El número de ventas de vehículos eléctricos (VE) no para de crecer en Chile. Sin embargo, el desarrollo de la infraestructura necesaria para la recarga de este tipo de automóviles no va al mismo ritmo. Esa es una de las conclusiones a las que llegó un análisis desarrollado por la empresa chilena Enérgica City, consultora especializada en desarrollo de tecnología de electromovilidad.

A nivel global, la comercialización de automóviles con esta tecnología ha aumentado más de un 150% en los últimos tres años. En Chile, hemos pasado de 27 vehículos en 2010 a más de 1.400 en la actualidad.

Pero si consideramos que al año 2025 van a existir aproximadamente 25 mil vehículos eléctricos, potencialmente se van a requerir 25 mil puntos de carga, lo que equivale prácticamente a instalar 22 al día, cosa que estamos lejos de cumplir”, advierte Felipe Donoso, CEO de Enérgica City.

Este crecimiento se ha visto impulsado por una mayor oferta de marcas y modelos al mercado, la consecuente disminución de los precios de los vehículos y la creciente conciencia ambiental de los consumidores.

Incluso, las estimaciones indican que a 2030-2035 podría casi igualarse el precio promedio de un auto a combustibles fósiles y uno eléctrico. Por eso que muchos especialistas apuestan que muchas familias y usuarios que se compren un auto en los próximos tres años, puede que sea el último que tengan que utilizar energía derivada del petróleo. Hoy, el precio de los VE comienzan en cerca de $30 millones.

El costo y el tiempo no son las variables que están deteniendo este avance, según detalla el experto. “Para la implementación de infraestructura de carga en un edificio residencial o de oficinas, considerando habilitar diez estacionamientos, debería tardar una semana en la instalación y puesta en marcha. En cuanto al costo, el proyecto de infraestructura de recarga para el 100% de los estacionamientos, no debería superar el 1% del presupuesto de obras eléctricas de la iniciativa y lo puede realizar el mismo instalador eléctrico de la empresa constructora. Sólo se debe considerar habilitar los puntos de carga o cargadores y que estos permitan optimizar la capacidad eléctrica y a su vez gestionar el cobro de la energía en cada estacionamiento”, señala.

Pero a pesar de que existe una normativa de electromovilidad, no hay actualmente incentivos, subsidios o políticas que impulsen la implementación de sistemas de carga particulares. En otros países sí se han implementado políticas que empujan el cambio tecnológico, como es el caso de Inglaterra donde, desde mediados del año pasado, es obligatorio que las nuevas casas y edificios cuenten con puntos de carga para vehículos eléctricos.

¿Cómo avanzar? Según explica Donoso, la infraestructura de recarga no difiere técnicamente entre un edificio nuevo o uno existente. “En estos últimos sólo hay que procurar obtener la autorización del administrador de la comunidad para la implementación del sistema de carga, el cual se puede conectar al tablero de servicios comunes ya que hoy existen tecnologías que permiten medir y gestionar el gasto de energía para que las comunidades estén tranquilas de que estos nuevos consumos están totalmente controlados”.

En el caso de edificios nuevos, es muy similar a los proyectos técnicos en edificios existentes, con la diferencia que en edificios nuevos se puede desarrollar el sistema de carga por etapas, para que la inmobiliaria no absorba toda la inversión, sino que esta sea compartida con el usuario final. Incluso se pueden dejar habilitados los sistemas de medición, habilitación y optimización en la sala eléctrica sin requerir mayor espacio adicional que lo tradicionalmente utilizado.

Felipe Donoso detalla que “un vehículo eléctrico se puede cargar tanto con un simple enchufe como con cargadores rápidos de vía pública, y cada una de estas tecnologías está diseñada para una necesidad específica. Los cargadores de las estaciones de servicio están diseñados para cargar vehículos en poco tiempo, pero para el caso de edificios residenciales y oficinas, donde los vehículos se encuentran naturalmente detenidos mucho tiempo, se requieren tecnologías bastante más simples. Incluso con sólo un enchufe tradicional es viable realizar la carga, dado que los vehículos eléctricos vienen desde el proveedor con cargadores portables que se pueden conectar a una toma de corriente común de 220V”.