Desde el inicio de la crisis del coronavirus a nivel global, ha habido mucha especulación respecto a los cambios de largo plazo que esta situación generará. Aunque la mayoría aún son inciertos, hay uno que definitivamente llegó para quedarse: el trabajo remoto.
La emergencia obligó a empresas y trabajadores a adaptarse a esta nueva forma de trabajar y, la mayoría, estaría viendo resultados positivos que las inclinará a mantener alguna versión de este sistema luego que pase la crisis.
De acuerdo con una encuesta realizada por la consultora de recursos humanos Randstad, a más de 400 tomadores de decisiones de firmas de diferentes sectores en Chile, el 75% de las empresas planea mantener la modalidad de teletrabajo una vez finalizada la pandemia. El 63% lo hará solo algunos días a la semana, mientras que el 12% lo implementará a tiempo completo, es decir, será la nueva forma de trabajar. Además, otro 15% reconoce que aún no ha tomado una decisión al respecto, mientras solo 8% dice que todos los empleados deberán volver a la oficina y 2% no ha implementado teletrabajo en todo este tiempo.
En relación a las áreas en que más se consolidará el teletrabajo, el primer lugar lo ocupa Administración & Finanzas, con 82%; seguido por Recursos Humanos, con 71%, y en tercer lugar Marketing & Comunicaciones, con 62%. Más atrás viene Tecnología (58%), Compras (52%) y Legal (49%).
El director de ventas de Randstad, Felipe Lagos, indica que las cifras se explican por la diferente naturaleza de las funciones dentro de cada empresa. “Por ejemplo, una empresa de manufactura de alimentos, necesariamente debe mantener al personal de producción en la planta para dar continuidad al negocio; no obstante, las áreas de soporte tienen la posibilidad de desempeñarse desde casa, porque realizan tareas administrativas o, dependiendo del cargo, relacionadas con la estrategia de la compañía; además de requerir implementos básicos para su gestión, como computador, celular y acceso a internet. Sin embargo, más allá de si hay unidades o industrias que deben retornar o continuar físicamente en la oficina, planta o faena, la organización debe asegurarse de entregar todos los recursos y herramientas para evitar o minimizar el riesgo de contagio, definiendo un plan exhaustivo de salud, seguridad e higiene, que cumpla con todas las exigencias planteadas por el gobierno a través del programa Paso a Paso y de las entidades fiscalizadores, ya que la prioridad en este momento es resguardar de manera rigurosa la salud física y mental de los trabajadores”, puntualiza.
Según el sondeo, del total de encuestados que se inclinó por mantener el teletrabajo, 84% dice que tomó esta decisión, entre otras razones, impulsado por cuidar la salud de su personal, disminuyendo la circulación en la oficina y aumentando los espacios o el distanciamiento entre quienes tienen que retornar.
Otras de las razones para continuar con teletrabajo son: haber comprobado que esta modalidad funciona y que no es necesario estar en la oficina para mantener los indicadores (64%); potenciar el equilibrio profesional/laboral y mejorar la calidad de vida de las personas (53%); y agregar un beneficio que será muy valorado por la gente una vez finalizada la pandemia (49%). Por su parte, 18% dice que tomó esta resolución debido a que necesitan bajar los costos asociados a infraestructura.
Empleo
Bajar los costos seguirá siendo relevante para algunas empresas, en especial tras el impacto de la crisis social y la sanitaria. Por esto, el 26% indica que reducirá su dotación después del retorno, aunque el 65% asegura que la mantendrá y 9% que la aumentará, porque necesitará más gente para afrontar la recuperación económica.
En cuanto al tipo de contratos que realizarán las organizaciones que pretenden aumentar dotación, el 54% señala que serán permanentes o indefinidos, 31% sostiene que potenciará los servicios transitorios o el trabajo temporal y 14% lo hará por medio de contratos freelance o part time. En este sentido, Lagos afirma que “es fundamental que los directivos reflexionen acerca de cómo se debe reconfigurar su fuerza laboral para enfrentar mejor otras potenciales crisis, ya sean sanitarias, sociales o económicas. Y es que encontrar un balance adecuado entre personal permanente y flexible se ha vuelto imprescindible, tomando en cuenta que vivimos tiempos en los que es preciso reducir costos, pero seguir proporcionando empleo, aparte de un servicio sostenible y confiable”.