Elon Musk completó su adquisición de Twitter por US $44.000 millones, según personas familiarizadas con el asunto, poniendo al hombre más rico del mundo a cargo de la red social en dificultades, después de seis meses de disputas públicas y legales sobre el acuerdo.
Entre los primeros movimientos de Musk estuvo cambiar el liderazgo.
Las salidas incluyen al director ejecutivo de Twitter, Parag Agrawal; a Vijaya Gadde, jefe de asuntos legales, políticos y fiduciarios; al director financiero, Ned Segal, que se unió a Twitter en 2017, y a Sean Edgett, quien ha sido asesor general de Twitter desde 2012, según personas familiarizadas con el asunto.
Edgett fue escoltado fuera del edificio, dijeron dos de las personas, que pidieron no ser identificadas porque la información no es pública.
A los accionistas se les pagará US$54,20 por acción, y Twitter ahora operará como una empresa privada. La finalización culmina una saga complicada que comenzó en enero con la silenciosa acumulación de una participación importante en la compañía por parte del multimillonario, su creciente exasperación por la forma en que se maneja y un eventual acuerdo de fusión que luego pasó meses tratando de desentrañar.
El 4 de octubre, Musk acordó proceder con los términos propuestos originalmente, y una jueza de la Corte de Cancillería de Delaware dio a las dos partes hasta el 28 de octubre para concluir el acuerdo. Ese plazo se cumplió y ahora Musk, director ejecutivo de Tesla y de SpaceX, también controla Twitter, un servicio que usa a menudo, pero critica abiertamente y que ha prometido cambiar drásticamente. Ya no se espera que las acciones de la compañía coticen en la Bolsa de Nueva York.
La propiedad de Musk traerá una interrupción inmediata a las operaciones de Twitter, en parte porque muchas de sus ideas sobre cómo cambiar la compañía están en desacuerdo con la forma en que se ha dirigido durante años. Ha dicho que quiere garantizar la “libertad de expresión” en la red social, lo que probablemente signifique estándares de moderación de contenido más flexibles, y planea restaurar algunas cuentas de alto perfil que fueron expulsadas de Twitter por romper las reglas, como la del expresidente de EE.UU. Donald Trump.
En términos más generales, las iniciativas de Musk amenazan con deshacer años de esfuerzos de Twitter para reducir el acoso y el abuso en la plataforma.
A medida que se acercaba la fecha límite, Musk comenzó a poner su sello en la compañía, publicando un video de él mismo entrando a la sede y cambiando su descriptor de perfil en la plataforma que ahora posee a “Chief Twit”. Organizó reuniones entre los ingenieros de Tesla y el liderazgo de productos en Twitter, y planeaba dirigirse al personal el viernes, dijeron personas familiarizadas con el asunto. Los ingenieros de Twitter ya no pudieron realizar cambios en el código a partir del mediodía del jueves en San Francisco, como parte de un esfuerzo para garantizar que nada sobre el producto cambie antes del cierre del acuerdo, dijeron las personas.
Los empleados de Twitter se han estado preparando para los despidos desde que se anunció la transacción en abril, y Musk planteó la idea de recortes de costos a los socios bancarios cuando inicialmente estaba recaudando fondos para el acuerdo.
A algunos inversionistas potenciales se les dijo que Musk planea reducir el 75% de la fuerza laboral de Twitter, que cuenta con unos 7.500 empleados, y espera duplicar los ingresos dentro de tres años, dijo una persona familiarizada con el asunto a principios de este mes. Pero mientras visitaba la sede de Twitter el miércoles, Musk señaló a los empleados que no planea recortar el 75% del personal cuando se haga cargo de la firma, según personas familiarizadas con el asunto.