El presidente ejecutivo de Tesla, Elon Musk, se reunió el viernes en Washington con dos cargos de alto nivel de la administración del presidente Joe Biden para hablar sobre cómo impulsar juntos la producción de vehículos eléctricos (VE) y acelerar la “electrificación” de las redes de autos estadounidenses.
Musk se reunió con John Podesta, un incondicional demócrata que ejerce como asesor principal del presidente para la innovación en energías limpias, y con Mitch Landrieu, que supervisa el gasto en infraestructuras, según confirmó a Reuters un portavoz de la Casa Blanca.
“Se reunieron con Elon Musk para hablar de los objetivos compartidos en torno a la electrificación y de cómo la Ley Bipartidista de Infraestructuras y la Ley de Reducción de la Inflación pueden impulsar la producción y la recarga de vehículos eléctricos, así como la causa más amplia de la electrificación”, dijo el portavoz.
Un testigo de Reuters vio el viernes a los tres entrando en un edificio del centro de la ciudad que alberga tanto la operación de lobby de Tesla en Washington como el Center for American Progress, un laboratorio de ideas fundado por Podesta. Este último y Landrieu se marcharon media hora más tarde y no respondieron a preguntas.
Musk salió unos 45 minutos después que sus dos interlocutores. También él ignoró las consultas de un periodista de Reuters. Más tarde el viernes, el multimillonario de origen sudafricano confirmó el encuentro en un mensaje en Twitter.
Los consumidores estadounidenses que compraron automóviles Tesla volvieron a tener derecho este mes a hasta US$ 7.500 en créditos fiscales al consumo, en virtud de la Ley de Reducción de la Inflación estadounindense (IRA) de US$ 430.000 millones aprobada el pasado agosto.
Un crédito fiscal anterior para los compradores de vehículos de esa marca expiró después de que el fabricante automotriz vendiera sus primeras 200.000 unidades en Estados Unidos.
La ley impone el requisito de que los VE que reciban las desgravaciones fiscales sean de fabricación norteamericana. También se fijan límites a los precios de los vehículos y a los ingresos de los compradores que pueden optar a los créditos.
Igualmente, establece nuevas restricciones de abastecimiento de baterías que entrarán en vigor en marzo e incluye nuevos créditos para la producción de baterías en Estados Unidos que, según dijo Musk a principios de esta semana, podrían reportar importantes beneficios a la empresa.
Biden no reconoció públicamente el papel de Tesla en la fabricación estadounidense de vehículos eléctricos hasta más de un año después de asumir el cargo, después de que Musk se quejara repetidamente de que se le ignoraba.