El retiro obligado de Daniel Rodríguez, uno de los ejecutivos chilenos que más alto ha llegado en la región

Han sido dos comunicaciones oficiales. La primera ocurrió en febrero. Femsa, el gigante mexicano que produce y envasa Coca-Cola, informaba que su máximo ejecutivo, el chileno Daniel Alberto Rodríguez Cofré, había sido diagnosticado de cáncer de colon, pero seguiría al mando de la empresa. La segunda fue hace menos de un mes: Rodríguez, de 58 años, había decidido dejar definitivamente la compañía para concentrarse en su tratamiento.

El ejecutivo es definido por muchos congéneres como el chileno que más alto ha llegado en la región, y más allá, con una carrera ascendente que lo ha tenido en grandes compañías. Ingeniero forestal de la Universidad Austral, con un MBA en la Universidad Adolfo Ibáñez, Rodríguez tuvo dos grandes trabajos antes de Femsa. Por casi dos décadas trabajó en Shell, primero en el área forestal, luego en las operaciones en Chile, Ecuador y Argentina, y más tarde como gerente de finanzas global de una de las divisiones de la petrolera en Europa. En Shell trabajó 17 años y en su etapa final se radicó en Londres. Se acostumbró, dicen sus cercanos, a vivir fuera de Chile, y fue un contacto directo con Horst Paulmann, lo que lo trajo a Cencosud, su segundo gran trabajo. Dicen que a Paulmann le atrajeron dos cosas de Rodríguez: que fuese de Temuco, donde nació el grupo, con el supermercado Las Brisas, y que su padre hubiese sido director del Colegio Alemán de esa ciudad. Rodríguez hablaba alemán, algo que para el fundador de Cencosud siempre fue un activo, dicen expersoneros del holding.

Rodríguez arribó en 2008 como gerente de finanzas del retailer que entonces dirigía Laurence Golborne desde la gerencia general corporativa. Pero Golborne estaba de salida -el anuncio formal fue en diciembre- y Rodríguez lo reemplazó de modo interino. En enero de 2009 fue ratificado definitivamente. Y el hombre de las finanzas se hizo cargo de todo.

Rodríguez se subió a una empresa cuya expansión irrefrenable había encabezado Golborne, con Horst Paulmann, pero aportó sus propios hitos: la compra de la cadena de supermercados Bretas en Brasil, la adquisición de las operaciones de Carrefour en Colombia y la venta del negocio de la tarjeta de crédito a Scotiabank. Encabezó el grupo durante cinco años, hasta fines de 2014. Fue Femsa, Fomento Económico Mexicano, quien terminó su ciclo en Cencosud: le ofrecieron sumarse al conglomerado y Rodríguez decidió dejar el retailer. Paulmann, dicen quienes conocieron la expatriación del ejecutivo, intentó retenerlo. Pero el ingeniero estaba decidido y abandonó Cencosud, donde dejó la huella de un tipo caballeroso, confiable, y con una característica de la cual adolecían sus predecesores: una paciencia oriental. Saltó del primer puesto ejecutivo de Cencosud a una posición relevante, pero no la primera, en Femsa. Pero su expectativa era ascender a la dirección general, algo que consiguió años después.

Había en el cambio una cuestión de tamaños. Femsa es una de las corporaciones más grandes de Latinoamérica. El grupo tiene una valorización bursátil superior a los US$30 mil millones, más que cualquier otra empresa chilena, es el mayor productor de Coca-Cola, en volumen, del mundo, opera en 18 países y tiene 320 mil empleados. Rodríguez llegó primero, en 2015, como director corporativo de finanzas: volvió así a su especialidad. Pero un año después empleó las habilidades desarrolladas en Cencosud y asumió como director general de Femsa Comercio, expandiendo y trayendo a Chile la cadena de conveniencia Oxxo, que tiene casi 20 mil tiendas en la región. También participó en la compra de Cruz Verde en Chile e hizo crecer la división salud en la región. Femsa tiene, además, una unidad de retail en Europa, Valora, cuya compra se hizo durante su mandato. Y hasta mayo, Femsa era el segundo accionista de Heineken: vendió el porcentaje minoritario que tenía en la compañía en sorprendentes 3.300 millones de euros.

Fue casi natural que Rodríguez asumiera el máximo cargo ejecutivo de Femsa el primer día de 2022, lo que se anunció formalmente en octubre de 2021. Poco más de un año después, Femsa comunicó el comienzo de su retiro. Una noticia de ese calibre era relevante para el desarrollo de la empresa y se informó así a los mercados. El 13 de febrero de este año se hizo público que Rodríguez había sido recientemente diagnosticado de cáncer de colon. “He comenzado apenas mi tratamiento y me da gusto compartirles que, hasta el momento, todo ha progresado de acuerdo a lo planeado”, escribió Rodríguez, junto con invitar a todos, pero sobre todo a los mayores de 50 años, a realizarse revisiones rutinarias de salud. El chileno seguiría como director general, con el apoyo del equipo directivo y los otros directores generales de las unidades de negocio, precisó la empresa. Desde entonces, Rodríguez viajaba casi todos los meses a tratarse en Estados Unidos. Pero hace un mes, en julio, dijo adiós al cargo ejecutivo con el que coronó su carrera. Tras consultas con su familia y sus médicos, Rodríguez decidió dejar su puesto para enfocarse en su salud. En su reemplazo fue designado interinamente José Antonio Fernández Carbajal, presidente ejecutivo y exdirector general de Femsa.

“Nuestras oraciones y cariño están con él y su familia durante este difícil momento”, escribió el 10 de julio en la comunicación que fue también enviada a la Securities & Exchange Commission de Estados Unidos, donde la mexicana cotiza sus acciones. Rodríguez ya está en Chile desde hace un tiempo, con su esposa y sus cinco hijos, dicen cercanos. José Antonio Fernández, apodado El Diablo, por su habilidad para los negocios, fue igual de elocuente el 27 de julio, cuando la empresa presentó sus resultados a inversionistas. En inglés, el mexicano comenzó el conference call dedicando palabras al chileno. Agradeció los mensajes de apoyos recibidos y destacó la contribución de Rodríguez a la dirección estratégica y los altos estándares de desempeño, con mano firme y claridad de propósito. “Gracias por todo, amigo”, cerró.