Todo parece indicar que la reforma tributaria (RT) partió el año con ritmo, porque no solo se duplicaron las sesiones destinadas a estudiar este proyecto, sino que también la oposición tomó el protagonismo con un petitorio común. Ahora dependerá de los actores mantener la carrera para que esta partida no se transforme en un paso en falso.
Dos y hasta tres podrían ser los protagonistas en este maratón: la oposición, los posibles descolgados y el gobierno, y hasta ahora nada imprime seguridad a sus acciones.
Esta semana, los diputados de la Comisión de Hacienda firmaron una declaración de principios para sentarse como bloque a negociar con el Ejecutivo. Estaban el PC, la DC, el PS, el PRSD, el Frente Amplio (FA), pero faltaban los PPD y los regionalistas, que no cuentan con presencia en la citada comisión. Se les invitó, pero solo aceptó el PPD.
"Nosotros no somos corderos, no fuimos convocados a la discusión previa y hay temas que para nosotros son prioritarios y no están con la debida prioridad, como las rentas regionales. Si no nos invitan a la discusión amplia, no estamos dispuestos a firmar. No tenemos ese compromiso", indicó el diputado Jaime Mulet, vicepresidente de la Cámara.
Aunque los regionalistas, que son cuatro votos, admiten su adhesión a la mayoría de los principios registrados, no desestiman aprobar la idea de legislar del proyecto si logran un "buen chocolate" de la autoridad referido a su principal demanda de allegar recursos a las regiones para la nueva etapa de gobernadores.
"No quiero ver sentados después, en dos o tres meses más, a los senadores Jorge Pizarro, Ricardo Lagos y a tres más llegando a acuerdo con el gobierno y de nuevo dejando fuera a las regiones. No estamos dispuestos a eso", acotó Mulet.
¿Frágil oposición?
Por otro lado, la oposición sintetizó todo el proyecto en ocho "consideraciones previas para legislar" que pusieron sobre la mesa de negociaciones.
Este documento fue producto de varios meses de discusión de parte de una docena de técnicos reuniéndose todos los viernes en las oficinas del Congreso en Santiago, coordinados en la parte operativa por el asesor de los senadores DC, Julio Valladares, y en la parte técnica por el extesorero Hernán Frigolett. Este grupo está conformado por exministros como Máximo Pacheco y Gabriel de la Fuente, y por economistas como Fernando Carmona y Claudia Sanhueza. A algunos encuentros acudieron expertos como el exdirector del SII Michel Jorratt y Francisco Saffie -el padre de la norma antielusión-, y también tuvieron sobre la mesa las 140 páginas del trabajo de la comisión especial de la DC y el documento de una instancia similar en el PPD, constituida por los exministros Nicolás Eyzaguirre y Rodrigo Valdés.
Todo este trabajo concluyó con ocho premisas vitales resumidas en dos amplios ejes, como son que la RT no sea regresiva y que no implique una caída en la recaudación fiscal.
El martes, con documento en mano, se encontraron los diputados de la Comisión de Hacienda, y más allá de algunas molestias porque el presidente de la instancia, Pablo Lorenzini (DC), lo dio a conocer antes, se encargaron de amalgamar a todos los sectores para que haya disciplina y ninguno se arranque solito. Los ojos estuvieron principalmente sobre Giorgio Jackson, ya que su conglomerado se restó en varias votaciones cuando se discutió el presupuesto, pese a que había un acuerdo donde su representante fue uno de los principales negociadores.
"Lo asumo como un desafío gigantesco el tratar de conciliar las distintas posturas del FA, de arribar a un acuerdo que cuente con la aprobación de todos, es un trabajo interno. Los principios concitan el apoyo de la bancada, pero hay que ver cómo va avanzando", manifestó el diputado.
Más allá de la RT, esta es la primera gran señal de la oposición de manera conjunta y todos en mayor o menor medida están conscientes de que puede ser la primera piedra de una articulación de más largo vuelo, con miras a otros proyectos tan emblemáticos. "Esta conversación es tremendamente importante y tiene un carácter estratégico. Es el mejor escenario también para el gobierno, porque le conviene conversar con la oposición en su conjunto, en vez de andar pirquineando votos", observó el diputado Pepe Auth.
Desde que se conoció la minuta, en La Moneda hay una disposición al diálogo. Claro que especifican que aspiran a conversaciones a puertas cerradas, sin anuncios, ni fotos asumiendo que entre sus intransables está la integración y la certeza jurídica. En los temas de fondo se reflejan puntos de encuentro, pero en la forma solo hay divergencias, pues como advierten los parlamentarios no han visto ánimo en el ministro de Hacienda, Felipe Larraín.
"Hay una crítica al ministro, porque habla de diálogo, pero no ha venido a las bancadas a conversar, no lo hemos visto en ningún almuerzo, sino que ha buscado privilegiar el diálogo con algunos sectores, como que no quiere un acuerdo con la oposición, sino que quebrarla, y ese no es un buen camino", admite el jefe de bancada PS, diputado Manuel Monsalve.
Por ello, desde la oposición idearon citar al ministro a conversar sobre su minuta mañana a puertas cerradas, después de la Comisión de Hacienda. Desde Teatinos 120 afirman que Larraín asistirá a la cita y que insistirá en su disposición al diálogo, en especial con aquellos que considera sus "interlocutores permanentes", como llama a la Comisión de Hacienda.
"Estamos abiertos a llegar a acuerdos. Pero no nos vamos a comprometer en este momento con ninguna propuesta en particular, con ninguna de las que ha salido al ruedo", sostienen desde el ministerio.
En la oposición aguardan esta reunión para saber cuánto se despejará el camino. "No esperamos una respuesta a todos y cada uno de los puntos, pero sí el primer paso para sentarnos con los técnicos a conversar hasta marzo", remató Lorenzini.