El debate sobre la reducción de la jornada laboral ya está instalado. El proyecto de Camila Vallejo (PC) que reduce a 40 las horas de trabajo a la semana irrumpió en la agenda pública, tanto así que el gobierno tuvo que salir a contraatacar con otra iniciativa que acorta la jornada a 41 horas promedio. La legislación vigente establece que el tope máximo de horas ordinarias trabajadas semanalmente no puede exceder las 45 horas.
Actualmente, cifras del INE del trimestre móvil mayo-julio 2019 arrojan que, del total de los 8,4 millones de ocupados, el 21,4% trabaja entre 1 y 30 horas; el 17,7% (sin diversificar entre dependientes e independientes) laboran entre 31 a 44 horas efectivas semanales. En tanto, un 41,1% lo hace en 45 horas semanales y solo el 19,9% va desde las 46 y más.
Sin embargo, más allá de la legislación, la realidad muestra que poco a poco empresas y entidades de diversos rubros han ido, voluntariamente, transitando hacia una política de reducción de carga horaria o de adaptarla a las diferentes realidades productivas, utilizándola para atraer profesionales y como medida para generar un buen ambiente laboral.
Los resultados de este recorte voluntario de la jornada laboral, según una serie de organizaciones consultadas por Pulso, han sido positivos. Explican, en general, que la clave del éxito ha sido su aplicación gradual y la flexibilidad que también se ha sumado.
Para ellas, laborar menos tiempo, aplicar horarios flexibles y, en algunos casos, usar la modalidad de trabajo desde la casa (home office), ha derivado en aumentos de la productividad y en mejorías en el clima laboral. Hay ejemplos de compañías en los sectores industrial, financiero y digital, y de instituciones del sector público y educativo, entre otras.
Karina Pérez, directora de la empresa de reclutamiento especializado Robert Half Chile, sostiene que si bien a nivel de las empresas todavía no es una política generalizada, lo que sí ha empezado a gestarse con mayor fuerza es la demanda de empleos donde existan facilidades para compaginar la vida profesional con la personal, prefiriendo así trabajos que incorporen modalidades como el home office.
Municipalidad de Macul partió con las 40 horas
A partir del 2 de septiembre la Municipalidad de Macul decidió reducir la jornada laboral a 40 horas. Esto, enmarcado en el actual debate político por la rebaja del horario de trabajo.
En primera instancia, la medida solo estará disponible para los cerca de 100 funcionarios regidos por el Código del Trabajo que integran la administración central. Sin embargo, esperan ir extendiéndola progresivamente, hasta completar el total de trabajadores del municipio.
Si bien aún se encuentra en fase piloto y no es posible percibir los efectos, Andrés Jara, jefe de comunicaciones de la Municipalidad de Macul, señala que la iniciativa, que surgió de la necesidad de modernizar los procesos laborales y mejorar la calidad de vida, apunta a concentrar las mismas obligaciones en un tiempo más acotado y así liberar una cantidad de horas. La distribución de la jornada todavía está en fase de definición.
Jara añade que "aunque estamos por definir las modalidades y las formas en que incorporaremos la flexibilidad, esperamos lograr los mismos resultados que en la Municipalidad de Recoleta -se aplicó reducción de jornada desde mayo pasado-, donde las licencias médicas se redujeron significativamente".
En todo caso, apunta que "bajo ningún concepto esta reducción implicará una merma en los salarios, porque nuestro objetivo apunta a lograr lo mismo, o más, pero con menos tiempo invertido".
TDCLA: jornadas largas son poco productivas
Desde TDCLA (Tecnologías del Conocimiento Latinoamérica), empresa de marketing, capacitación y asesoría en servicios digitales, apuntan que la reducción de la jornada es una medida que llevan implementando desde hace 14 años y que tiene que ver con la concepción que desde un inicio se plantearon debía tener su empresa.
La razón se debe a que de acuerdo a su análisis, las jornadas más largas no son más productivas. Así lo afirma uno de sus socios, Alan Alvarado, quien explica que "desde nuestros inicios decidimos que trataríamos de tener un régimen de 8 horas para dormir, 8 para trabajar y 8 para el ocio". Alvarado añade que "cuando nos incorporamos a la franquicia internacional de Dale Carnegie, corroboramos que este era el camino correcto".
