La fuerte caída del empleo impacta a todos los estratos sociales, y si bien los trabajadores con menos años de estudio han sufrido un embate mayor, los más capacitados no han quedado exentos de este agrio panorama contraído en pandemia. Un informe de Clapes UC muestra que la generación de empleos para los trabajadores de alta calificación ha caído 7,5% en el último trimestre de lectura del Instituto Nacional de Estadísticas (INE) de marzo-mayo, la más aguda desde que se mide.
“Para todos los segmentos esta es la caída más pronunciada, porque esta es una crisis laboral que no tiene parangón. En la crisis del 82 que fue gravísima, la caída del empleo llegó a 10% anual, en la de 1999 fue de -3,1%, en 2009 bajó 1,6%, y ahora estamos hablando de una caída de 16,5%, superó a todas las crisis anteriores”, explicó el economista de este centro, Juan Bravo.
Hay que aclarar que caída de empleo no es lo mismo que tasa de desempleo, la cual de acuerdo con el investigador no estaría entregando la verdadera historia, ya que muchas personas que han perdido su puesto de trabajo no han salido a buscar uno nuevo, sea por desaliento de no encontrar, por temor a los contagios o porque, por las cuarentenas, no han podido llegar a las entrevistas. Entonces por elaboración estadística, estas personas pasan a la ventana de “inactivas” y dejan de presionar el desempleo que implica aquellos que sí están buscando una plaza laboral.
“El desempleo es un pésimo indicador porque muestra un panorama mucho más benigno. La última medición marcó 11,2%, es decir que recién estamos llegando a los niveles de la recesión de 2009, mientras que la destrucción de empleo nos dice que esta crisis ya superó la de 2009, 1999 y hasta la de 1982. Honestamente, la tasa de desempleo no sirve para nada. Hay que mirar cifras de destrucción de empleo, esa es la manera de analizar el mercado laboral” recalcó el economista.
Entonces, a analizar la tasa de destrucción de empleo en los sectores más calificados.
Quiénes son
Para definir el nivel de calificación de un empleado, en Clapes usan el Grupo Ocupacional, que se divide en 10 tramos. Se considera de baja calificación a aquellos que realizan “ocupaciones elementales” como recolectores de basura, servicio doméstico. La mediana calificación va desde operadores de instalaciones, artesanos, agricultores, vendedores hasta personal de apoyo administrativo.
Los de alta calificación ocupan los tres primeros peldaños refiriéndose a los directores, gerentes, administradores, profesionales, científicos e intelectuales y técnicos y profesionales de nivel medio que realizan tareas más especializadas.
Estos últimos, en el último trimestre móvil marzo-mayo representaban el 22,3% del total de fuerza laboral, versus los de mediana calificación, que eran mayoría con el 49,8%, mientras que los baja calificación contribuían con 17,8%. Esta participación en la muestra total, acotó Bravo, cambió un poco, porque en el trimestre antes de la pandemia (diciembre-febrero) la participación de los de alta calificación era de 29,2% y 20,1% los de baja.
¿Se podría asumir que los de alta calificación son clase media? Más o menos, respondió Bravo. “Uno presume que las personas que están ejerciendo trabajos de alta calificación tienen ingresos más altos que el resto, pero no hay solo clase media sino también clase alta en esta categoría”, observó.
Y entre ellos, según Grupo Ocupacional, también hay diferencias, ya que el primero de directores y gerentes ha sido el más golpeado con una caída del empleo de 33,9%, “lo que se explica por la destrucción de muchos emprendimientos”, subrayó el investigador. Realidad que contrasta con el tercer grupo de Técnicos y Profesionales, que de todas las categorías son los únicos que ha visto un crecimiento del empleo de 2,1%.
“Es el único grupo con número azules lo que atribuimos a los técnicos de enfermería que se están contratando en el sector salud por la emergencia. Y por lo mismo, a la inversa de lo que ocurre en el empleo total, las mujeres de alta calificación se muestran menos afectadas. Ello, probablemente por áreas como personal de enfermería que están más cargadas hacia la presencia de mujeres”, recalcó Bravo. Por género, en este segmento la destrucción de empleos para los hombres fue de 9,4% versus 5,5% para el caso de las mujeres.
Menos dinámico
De acuerdo con el investigador, los empleos de alta calificación muestran cifras menos malas que los de mediana (-18,4) y de baja (-24,8%), porque se ubican en áreas que pueden ser desempeñadas remotamente.
“Por la naturaleza de sus funciones, es el grupo que más accede al teletrabajo y, por lo tanto, puede seguir operando en pandemia, frente a otros que requieren de presencia física como un obrero de la construcción. Que ellos puedan hacer sus trabajos en su casa, es una de las razones porque sus puestos laborales son menos dañados”, destacó Bravo. No obstante, se prevé que cuando inicie el desconfinamiento, este grupo será el de más lenta recuperación.