Las empresas británicas son cada vez más pesimistas de cara al año que viene, entre los temores de una inflación persistente y la debilidad de las ganancias.

Alrededor de cuatro de cada diez empresas esperan que la rentabilidad caiga en los próximos doce meses, según la Cámara de Comercio Británica (BCC por sus siglas en inglés), el nivel más bajo desde el cuarto trimestre de 2020, cuando la economía aún se veía afectada por el bloqueo de la pandemia. Un tercio espera que las ganancias aumenten.

La BCC encuestó a más de 5.200 empresas, la mayoría de ellas pequeñas o medianas, antes del mini-presupuesto del gobierno conservador del 23 de septiembre, que desató el caos en los mercados y obligó al Banco de Inglaterra a lanzar un nuevo programa de compra de bonos.

“La disminución de las ventas y el aumento de la inflación son una mezcla tóxica”, dijo David Bharier, jefe de investigación del BCC. “La confianza habrá recibido un nuevo golpe tras la reacción del mercado al mini-presupuesto”.

Aun así, Bharier afirmó que el tope de precios de la energía impuesto por el Gobierno a las empresas habrá aliviado la presión sobre éstas.

Sólo el 44% de las empresas espera que las ventas aumenten durante el próximo año, según la encuesta, lo que supone un descenso respecto al 54% del segundo trimestre del año.

Casi dos tercios de los encuestados afirmaron que esperan seguir subiendo los precios en los próximos meses, ya que la inflación “no da señales de ceder”.