Asimismo, explica que "nuestro horario ha ido cambiando, partimos con el tradicional horario de 9:00 a 18:00 horas, pero actualmente nuestra jornada es flexible en términos de que los colaboradores pueden iniciar sus labores entre las 8:00 horas y las 9:00 horas, y salir entre las 17:00 y las 18:00 horas, dependiendo del horario de entrada. Aunque la mayoría prefiere entrar antes para salir más temprano".
De acuerdo a Alvarado, esta medida "nos ha traído beneficios al disminuir los tiempos de transporte desde y hacia los hogares. Además, permite que las personas puedan realizar otras actividades en las tardes. Ya no es llegar a comer y dormir. También tenemos personas que viven en la V Región y este horario les permite desplazarse con más eficiencia", remarca.
AES Gener: reducción y flexibilidad
Desde hace dos años la empresa productora de energía eléctrica AES Gener incorporó la jornada laboral de 40 horas semanales a las demás modalidades de 45 y 42 horas.
Su directora de Recursos Humanos, Fernanda Urrutia, señala que la aplicación de un turno con 40 horas trabajadas se hizo progresivamente en este período de tiempo, entendiendo las diferentes realidades productivas de las centrales. Afirma que actualmente se comenzó a flexibilizar la carga horaria de las jornadas. "En algunas de nuestras plantas u oficinas tratamos de concentrar las horas que trabajamos normalmente entre lunes y jueves, para así dejar libre los días viernes, o bien para tratar de adelantar la hora de salida ese día".
La ejecutiva explica que "contamos con una política de home office que apunta también a otorgar flexibilidad laboral, entendiendo que los roles de las personas en la empresa pueden desarrollarse en lugares distintos a la oficina, dado que se trabaja por objetivos en muchos casos".
Todo lo anterior, según cuenta Urrutia, "arroja cifras positivas respecto a la productividad de los equipos y mejor disposición cuando se refiere al compromiso con la empresa, lo que ha redundado en un mejor clima laboral".
Sobre el éxito en la implementación, Urrutia apunta a que "todos los procesos de flexibilidad han tenido periodos de prueba y marcha blanca, lo que nos ha permitido determinar si estábamos preparados como organización para estos cambios y también para ver detalles logísticos que debían mejorarse. Además, hemos estado constantemente pidiendo la opinión de trabajadores involucrados para ir mejorando la implementación de este programa".
Corporación Opción: viernes más cortos
"Nosotros siempre hemos tenido una jornada laboral de 40 horas", dice Milagros Nehgme, directora de la Corporación Opción -organización sin fines de lucro dedicada al asesoramiento familiar e infantil. "Lo que nos planteamos hace dos años fue incorporar flexibilidad voluntaria y lo logramos", apunta.
Esto, porque "el 95% de nuestras trabajadoras son mujeres y para nosotros era importante inculcar en nuestra identidad corporativa el mensaje que tratábamos de enviar a nuestros usuarios". En primer lugar, explica Nehgme, "se plantea hacer un plan piloto que duró un año y les sugerimos a nuestros trabajadores flexibilizar la jornada voluntariamente".
Nehgme afirma que luego se propuso crear un sistema de turnos, el cual constaba de concentrar la mayor cantidad de días de horas semanales entre lunes y jueves durante tres semanas, para que los viernes se pudiera trabajar solo medio día. Pero para lograrlo, la última semana del mes se debía trabajar jornada completa. Asimismo, aclara que "todo lo relativo a facilidades horarias queda suscrito en un anexo de contrato y desde que lo aplicamos no hemos tenido inconvenientes particulares ni a nivel sindical por vulneración de derechos. Modernizar las condiciones laborales no tiene por qué precarizar el trabajo".
Respecto a la productividad, Nehgme subraya no haber visto ningún impacto negativo en la productividad. "Nuestros colaboradores reportan más satisfacción y se esfuerzan en hacer su trabajo", puntualiza. Agrega que "no hay nada que no se deje de hacer. Es más, si se bajara la carga horaria a menos de 40 horas estoy segura que produciríamos igual".
