La agencia de aduanas Mewes tenía una larga razón social que incorporaba tres nombres: su fundador, Eduardo Mewes Ramírez, hoy de 90 años, su hijo Ricardo, hoy presidente de la Confederación de la Producción y el Comercio (CPC), y otra de sus hijas, Marlene. El patriarca tenía el 20% y sus dos hijos y sus familias, el 40% cada uno. Pero los tres dividieron esa empresa en dos: una será controlada por Marlene, y su padre, y la otra tendrá como dueño a Ricardo Mewes Schnaidt.

La agencia de aduanas Mewes tenía una larga razón social que incorporaba tres nombres: su fundador, Eduardo Mewes Ramírez, hoy de 90 años, su hijo Ricardo, hoy presidente de la Confederación de la Producción y el Comercio (CPC), y otra de sus hijas, Marlene. Los tres, todos acreditados como agentes de aduanas, dividieron esa empresa en dos: una será controlada por Marlene, y en la que quedó el patriarca, y otra tendrá como dueño a Ricardo Mewes Schnaidt y sus hijos.

El dirigente gremial de 61 años es agente de aduanas desde 1990 y ha sido presidente de la Cámara Aduanera, la Cámara Nacional de Comercio y desde diciembre de 2022, de la CPC, la multigremial que reúne a los empresarios chilenos. Dos de sus siete hijos, los ingenieros comerciales Sebastián y Martín Mewes Achondo, lo acompañarán en la sociedad y en el negocio y ya están estudiando para rendir el examen de agente que suele realizar el Servicio Nacional de Aduanas cada dos años.

El padre había definido que antes de trabajar en la empresa familiar lo hiciera en otras compañías. Sebastián trabajó en Carozzi casi cuatro años y desde 2021 es gestor de negocios en la agencia de aduanas compartida. Martín Mewes fue cofundador de la startup Karün y trabajó en Estados Unidos antes de sumarse en 2022 a la agencia familiar como gerente de operaciones. “La finalidad de todo esto que estamos haciendo es, que, en definitiva, ellos tomen las riendas del negocio, se hagan agentes de aduana también y puedan trabajar como tales”, dice Ricardo Mewes a Pulso.

A partir de abril, ya habrá dos agencias de la familia Mewes, una marca comercial que acordaron no emplear ni en la empresa del presidente de la CPC ni en la de su hermana Marlene, quien se hizo agente de aduanas en 2004. “Meves Limitada queda congelado y cada uno está trabajando en su propio nombre de fantasía”, cuenta el dirigente. Las dos empresas, eso sí, seguirán en oficinas contiguas y con operaciones cercanas. Pero serán competidores.

“Lo venimos conversando ya casi hace un año”, cuenta Mewes. Sus dos hijos habían entrado a la empresa y la escisión fue una manera de hacerles espacio y preparar la sucesión en sus respectivas ramas. “Cada uno tiene su propia familia y cada familia también tiene sus propios intereses”, explica. Su hermana Marlene incorporará a una de sus hijas.

Hace unos seis meses los dos hermanos empezaron a diseñar la división y para ello encargaron un peritaje contable y los acompañaron dos asesores claves en el proceso. Uno fue el exministro de Desarrollo Social en el primer gobierno de Sebastián Piñera, Bruno Baranda, quien los ha asesorado también en asuntos laborales y en temas hereditarios vinculados a la familia. “El ha sido un pilar fundamental en este proceso”, analiza Mewes. El otro es Rodrigo González Holmes, ex fiscal del Servicio de Aduanas, un especialista en el rubro. Además, tuvieron como asesor tributario a Andrés Morales, de AMR Contadores.

La separación se realizó a través de una división de la agencia, la que tenía un capital social de $ 500 millones. La original quedó con un capital de $ 300 millones y Marlene Mewes tendrá dos tercios de la propiedad, y su padre, el otro tercio. La nueva sociedad tendrá un capital de $ 200 millones y llevará el nombre del dirigente gremial, quien tendrá el 97% y sus hijos, el 3%: Agencia de Aduanas Ricardo Mewes Schnaidt y Compañía Limitada. Y es que las agencias de aduanas deben llevar el nombre del agente de aduanas acreditado, además de tener giro exclusivo y ser sociedades limitadas.

Mewes explica así el giro de estas empresas: “Es un negocio de intermediación entre importadores y exportadores con el Servicio de Aduanas y con otros entes reguladores. Nos rigen, además de las normas propias del comercio, la ordenanza de aduanas, para los cuales aparecemos como auxiliares de la función pública y eso tiene que ver con lo que nosotros, a partir de la documentación que nos entregan los exportadores e importadores, declaramos a Aduanas, Aduanas lo da por cierto y tiene los mecanismos para la adecuada fiscalización”, resume.

El dirigente dice es un rubro competitivo y atomizado en el que hay más de 300 agencias. “Tiene márgenes que nos han permitido desarrollar el negocio, crecer y ver otras alternativas dentro de esta misma cadena logística”, explica. En el conjunto de actividades de las agencias están la tramitación de declaraciones ante Aduanas; la obtención de certificaciones de origen; y la gestión de servicios de transporte del puerto a bodegas, fletes internacionales, seguros y la realización de asesorías a sus clientes para aprovechar los acuerdos comerciales de Chile.

La agencia de aduanas de los Mewes antes de la división tenía una facturación anual cercana a los $ 5.000 millones y casi 450 clientes que se asignarán en proporción a la participación de los socios a las dos nuevas empresas, además de la dotación de trabajadores, de 172 personas. “También la cartera se reparte y eso fue debidamente informado a los clientes en diciembre. Les informamos el proceso que venía y que culminaría el 31 de marzo, la primera quincena de abril”, cuenta Mewes.

Todo lo que acordaron en relación a clientes, trabajadores, oficinas y competencia, será regulado por escrito. “Vamos a generar ahora, en el inicio, algunos protocolos para que esto también esté más o menos normado y así nadie se sienta perjudicado, porque efectivamente si esto no se escribe, no se acuerda de forma previa, después pueden haber algunos elementos que generen algún nivel de problema”, explica Mewes.

Las oficinas serán compartidas. Mewes Limitada tiene hoy sucursales en Arica, Antofagasta, Valparaíso, San Antonio, Talcahuano, Los Andes y el aeropuerto de Santiago. En la casa matriz, en Santiago, tenían cuatro oficinas en un piso: cada agencia se quedará con dos.

Pero es EIT Logística la principal empresa del grupo familiar y factura entre $ 16 mil millones y $ 17 mil millones. Fundada en 1974 como Export Import Transport Ltd, en 2005 nació la actual EIT, que tiene cinco centros de distribución y una flota de transporte de más de 70 vehículos. Es una sociedad anónima donde la mayoría accionaria la tiene el patriarca, Ricardo Mewes lo sigue con 17,5% y sus cinco hermanas tienen el resto. La compañía tiene un directorio de siete miembros en los que hay cuatro externos: Mateo Budinich, exgerente general de IBM Chile; la exministra de la Mujer Loreto Seguel; el director de empresas Gianfranco Zecchetto y el ex Cencosud Andrés Munita. Los directores de la familia son el fundador de 90 años, su primogénita, Jacqueline, y el presidente de la CPC, que ahora tiene un negocio exclusivo que lleva su nombre y sus dos apellidos.