China, la mayor fuente de gases de efecto invernadero que calientan el planeta durante la última dos décadas, estaría cerca de situar en una meseta plana sus emisiones luego de años de fuerte crecimiento. Desde que las emisiones de ese superaron a las de Estados Unidos en 2006, la participación global de China ha crecido a casi un tercio.

Algunos datos del gobierno del gigante asiático, así como informes de analistas energéticos, han entregado señales positivas de que, aunque sus emisiones podrían no disminuir significativamente, tampoco aumentarían. De hecho, el presidente chino, Xi Jinping, se comprometió a alcanzar ese punto de inflexión en 2030.

De acuerdo con lo declarado al New York Times por Dave Jones, director de información global de Ember - un grupo de expertos en energía-,”lo importante es entender que cuando las emisiones de China dejen de crecer, es probable que las del mundo también dejen de crecer”.

En ese sentido, el factor más importante de este cambio estaría en los cambios en la forma en que China produce su electricidad: todo apuntaría a que las fuentes renovables reemplazando al carbón, el combustible fósil más contaminante.

En mayo pasado, el 53 por ciento de la electricidad se generó con carbón. Se trata del porcentaje más bajo desde que el gobierno comenzó a publicar datos energéticos hace décadas, mientras que casi todo el resto provino de fuentes no fósiles.

Lo anterior “indica que China puede haber alcanzado su punto máximo” en sus emisiones, señaló Belinda Schäpe, analista de China en el Centro de Investigación sobre Energía y Aire Limpio.

Fuentes renovables

Sólo el año pasado, China instaló más paneles solares que Estados Unidos en toda su historia y conectó la mayoría de ellos a su red eléctrica. En ese sentido, según un informe publicado por Global Energy Monitor, casi dos tercios de las grandes plantas eólicas y solares que se están construyendo en todo el mundo se encuentran en China. Eso es más de ocho veces la capacidad eólica y solar que se está planificando en Estados Unidos.

Para algunos expertos, es probable que las emisiones de China se estanquen y que, si bien debido al crecimiento de las energías renovables se reemplazó al carbón en la generación de electricidad, hay otros factores -como la reciente crisis inmobiliaria local y la lenta economía pospandémica- que han llevado a un menor consumo de energía en general, lo que podría sesgar temporalmente los datos a la baja.

Así lo expresó Li Shuo, director del Centro Climático en el Instituto de Políticas de la Sociedad Asiática, quien puntualizó que “si se observa el perfil de emisiones de China en las últimas dos décadas, una fuente en particular fue enormemente significativa: el sector inmobiliario y de la construcción, cuya cadena de suministro representó aproximadamente un tercio de todas las emisiones. Eso se está enfriando”.

Nuevas políticas públicas y reglamentos

A lo anterior se agregan nuevas políticas a. En particular, una nueva prohibición de permisos para fábricas de acero que utilicen carbón para alimentar sus altos hornos podría tener efectos de largo plazo. Asimismo, un enorme impulso hacia la producción de vehículos eléctricos también ha reducido la demanda de petróleo.

De todas formas, los especialistas afirman que la trayectoria de las emisiones de China dependerá de la rapidez con la que las energías renovables puedan desplazar al carbón de su matriz energética. Si bien la participación del carbón ha disminuido, ese país sigue invirtiendo en él como fuente de energía.

El año pasado, China por sí sola representó dos tercios de las nuevas plantas de cargón que operan en el mundo. En 2023, la construcción de nuevas plantas de ese tipo alcanzó un máximo de ocho años en China. Si China construyera todas las demás que ha propuesto, agregaría el equivalente a un tercio de su flota operativa actual. Hoy, China representa alrededor del 60 por ciento del uso de carbón del mundo.

Según los expertos, parte de la expansión de la producción de carbón pretende ofrecer una opción de respaldo para cuando disminuya la generación eólica y solar, pero China además invierte en energía hidroeléctrica de almacenamiento por bombeo.

Esta última es una forma de almacenar energía bombeando agua cuesta arriba hasta un embalse durante épocas de baja demanda de electricidad, para luego liberarla más tarde para generar electricidad adicional si la demanda aumenta.

En los próximos meses, se espera que el gobierno de China revele nuevos compromisos para reducir las emisiones antes de la cumbre climática patrocinada por las Naciones Unidas, COP 29, que se celebrará en noviembre en Azerbaiyán, donde también podría haber anuncios respecto al uso de petróleo y gas en la industria china.

Según aseguró Li Shuo, el mundo diplomático estará enfocado en una pregunta: ¿China ha alcanzado o no su nivel máximo de emisiones?”. Ante una respuesta afirmativa, el experto sugirió que, antes de lo previsto, eso podría repercutir en que China proponga objetivos más ambiciosos de reducción.