Espacio Público: lugar atractivo para jóvenes
Espacio Público es un centro de estudios cuyos ejes principales son la investigación y la incidencia en políticas públicas.
Por tanto, y dada la naturaleza de su trabajo, su director ejecutivo, Daniel García, apunta que el hecho de haber logrado compaginar flexibilidad horaria con jornadas laborales más cortas hasta las 40 horas, ha hecho de la institución un lugar atractivo para profesionales jóvenes.
"Esta estrategia nos ha permitido ser un lugar atractivo para jóvenes profesionales de mucho talento que, junto con hacer aportes sustantivos a nuestra investigación en políticas públicas, han podido conciliar esos desafíos con actividades académicas y/o su vida familiar", señala García.
Sobre el proceso de aplicación, García explica que su gradualidad se fue dando por áreas dentro del centro: "Primero se fue aplicando a casos puntuales y ahora ya forma parte del estándar institucional". El director ejecutivo puntualiza que la implementación se realizó "a través de un proceso consensuado con el equipo de forma colectiva (negociación colectiva), que permitió alinear objetivos individuales con los colectivos".
Respecto a la productividad, detalla que "sin contar con estudios al respecto, pensamos que en ningún caso tuvo impacto negativo en nuestra productividad, relacionado directamente con la investigación e incidencia que realizamos".
Instituto Profesional IACC: 5% más de productividad
39,5 horas de trabajo semanales son iguales a 5% más de productividad. Ese fue el resultado tras dos meses de haber reducido la jornada laboral en el Instituto Profesional IACC.
La vicerrectora de Administración y Finanzas, Yulia Kosteva, explica que atendiendo las sugerencias recibidas por encuestas internas y focus groups, se decidió aplicar una rebaja de la carga horaria a más de 300 colaboradores que trabajan de manera presencial y también al cuerpo docente, conformado por 800 personas, lo que no solo derivó en aumentos en la productividad, sino en mejores resultados de los trabajos finales. Kosteva enfatiza que "para incrementar la productividad en una reducción de horario de trabajo, la clave está en generar un cambio de cultura, generar una innovación tecnológica que facilite los procesos de trabajo, que exista un compromiso de ambas partes para sacar adelante el proyecto sin sacrificar salarios y productividad. "Esto es justamente lo que ha permitido que nosotros en IACC aumentemos la productividad; esto fue un trabajo planificado hace cuatro años y es una tremenda satisfacción que después de todo, los resultados han sido los esperados para nuestra institución", destaca.
Asimismo, apunta que para aplicar una reducción de jornada laboral, "es indispensable generar un proceso de confianza con los colaboradores, realizar un diálogo y compromiso permanente. Si no están dadas las condiciones para realizarla, será difícil que ambas partes sean beneficiadas y que la productividad sea la esperada".
Bci: flexibilidad para tener 43 horas semanales
En Bci la flexibilidad horaria ha sido la clave para reducir la jornada laboral. Si bien mantienen como tope las 45 horas semanales distribuidas de lunes a viernes (para los colaboradores con jornada completa), poco a poco comenzaron con un plan con el propósito de mejorar la experiencia del colaborador y conciliar el trabajo - familia - vida personal. Para ello, según cuentan en la empresa, se ha definido ciertos permisos asociados a la flexibilidad laboral, entre los que se encuentra el de jornada reducida: se anticipa la salida en 15 minutos de lunes a jueves y los viernes los trabajadores adelantan su salida a las 15:30 horas. De esta manera, la jornada semanal se reduce a 43 horas trabajadas, "siempre y cuando no se altere la buena marcha de la unidad en al que se desempeñe el trabajador", afirman desde el banco.
De acuerdo a los trabajadores, la decisión no generó ningún impacto en la productividad, y además derivó en mejorías en el clima laboral y mejor rendimiento. "Los trabajadores lo agradecían", comenta el presidente del sindicato, Pablo Hidalgo, quien agrega que "si bien todavía existe un alto porcentaje de licencias por estrés y otras relacionadas por la presión, los trabajadores en general han tomado con buena disposición esta política de parte del banco, y eso ha impactado directamente en su vida familiar de manera positiva. Así al menos nos lo expresan nuestros sindicalizados".