Este año ha sido complicado para el mundo, pero especialmente para América Latina, la región más golpeada por el coronavirus en términos económicos, de acuerdo a casi todos los organismos multilaterales.

Y la pandemia alteró todo: el PIB, el comercio exterior, los mercados bursátiles y también las monedas de estos países, las que han tenido un comportamiento disímil en su paridad frente el dólar.

Desde que los mercados acusaron el impacto del coronavirus en febrero pasado, las monedas de las economías más grandes de América Latina sólo se han depreciado frente al dólar, con la excepción de una: el peso chileno.

De acuerdo a los registros de Bloomberg, la moneda nacional registra una apreciación de 3,4% en relación al dólar durante el periodo de la pandemia. Esta alza tiene cierta cuota de mérito si se considera que el peso chileno recibió al coronavirus luego de un periodo de mucha agitación tras el estallido social que obligó al Banco Central a intervenir el mercado para reducir la volatilidad. El 18 de marzo pasado, de hecho, el peso chileno tocó su nivel más bajo de la historia.

A ello se suma todo el ruido que ha generado el proceso constitucional, cuyo epítome se registró este domingo cuando la opción Apruebo se impuso por amplia mayoría en el plebiscito que para modificar la Constitución.

La fortaleza que ha mostrado el peso chileno en las últimas semanas ha ido también de la mano del precio del cobre, su principal soporte y mayor producto de exportación de Chile. La libra se encuentra en sus cotas más altas en dos años, firme arriba de la barrera de los US$ 3 por libra.

Al cierre del mercado interbancario de hoy, el dólar cerró en $ 772,84, una baja de $ 95,76 desde el hito del 18 de marzo pasado.