La economía alemana se contrajo más de lo previsto en el último trimestre de 2022 y cayó un 0,4%, duplicando la anterior estimación de finales de enero, según ha informado la Oficina Federal de Estadística (Destatis).

La oficina gubernamental explica que la caída se justifica por el descenso en la inversión de capital y del consumo privado, mientras que el gasto público contribuyó a impulsar la demanda global.

Sin embargo, el mercado laboral creció un 1,1%, creando 492.000 puestos de trabajo en comparación con el año anterior. Así, el número de personas empleadas fue de 45,9 millones de personas, una cifra récord.

No obstante, el número de horas trabajadas per cápita cayó un 1,5% interanual, algo que Destatis achaca a un mayor uso de los permisos por enfermedad. Además, la productividad laboral también se contrajo un 0,8%.

De confirmarse los pronósticos de los economistas consultados por ‘Bloomberg’, quienes prevén una nueva caída del PIB en el primer trimestre de 2023, la primera economía europea estaría abocada a una recesión técnica de forma inminente.