El 27 de junio de 2018 el sindicato de la empresa Maersk presentó una solicitud ante el Punto Nacional de Control (PNC) chileno de la Ocde, para la revisión del procedimiento de cierre de la firma y, por ende, la desvinculación de sus trabajadores, identificando presuntas vulneraciones a las "líneas directrices" por parte de la empresa, establecido por el organismo internacional.
Todo esto, luego que a mediados de junio el holding naviero Maersk Container Industry decidiera cerrar su planta de contenedores refrigerados en San Antonio (Región de Valparaíso), lo que significó el despido de 1.209 personas.
Los argumentos del sindicato N° 1 para presentar su queja ante el PNC, fueron que: se debió -según hacen presente en el informe final de la entidad- a que la empresa no cumplió con las líneas directrices, dado que la decisión del cierre y que fue intempestivamente informada por la empresa a los trabajadores, dejándolos en indefensión, sin poder anticipar acciones paliativas o preventivas ante el impacto que esto supone para ellos y sus familias, y que, además, agravan un contexto socioeconómico ya muy vulnerable en el puerto de San Antonio.
Por lo mismo, la acción del sindicato pretendía alcanzar un acuerdo efectivo de cierre con la empresa mediante un proceso de diálogo que posibilitara consensos sobre mecanismos de compensación.
El rechazo
La empresa rechazó el ofrecimiento de los buenos oficios propuesto por el PNC chileno para mediar con sus trabajadores, ya que señalaron (en el informe final del PNC) "haber cumplido acabadamente con la legislación laboral chilena aplicable e incluso más allá de su estándar, mediante el otorgamiento de beneficios adicionales a los exigidos por ley", y haber actuado conforme a las líneas directrices citadas en cada punto.
Las "líneas directrices de la Ocde para Empresas Multinacionales" (del capítulo empleos y relaciones laborales del organismo), señalan que "las empresas deberán respetar el derecho de constituir sindicatos y de llevar adelante negociaciones colectivas (…) notificar cambios o cierres con una antelación razonable a los trabajadores y de abstenerse de cualquier amenaza de trasladar las operaciones, en respuesta a negociaciones sobre las condiciones de trabajo o para obstaculizar la formación de un sindicato o la participación en él". A estos puntos apuntan desde el sindicato.
Frente a esto, la empresa señala "haber tomado la decisión de no informar sino hasta el día del cierre efectivo siguiendo lo aconsejado por asesoría experta, interna y externa, en atención a supuestos factores de riesgo para la seguridad de los trabajadores en un contexto de movilizaciones y huelga legal".
La compañía, al ser consultados por PULSO, dijo respetar las directrices de la Ocde, al mismo tiempo que indicó que "mantenemos nuestra decisión de llevar a cabo el cierre de Maersk Container Industry en Chile de una manera que considerara debidamente los legítimos temas de seguridad, así como también los derechos y bienestar de nuestros ex empleados, quienes recibieron un paquete de indemnización con una compensación adicional a los requisitos legalmente establecidos ".
CUT insistirá
A fines del año pasado, la presidenta de la Central Unitaria de Trabajadores (CUT), Bárbara Figueroa, viajó a Copenhague, en Dinamarca, en el marco del encuentro de la Confederación Sindical Internacional (CSI), donde se reunieron con el PNC danés para propiciar los acercamientos entre la empresa y el sindicato. Además, patrocinó la queja del sindicato ante el PNC chileno, por lo que Figueroa no descarta seguir realizando acciones para lograr una mediación.
"No hemos descartado nada. Hay asamblea de la Ocde en junio y ahí nosotros, de poder participar, vamos a plantear el punto para poder apoyar a los trabajadores", sostuvo la líder de la multisindical, aunque reconoce que habría poco margen de acción y que espera que sea el gobierno el que pueda resolver la situación de los trabajadores.