y además de sus negocios mineros participa como accionista, controlador o representante legal de otras sociedades, casi todas ligadas a Tonka Tomicic.
La principal es Producciones Sumitomo Sociedad Ltda. Creada en 2017, es el portaviones de los negocios de la exmodelo. A través de esta sociedad gestiona sus negocios televisivos y de publicidad. Entre sus mayores clientes además de Canal 13 figuran Cencosud y Claro. Entre julio de 2017 y mayo de 2021, Sumitomo emitió 88 documentos tributarios por $ 3.025 millones, correspondientes a eventos y campañas de marketing.
Aquí, Parived es administrador y socio en partes iguales (20%) con Claudia Rayment Mimica, Tonka Tomicic y las madres de ambos. Es la única sociedad que registra movimientos entre 2017 y 2021, porque las otras 5 firmas donde participa sólo con su ahora exmujer (13 Lunas SpA, Sinaí SpA, Producciones Shimo Sociedad Ltda.) son más bien sociedades pasivas.
A eso se debe añadir Inversiones Colossus SpA, creada en 2018 para invertir también en el negocio minero. Es el único socio y esta sociedad después fue una de las que dieron origen a Scorpius Chile SpA y su fallido negocio en Tierra Amarilla.