Desde sus oficinas en Nueva York, Estados Unidos, el economista senior para América Latina de la clasificadora de riesgo Standard & Poor’s, Elijah Oliveros-Rosen, transmite un moderado optimismo sobre las perspectivas de la economía chilena y cree que la recesión pronosticada para el próximo año será menos dura de lo que prevé la mayoría del mercado.
“Veo muy difícil un cambio radical al populismo en Chile por temas económicos”, afirma el experto de S&P Global Ratings, quien destaca las fortalezas económicas y políticas del país puestas a prueba durante la pandemia y el estallido social. Hace tres semanas S&P ratificó la calificación de riesgo de Chile en el nivel “A”, destacando una “perspectiva estable”.
¿Cuál es su evaluación sobre el desempeño que ha tenido la economía chilena durante los últimos tres años en medio del estallido social de 2019 y la pandemia?
-Si bien hubo un estallido social mucho más fuerte en Chile en 2019, también se vivieron episodios similares en Colombia, Brasil y en Perú. No fue un hecho que solo pasó en Chile, aunque tuvo un impacto muy fuerte en el crecimiento. Sin embargo, desde la pandemia, Chile ha tenido una respuesta de estímulo muy interesante, muy amplia, con políticas innovadoras. Se hicieron los retiros del sistema de pensiones, lo cual generó que Chile fuera una de las economías emergentes que creció más rápidamente el año pasado, con casi el 12%.
El otro lado de la moneda es cuando se retiran esos estímulos y las economías empiezan a crecer menos, y es lo que estamos viendo. Mientras esperamos que toda la región empiece a crecer bajo la tendencia este año, Chile ya empezó a crecer bajo la tendencia, porque esos estímulos ya se retiraron y fueron muy grandes. Es decir, si bien Chile fue uno de los que se recuperaron primero, también fue uno de los que se desaceleraron primero.
Sin embargo, lo ha hecho con un déficit de cuenta corriente muy alto...
-Uno de los desafíos más grandes macroeconómicos de Chile en los últimos dos o tres años se refiere a un déficit en la cuenta corriente muy amplio, de cerca del 7% del PIB. Muy amplio no solo frente a su historia, sino también frente a países emergentes. Sin embargo, en la medida que haya una moderación o caída de la demanda interna, el déficit de cuenta corriente se hará más pequeño. Asimismo, ha habido un déficit fiscal muy amplio. La buena noticia es que este déficit fiscal pasará a superávit este año, por lo que por ese lado estamos bien.
Entonces, los ajustes macroeconómicos están funcionando. Esto es muy importante en un ambiente de altas tasas de interés, de alta incertidumbre sobre el crecimiento global y donde hay dudas aún sobre los temas políticos como la nueva Constitución y algunas políticas frente al sector minero (royalty).
¿Cree que se ha mermado la confianza de los inversionistas externos en el país dado el deterioro de las cuentas fiscales y la cuenta corriente, la alta inflación y la salida de capitales?
-Todos esos factores fueron claves para diferenciar a Chile de otros países de América Latina. Lo que los inversionistas tuvieron que hacer es ponerle un nuevo precio al riesgo de Chile. Es una de las razones por las cuales el Banco Central de Chile tuvo que subir la tasa de interés tan agresivamente; porque había flujos de capital hacia afuera. También es una de las razones por las cuales la volatilidad del peso chileno fue de las más altas en la región.
Sin embargo, Chile en general es un país con instituciones muy sólidas y, en los últimos tres años, en un momento de turbulencia social muy grande, ha reafirmado que puede sostener ese tipo de movimientos sociales y políticos. A grandes rasgos, los inversionistas continúan viendo a Chile como un país donde se mantiene la fortaleza de la inversión.
¿Cuál es su evaluación del ministro de Hacienda, Mario Marcel?
-No he podido interactuar directamente con él, pero lo que hemos visto, y es lo que nos importa, es que las políticas que se presenten muestren un balance entre mantener el crecimiento económico y mantener la prudencia fiscal. Eso es lo que hemos estado viendo hasta ahora. Por ejemplo, un déficit fiscal que estaba muy amplio, pasará a ser superávit fiscal este año. Además, hemos visto propuestas (de reformas) hasta ahora bastante moderadas frente a lo que se había propuesto durante la campaña.
Reformas
¿Qué le parece que Chile esté embarcado en dos reformas estructurales de gran tonelaje, como son la de pensiones y la tributaria?
