Como un pionero medioambiental, Suecia está en la búsqueda constante de fortalecer alianzas que le permitan seguir expandiendo su modelo de desarrollo. Tomas Wiklund, embajador sueco en Chile, no sólo resalta los avances de la nación que representa en relación con sus ambiciosas metas de descarbonización en línea con el Acuerdo de París y la Agenda 2030, sino que reconoce los pasos dados por su socio más importante en América Latina. “El futuro de Chile debe ser próspero”, dice el diplomático a Pulso La Tercera.
Parte de su apreciación está basada en que Chile ocupa el segundo país en Latinoamérica en el Índice Global de Innovación, sólo superado por Brasil. Según Wiklund, la innovación –uno de los atributos destacados por el país nórdico en su día nacional, celebrado este jueves, 6 de junio– es fundamental para alcanzar la transición verde y mayor sostenibilidad. “Cada país tiene sus desafíos. Chile también, pero además tiene muchas oportunidades”, explicó.
¿Qué se necesita para que un país alcance las metas de desarrollo sostenible?
El compromiso es importante por parte de las autoridades, pero también de toda la sociedad. Chile y Suecia han demostrado un gran compromiso con el cumplimiento de esta meta.
En Suecia estamos convencidos de que la innovación es uno de los ejes centrales en la búsqueda del desarrollo sostenible. Como país somos uno de los líderes del mundo en el nivel de inversión en I+D como porcentaje del PIB (3,4%). Otro aspecto clave en este trabajo es la determinación de que la colaboración entre diversos actores entrega sinergias y mejores resultados. Allá, tenemos la costumbre de trabajar en el modelo que llamamos triple hélice, donde el sector público, el privado y el académico se unen para encontrar soluciones en conjunto.
¿Cuál es la clave del éxito de Suecia, en este sentido? ¿Qué rol ha tenido el sector privado?
El sector privado ha sido fundamental en movilizar los recursos necesarios y entender el mercado para desarrollar la innovación, tecnología y respuesta general a los desafíos que nos impone el querer un futuro con mayor sostenibilidad. Y esto, incluso, construyendo alianzas para dar esas respuestas. Por ejemplo, ABB y Epiroc alcanzaron este año un hito tecnológico en la industria minera al implementar el primer sistema Trolley eléctrico a batería en una mina subterránea en Suecia, lo que sin duda transformará nuestra industria.
Ese tipo de colaboraciones no son un ejemplo aislado, nuestras empresas constantemente colaboran, aun cuando a veces son competidores, precisamente para atender esos desafíos. Pero también son líderes en indicadores de sostenibilidad, muchas lideran estas iniciativas. Mölnlycke, una que está desarrollando nanotecnología para el curado de heridas, es parte del 3% de las empresas consideradas más comprometidas con la sostenibilidad. En esto, un compromiso generalizado del sector privado con esas metas también es fundamental para avanzar en conjunto. Las compañías lo hacen por convicción, pero también cada vez más por razones comerciales. Entienden que la sostenibilidad es el futuro.
¿Qué tienen en común ambos países?
Somos dos países en los extremos opuestos del planeta, pero con mucho en común. Tenemos fuertes lazos históricos y una gran cercanía humana entre ambos. Posterior al Golpe de Estado en Chile, Suecia acoge a más de 29 mil chilenas y chilenos. Hoy hay alrededor de 60 mil personas chilenas o con origen chileno en Suecia. Encontrarás a los chileno-suecos en todos los sectores de la sociedad sueca como, por ejemplo, en el Parlamento, mundo académico, industrias creativas y sector privado.
Como economías compartimos una trayectoria en las industrias minera y forestal y como países compartimos valores como la democracia y el respecto a los derechos humanos. En el mundo del día de hoy esto es cada vez más importante.
Otra cosa que me he dado cuenta en el tiempo que he estado en Chile, es el gran interés por la música sueca en Chile, en especial el rock y el metal y por supuesto ABBA. Para nosotros, aparte de ser una importancia cultural, es un aspecto importante en lo comercial. Suecia es uno de los países que más música exporta per cápita. Solo hay tres países en el mundo entero que exportan más música de la que importan: Estados Unidos, Gran Bretaña y Suecia.
¿Cuál es la importancia comercial de Chile para Suecia?
Chile tiene una gran importancia. A nivel de PIB per cápita, es el socio más importante en América Latina. En particular, para nosotros la industria de minería, transporte y telecomunicaciones son áreas prioritarias en Chile.
Recientemente nuestro ecosistema de innovación en minería renovó un acuerdo con Codelco, que nos abre un camino para fortalecer la relación hacia una minería más sostenible (aspecto clave para la transición verde). En transporte, este año nos visitó para participar en el Congreso Futuro una de las académicas de uno de los proyectos más transformadores de electromovilidad en Suecia, en la ciudad de Gotemburgo, llamado “Electricity”.
Pero de la misma forma, un gran reflejo de la importancia es la apuesta que nuestras empresas han hecho en Chile: Volvo, por ejemplo, eligió a Chile como el primer mercado en América Latina para la introducción de sus camiones de carga pesada eléctrica. Asimismo, Scania ha agrandado su portafolio en Chile en temas de electromovilidad y trajo el Scania Super, el vehículo con motor a combustión más eficiente la marca. Esto no es casual, al igual que nosotros, nuestras empresas ven en Chile una democracia estable, con instituciones fuertes que dan certezas para el desarrollo de negocios. Muchas veces ven al mercado chileno como el punto de entrada para el continente como por ejemplo IKEA cuando abrió sus primeras tiendas en Sudamérica en Chile. Y, por ejemplo, todas las soluciones de acceso del nuevo aeropuerto de Santiago fueron proporcionados por una empresa sueca, ODIS de Assa Abloy.
Si usted pudiera mencionar al menos tres negocios sostenibles a los que Chile debería apuntar, ¿cuáles serían estos?
Eso es algo que las chilenas y los chilenos saben mucho mejor que yo. Pero en nuestro trabajo en Chile, por ejemplo, la minería es sin duda una industria que tiene un enorme potencial. Una de nuestras empresas, Sandvik, ha estado trabajando con Codelco en la ambición de convertirse en la minera más automatizada del mundo. Esto no es menor, pues la automatización y la electrificación son parte fundamental de avanzar en una minería más sostenible y que es capaz de atender la demanda que nos exige la transición verde.