UNA fuerte ola de inversiones españolas se extendió en áreas estratégicas durante la década de los 90. Todo comenzó cuando en 1990 Telefónica adquirió la Compañía de Teléfonos de Chile (CTC); siete años después Endesa arribó al mercado eléctrico nacional -lo que derivó en el denominado caso Chispas- y poco tiempo más tarde Aguas Barcelona adquirió Emos, la principal operadora de abastecimiento de agua de Santiago, hoy Aguas Andinas.

Y desde ahí la tendencia no se detuvo. De hecho, los datos oficiales dan cuenta que España es el segundo inversionista más importante en Chile, después de Estados Unidos, con un stock de inversión acumulado en el país de US$34.643 millones. En términos de flujos, en 2019 ingresaron más de US$2.400 millones en inversión española al país, por debajo de los US$3.724 millones de 2018.

Pero en los últimos años se han visto ciertos ajustes en los intereses de los inversionistas españoles en Chile. Procesos de desinversión, pero también casos en que la matriz fue adquirida por un extranjero, han provocado cambios en la penetración de empresas de origen español en el país.

Recientemente se anunció que CGE, pasará de manos españolas a la gigante china State Grid, que pasará a controlar el 96% de la distribuidora eléctrica que tiene Naturgy. Para ello pagará unos US$3.000 millones.

Hace no muchos años, buena parte del sector eléctrico estaba en manos españolas.

Enersis, y sus dos unidades de negocio principales, la distribuidora eléctrica Chilectra y la generadora Endesa, fueron durante largos años el principal bastión de las inversiones españolas en Chile. Pero aunque en este caso no fue una desinversión precisamente, hoy la empresa cambió su nombre a Enel y en vez de española, es italiana.

La razón es que Endesa España, que por largos años fue la dueña de Enersis, fue vendida al grupo estatal italiano, que en vez de gestionar a través de su filial ibérica el negocio latinoamericano, lo hace directamente. Así, las decisiones que por años se tomaban en Madrid, hoy son resorte de Roma, donde tiene su sede el grupo Enel.

Hoy, Aguas Barcelona tampoco controla directamente a la sanitaria chilena Aguas Andinas.Hace dos décadas, Agbar vislumbró una oportunidad en el plan de privatización del sector sanitario que el gobierno del entonces Presidente Eduardo Frei decidió iniciar y junto a la francesa Suez compró el 51% de la entonces estatal Emos en US$1.125 millones de la época.

Fue una de sus primeras inversiones fuera de España e incluso llegó a ser la más importante en el exterior. Pero en medio de la crisis económica española, Agbar fue adquirida por Suez y pasó a ser un activo dentro de la red de la multinacional francesa.

El sector de las concesiones en Chile estuvo por años controlado, mayoritariamente, por grandes constructoras españolas como Abertis, Sacyr, OHL, Acciona o FCC, gestionando las principales carreteras del país, trabajando tanto con el sector público como privado. Pero el interés chino por estos activos se tradujo en una fuerte competencia para las tradicionales firmas con presencia en el país. Entre 1994 y 1998, los inversionistas españoles estaban presentes en 11 proyectos concesionados, de un total de 14 que se adjudicó entre esos años.

De acuerdo con cifras a 2016, el país con más inversiones en concesiones en Chile era España, con el 34% de la inversión total; seguido de Canadá, con el 19%, y Colombia, con 16%. Aunque su interés por los proyectos concesionados se mantiene, el actual ritmo de participación en las licitaciones está lejos de lo que fue hace 15 años.

¿Hay un repliegue de las inversiones españolas en Chile? Carlos Molina, presidente de la Cámara Española de Comercio en Chile (Camacoes) responde “para nada”, y argumenta que “a pesar de que en los últimos meses la economía local no tenido el mejor desempeño, aun así se ven oportunidades atractivas en Chile.

La inversión va de la mano del desarrollo de los países, y en el caso chileno pasa exactamente lo mismo. Vemos que la economía no está dando lo que nos hubiese gustado, pero existen muchos proyectos en cartera. Hay un dato en qué fijarse: el número de socios de Camacoes ha aumentado en el último tiempo”.

El director (s) de InvestChile, Juan Araya Allende, comentó que “lo que vemos, más allá de los problemas que ha generado la pandemia, es que el interés de las compañías españolas se mantiene. Eso es lo que nos señalaron en julio los representantes de 15 de las empresas más importantes de España que tienen presencia en Chile, en uno de nuestros eventos InvestChile Talks”.

Araya también señaló que, según lo que muestra la cartera de proyectos, que corresponde a las iniciativas en distintas etapas de desarrollo que la agencia está apoyando, la cantidad de proyectos españoles en el país ha crecido desde los 17 proyectos al cierre de 2017, a 27 iniciativas a diciembre de 2020. “Si hablamos de sectores, Servicios Globales (Tecnología), Alimentos y Misceláneos son las áreas más relevantes por cantidad de proyectos, mientras que Energía encabeza la lista en términos de monto”, dijo.

Molina también señala que “en lo que va del 2020, el flujo de inversión ha seguido fuerte con actividades inmobiliarias, energía eléctrica, construcción y fabricación de caucho y plásticos. Pero también hay mucha pequeña y mediana empresa que está instalándose en Chile, en áreas como la salud, biotecnología, educación, agroalimentación”.