-No es sorpresivo ver reformas estructurales en un momento en que Chile está pasando por un proceso social y político transformativo. Resaltaría que la reforma tributaria es una propuesta que ha sido muy clara en demarcar que los gastos adicionales van a ser justificados por ingresos adicionales estructurales. Esta idea de la prudencia fiscal de Chile se mantiene. Ese era un miedo de los inversionistas. Eso da un poco de tranquilidad.
En la reforma a las pensiones hay una visión muy similar. Es un tema que se ha debatido desde antes en Chile, donde la propia expresidenta Michelle Bachelet propuso un sistema mixto también. Es una reforma bastante balanceada y moderada que mantiene al sistema de gobierno (estatal) de pensiones y al sistema privado compitiendo entre ellos.
Según los últimos datos, la inflación de dos dígitos en Chile empieza a ceder. ¿Cuáles son sus perspectivas para la trayectoria inflacionaria de Chile?
-En toda la región estamos viendo que el shock inicial de oferta, especialmente en precios alimenticios y energéticos, como es en el caso de Chile, ya pasó su peak. En muchos países, si se ve trimestre a trimestre, el (índice inflacionario) más alto fue en marzo, lo cual también es el caso en Chile. Si se ve la comparación interanual en Chile, el punto más alto fue en agosto. Entonces, estamos en una tendencia de moderación, lo cual era de esperarse.
El Banco Central debiera bajar la tasa de interés en la primera mitad del año (2023). Pero si vemos lo que ocurrió en Estados Unidos con el último dato de inflación, se reafirma que la Fed (Reserva Federal) empezará a moderar su proceso de alza de tasas, lo cual también ayuda al Banco Central de Chile a bajar antes. Entonces, no me sorprendería que Chile empezara a bajar sus tasas de interés en el primer trimestre en vez del segundo trimestre del próximo año.
Tenemos una proyección de inflación del 5,5% hacia diciembre del próximo año, pero hay un riesgo de que sea menor a eso dados los últimos datos.
Crecimiento
Standard & Poor’s prevé un crecimiento del 0,3% para la economía chilena en 2023, lo que está a contrapelo de todas las proyecciones privadas y del propio Banco Central, el que proyecta una caída del PIB. ¿Cómo explica ese optimismo? ¿Han modificado esa proyección?
-No la hemos modificado. Tenemos ciclos trimestrales en los cuales revisamos las proyecciones y nos toca este mes. Entonces podríamos, dependiendo de los datos, modificarlo, pero el punto es que (el crecimiento 2023) va a ser cero o ligeramente negativo. Resaltaría que los últimos datos del tercer trimestre fueron menos negativos de los que el mercado esperaba, lo cual podría subir la proyección de este año y del próximo.
Es decir, ve para el próximo año una recesión menos profunda de lo esperado por la mayoría…
Sí. Las cuentas corrientes bancarias de los chilenos aún tienen ahorros que podrían mantener (un impacto) quizás algo no tan negativo como en otros países donde no existe eso. Puede soportar o ser un acolchonamiento a la demanda interna.
¿Cómo proyecta la economía chilena en el mediano y largo plazo, una vez que se supere esta coyuntura?
-Este año y el 2023 son etapas de ajustes macroeconómicos, pero vemos a Chile regresando a su tendencia de crecimiento potencial, que la vemos cerca del 3%. Chile tiene fortalezas muy importantes en el sector minero. Todo este tema de la transición energética y los beneficios propios de los países que producen cobre y litio, van a ser muy importantes en el crecimiento chileno. Vemos un gradual regreso a lo que estábamos acostumbrados antes de la pandemia.
¿Cuáles son los riesgos a futuro?
-Nos gustaría entender un poco mejor este tema de la Constitución. Si bien nuestro escenario base es un escenario bastante amigable para los inversionistas, hay riesgos. Si se va a entrar en un período de bajo crecimiento o si la inflación sigue siendo alta, la posibilidad de más disrupciones sociales y más demandas sociales es alta, especialmente cuando vamos (avanzando) en este proceso de nueva Constitución. El riesgo social-político sigue siendo uno de los principales en Chile, en el sentido de que pueda detonar un cambio fuera de lo que esperamos en nuestro escenario base en el lado macroeconómico.
¿Hay algún riesgo de populismo?
-El país sigue estando muy dividido. Es decir, no está claramente a la izquierda y no está claramente a la derecha. Hay mucho centrismo. Lo veo muy difícil, porque pudieron sobrevivir a la pandemia, y aún después de todo ese daño económico, mantuvieron un proceso democrático en el cual hay partidos en el centro muy importantes. La izquierda se va al centro y la derecha se va al centro. Veo muy difícil un cambio radical al populismo en Chile por temas económicos. Las instituciones políticas en Chile son muy fuertes y creo que eso ancla la estabilidad macroeconómica.