Elizabeth Holmes fue condenada a pasar más de 11 años en prisión por haber convertido fraudulentamente su empresa de análisis de sangre Theranos en una compañía de US$ 9.000 millones que se derrumbó en un escándalo.

La sentencia impuesta este viernes por el juez de distrito Edward Dávila en San José, California, está mucho más cerca de la pena de 15 años que pedían los fiscales que de lo que solicitaban los abogados de Holmes: arresto domiciliario o 18 meses de prisión como máximo.

La sentencia pone fin a una saga de años que ha fascinado a Silicon Valley, inspirando libros, documentales de televisión, podcasts y películas sobre la joven que abandonó la Universidad de Stanford y se convirtió en una empresaria célebre, sólo para ver cómo su empresa se hundía cuando su tecnología se reveló como un fracaso.

Holmes compareció ante el tribunal con un vestido y un abrigo negros, visiblemente embarazada, y se sentó erguida en su silla junto a sus abogados, sin tocar el respaldo de su asiento. Al oír su castigo, se levantó para abrazar a sus padres, que estaban sentados en la primera fila de la sala detrás de ella.

Antes de la decisión de la sentencia, se dirigió a la sala entre lágrimas, pidiendo disculpas a las víctimas y a los inversores y diciendo que asumía toda la responsabilidad de Theranos, aunque no admitía ningún delito.

“Estoy devastada por mis fallos”, dijo Holmes. “Mirando hacia atrás hay muchas cosas que haría de forma diferente si tuviera la oportunidad. Intenté realizar mi sueño demasiado rápido”.

Indemnización a las víctimas

Un jurado condenó a Holmes en enero por cuatro cargos de fraude electrónico y conspiración, después de que los fiscales presentaran pruebas y testimonios de testigos de que ella sabía que los dispositivos de análisis de sangre que presentaba como revolucionarios a los capitalistas de riesgo y a los inversores ricos no funcionaban realmente.

El juez dijo que abordará la restitución a las víctimas en una fecha futura. El gobierno ha propuesto que se condene a Holmes a pagar US$ 800 millones a los inversores que perdieron dinero en Theranos. Sus abogados han dicho que no tiene “esencialmente ningún activo”. Un informe previo a la sentencia de la oficina de libertad condicional del gobierno dijo que sus “modestos activos” son superados por US$ 450.000 en préstamos para su acuerdo civil con los reguladores de valores y más de US$ 30 millones en responsabilidades por honorarios legales.

Durante más de cuatro horas antes de que se anunciara la sentencia, ambas partes presentaron argumentos sobre si el juez debía aumentar o reducir la duración del castigo. Los abogados de Holmes persuadieron al juez para que no tuviera en cuenta ninguno de los cargos de los que fue declarada inocente durante su juicio, incluido el fraude a los pacientes. Los fiscales argumentaron que se justificaba una sentencia más larga porque Holmes “mostró una indiferencia temeraria o consciente del riesgo que Theranos suponía para los pacientes.”

Cuando el juez preguntó si alguna víctima deseaba hablar, sólo una persona se ofreció. Alex Shultz es el hijo del difunto George Shultz, ex secretario de Estado que formó parte del consejo de administración de Theranos, y el padre de Tyler Shultz, que trabajó brevemente en Theranos antes de perder la fe en la tecnología de la empresa y convertirse en denunciante.

Alex Shultz repitió ante el tribunal cómo su hijo fue intimidado por un investigador privado y “profanado” por los abogados de Theranos después de que delatara a Holmes.

“Mi hijo durmió con un cuchillo bajo la almohada pensando que alguien iba a asesinarle”, dijo. “Fue una experiencia agotadora”.

Los cargos por los que fue condenada conllevaban una pena máxima de 20 años de prisión. Fue declarada no culpable de todos los cargos de haber defraudado a los pacientes, a pesar de las pruebas presentadas por el gobierno de que miles de consumidores que pagaron por las pruebas de Theranos obtuvieron resultados inexactos.

“Brillante”

El juez Dávila describió a Holmes como “brillante” y dijo que el caso Theranos era preocupante a muchos niveles.

“La tragedia de este caso es que la señora Holmes es brillante” y tuvo éxito en una industria dominada por hombres. Añadió que si bien el fracaso en Silicon Valley no es infrecuente, el caso de fraude de Holmes se basó en “tergiversaciones, arrogancia y simples mentiras.”

Los fiscales habían argumentado que estaba justificada una larga pena de prisión dado el alcance del fraude y la necesidad de enviar un mensaje de disuasión al sector de las startups, en el que la fanfarronería “fake it til you make it” ha sido omnipresente.

Los abogados de Holmes argumentaron que merece clemencia porque no es la tramposa que los medios de comunicación han hecho aparecer. Instaron a Davila a que no viera a Theranos como un castillo de naipes, sino como una empresa valiosa, impulsada por su ingenioso y trabajador director general.

Durante los cuatro meses de juicio, Holmes tomó la inusual y arriesgada decisión de testificar en su propia defensa. Contó con lágrimas en los ojos que fue violada cuando estudiaba en Stanford y afirmó que su ex pareja y ex presidente de Theranos, Ramesh “Sunny” Balwani, abusó de ella psicológica, física y sexualmente, acusaciones que él negó.

Balwani, que fue condenado en julio tras un juicio separado, se enfrenta a la sentencia en diciembre.