Empleo de trabajadoras de casas particulares registra cinco trimestres móviles de retrocesos consecutivos
De acuerdo a cifras del INE, este tipo de empleo ha mostrado sucesivas caídas anuales desde el trimestre móvil enero-marzo de este año. En mayo-julio hay 217.344 empleos domésticos, lo que se traduce en una baja anual de 7,7%. Un aspecto a resaltar es que en este tipo de empleo ha habido una fuerte alza de la informalidad laboral, que desde principios de año ha subido 15%.
El mercado laboral y en específico la creación de empleo se ha ido frenando con el paso de los meses. En el último trimestre móvil informado por el INE, mayo-julio, se crearon 178.816 ocupaciones, lo que se traduce en un alza anual de 2%, menor a la registrada en el trimestre anterior. Si bien los ocupados totales alcanzaron los 9.028.647 millones volviendo a niveles previos a la pandemia, los expertos han dicho que para que sea comparable se debe incluir a la población nueva que se incorporó a la fuerza de trabajo e igualar la tasa de ocupación que había previo a la pandemia que era de 58%. Hoy es de 55,6%. En números son unos 420 mil los empleos que faltan.
Además, la tasa de desempleo subió en 0,9 puntos porcentuales en el trimestre mayo-julio llegando al 8,8%, mayor en 0,3 puntos porcentual en relación al trimestre previo. Por su parte, las personas desocupadas aumentaron 14,1% en un año, incididas por quienes se encontraban cesantes (14,7%) y por quienes buscan trabajo por primera vez (7,8%).
En este contexto, un mercado que estuvo fuertemente afectado por la pandemia fue el de las trabajadoras de casas particulares.
En el trimestre diciembre-febrero de 2020, había 293.611 trabajadoras ocupadas, sin embargo, a medida que iba avanzando la crisis sanitaria del Covid-19 menos los puestos de trabajo comenzaron a disminuir llegaron a un mínimo de 169.327 personas en el trimestre agosto-octubre.
De allí en más comenzaron a recuperarse hasta lograr un máximo de 243.986 en octubre-diciembre de 2022, aunque aún por debajo de las cifras prepandemia. Luego de eso sólo comenzó a retroceder, tanto así que en lo que va de 2023, este tipo de empleo ha mostrado sucesivas caídas desde el trimestre móvil enero-marzo de este año y hoy para en trimestre mayo-julio hay 217.344 empleos domésticos lo que se traduce en una caída anual de 7,7%.
Al desagregar entre personal de servicio doméstico puertas adentro y puertas afuera, el primero muestra una mayor contracción en los últimos meses. De hecho, en el trimestre mayo-julio tuvo una caída de 15,4% anual, llegando a 25,466, mientras que puertas afuera retrocedió 6,6% al registrar 191.879.
Un aspecto a resaltar es que en este tipo de empleos ha habido una fuerte alza de la informalidad laboral. En el trimestre mayo-julio subió 2,3%, pero desde principios de año ha subido 15%. Hoy totaliza 127.343 plazas laborales.
Los expertos
El director del Observatorio del Contexto Económico de la Universidad Diego Portales (OCEC-UDP), Juan Bravo, explica que “hay factores estructurales que están detrás de esta evolución, los cuales se han manifestado con mayor fuerza en la modalidad de puertas adentro”.
Para el economista, el empleo como servicio doméstico puertas adentro al trimestre mayo-julio 2023 fue de apenas 25.466, cifra que es incluso menor a los 30.412 registrados al trimestre mayo-julio 2020, en plena pandemia. Si este tipo de empleo en la actualidad es incluso más bajo que en ese entonces, es porque hay factores estructurales que van más allá de los impactos perniciosos de la crisis sanitaria”.
Para Bravo, en un análisis de más largo plazo, y considerando desde el trimestre mayo-julio 2010, es decir, hace 13 años atrás, 64.897 personas se desempeñaban como personal de servicio doméstico puertas adentro. “Este tipo de empleos va en retirada, asociado a los cambios que experimenta un país a medida que aumenta su nivel de ingreso y a que más mujeres acceden a la educación y a mejores oportunidades”.
Soledad Monge, economista de Libertad y Desarrollo, (LyD) añade que “el empleo doméstico exhibe una tendencia a la baja entre 2011 y 2019. En el peor momento de la pandemia este tipo de empleo cayó 46%, principalmente por las restricciones de movilidad. Si bien tuvo cierta recuperación entre 2021 y principios de 2023, los últimos meses el empleo doméstico ha exhibido nuevamente una tendencia a la baja”. De hecho, subraya que “hoy en día el empleo doméstico es 33% menor al que había en 2019. La reciente baja obedece principalmente a la situación económica por la que está atravesando el país”.
La economista entrega otro argumento para explicar la tendencia de este tipo de empleo: “El trabajo doméstico puertas adentro se ha ido encareciendo ya que las personas están menos dispuestas a trabajar bajo esas condiciones, lo que genera un menor nivel de este tipo de empleos. Es lo que sucede en los países desarrollados, donde el salario del trabajo doméstico, sobre todo el puertas adentro es considerablemente alto. Es por esto que si Chile retoma el camino hacia el desarrollo este tipo de empleo continuará cayendo en el futuro”.
La mirada del gobierno
La subsecretaria de la Mujer y la Equidad de Género, Luz Vidal Huiriqueo, quien anteriormente fue dirigenta del Sindicato de Trabajadoras de Casas Particulares, entrega otra visión al respecto y plantea que “está lejos de estar en retirada en Chile, ya que es un trabajo valorado en los hogares. En nuestra región, al menos, sigue siendo un sector importante y muchas veces representa la puerta de entrada de las mujeres al trabajo remunerado”.
Para la subsecretaria, “al Estado le compete promover este tipo de trabajos, pues son trabajos necesarios para el funcionamiento de la sociedad”. Y por lo mismo sostiene que se debe “resguardar que se presten como los demás trabajos, esto es, cumpliendo las normas laborales de quienes trabajan en ellos, a través de la fiscalización y de campañas destinadas a promover la formalización de los contratos de trabajo, el pago de remuneraciones y de sus cotizaciones, así como el cumplimiento de las demás obligaciones de los empleadores”.
Vidal indica que como gobierno se está preparando “una nueva campaña destinada a promover la formalización de los contratos. Esto ya se ha hecho antes con éxito, pero queremos ahora hacer un esfuerzo sistemático que permita mantener comportamientos de buen trato y trabajo decente de empleadores y empleadoras”.
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