El ritmo de crecimiento de la actividad del sector manufacturero del conjunto de la zona euro se ralentizó en agosto hasta su peor nivel en los últimos niveles, según se desprende del Índice de Gerentes de Compras (PMI, por sus siglas en inglés) elaborado por IHS Markit, que se situó en los 61,4 puntos, desde los 62,8 del mes anterior.
De esta forma, IHS Markit ha explicado que el ritmo de crecimiento del sector se ha ralentizado por segundo mes consecutivo después de haber registrado en junio una expansión “récord”. No obstante, el sector manufacturero encadena 14 meses de incremento de la producción y el dato de agosto se situó “muy por encima” de la media histórica.
Países Bajos fue el país que registró el incremento más fuerte de la producción, aunque el ritmo de crecimiento se ralentizó hasta su nivel más bajo en cinco meses. La producción manufacturera también se expandió en Irlanda, Alemania, Francia y Austria, aunque el ritmo de incremento se ralentizó en todos los casos con respecto a julio.
Por el contrario, los datos del índice PMI de agosto fueron “particularmente positivos” para Grecia, que registró su mejor lectura del índice desde abril del año 2000. En Italia y España también aumentó el ritmo de producción respecto al mes precedente.
“Los fabricantes de la zona euro informaron de otro mes de producción boyante en agosto, continuando la racha de crecimiento por decimocuarto mes consecutivo. No obstante, el problema principal fue nuevamente la falta de componentes, ya que los proveedores no pueden producir suficientes piezas o se enfrentan a una falta de capacidad en las entregas para satisfacer la demanda logística”, ha apostillado el economista jefe de IHS Markit, Chris Williamson.
Según IHS Markit, los fabricantes aumentaron sus plantillas en agosto para hacer frente a las necesidades de producción. La tasa de creación de puestos de trabajo fue “modestamente” más lenta que la máxima histórica registrada en julio.
Asimismo, la consultora ha explicado que las empresas manufactureras de la zona euro señalaron en el octavo mes del año un panorama optimista de cara a los próximos 12 meses. El grado de confianza positiva fue “fuerte”, pero IHS Markit ha alertado de que disminuyó por segundo mes consecutivo hasta alcanzar su nivel más bajo desde noviembre de 2020.
“La caída de la confianza futura en agosto, vinculada al pico de la demanda, los problemas persistentes en las cadenas de suministro y la propagación de la variante Delta, se suma a los signos de que tanto el crecimiento de la producción como del empleo han alcanzado su punto más alto”, ha subrayado Williamson