Los precios del petróleo operaban mayormente estables el viernes, pero se dirigían al cerrar la semana en rojo ya que las paralizaciones de producción aún no han logrado contrarrestar el hundimiento de la demanda global ocasionado por la crisis del coronavirus.

El precio del Brent subía 18 centavos, o 0,84%, a US$ 21,51 por barril, a las 1043 GMT, después de haberse recuperado en 5% el jueves. En tanto, el petróleo estadounidense WTI cotizaba plano en US$ 16,50 el barril, luego de avanzar un 20% el día anterior.

Ambos referenciales están negociándose en un rango de US$ 2 el barril.

Los precios del crudo se encaminan a su octava semana de pérdidas en las últimas nueve semanas; ya que el Brent está en vías de marcar un descenso semanal del 23% y el referencial WTI terminaría con una baja acumulada de 9,5%.

El lunes, en medio de una frenética liquidación del mercado por la escasez de espacio para almacenar barriles, el petróleo WTI de contrato más próximo cayó a un terreno negativo de -37,63 dólares el barril, en una situación sin precedentes para el mercado. El Brent bajó a su menor nivel de dos décadas.

“Luego del derrumbe de los precios de esta semana, que parece haber hecho consciente a todas las personas de este planeta de los problemas del mercado de energía, muchos anuncios relevantes sobre cierres de producción parecen estar percibiéndose”, dijo en una nota JBC Energy.

Continental Resources Inc, el mayor productor de petróleo de Dakota del Norte, detuvo buena parte de su producción en el estado estadounidense y notificó a algunos de sus clientes que no enviará suministros, de acuerdo a fuentes cercanas al asunto.

Autoridades del estado dijeron que la producción total ha caído en alrededor de 300.000 barriles por día (bpd) y hasta su reciente anuncio Continental producía casi 150.000 bpd en el área de Bakken a estas alturas del año.

Un acuerdo entre la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) y otros grandes productores como Rusia y Azerbaiyán, un grupo conocido como OPEP+, llevará a una reducción de los suministros por 9,7 millones de bpd a partir de mayo.

Pero en vista de que el espacio de almacenamiento se agota rápidamente y la demanda global de crudo se desplomó en cerca de 30%, estas medidas podrían no ser suficientes para calmar al mercado.