En la crisis hídrica, Magallanes no es la excepción

Hace dos años, por primera vez en la historia se decretó “zona de escasez hídrica” en la Región de Magallanes y la Antártica Chilena. La inédita medida dejó en evidencia los efectos del cambio climático en la zona austral, donde -a diferencia de otras regiones- la actividad humana no es determinante en la escasez, sino que las principales causas están en las alteraciones en los patrones de temperatura y precipitaciones. Es decir, cambio climático puro y duro.
Las consecuencias del déficit de precipitaciones se hicieron sentir en la agricultura y la ganadería; en tanto, la DGA calculó en 20 mil las personas afectadas por la escasez, localizadas principalmente en la comuna de San Gregorio, las provincias de Última Esperanza y el norte de Tierra del Fuego.
Con ese antecedente, iniciamos el estudio encargado por Corfo, que culminó con la “Radiografía del Agua” de Magallanes, un análisis en el que participaron quince especialistas y que incluyó informes específicos de cambios de uso de suelo, recarga de acuíferos y medición del ISH (Índice de Seguridad Hídrica) en tres cuencas predeterminadas.
Desde el centralismo que caracteriza a nuestro país, es difícil dimensionar Magallanes, tanto en su extensión como complejidad geográfica. En su territorio, la Región Metropolitana cabe casi 9 veces y posee 10 cuencas hidrográficas, que se dividen y subdividen hasta llegar a 244 subsubcuencas, transformando al mapa regional en un desafío donde no caben las generalizaciones.
Magallanes no deja de sorprender: si en otras regiones el agua subterránea es una reserva disponible, en este territorio los recursos hídricos son principalmente superficiales, lo que aumenta la vulnerabilidad ante episodios de sequía. Por ello, una de las conclusiones de la “Radiografía del Agua” es que las zonas en que se produce la recarga de los acuíferos son críticas para conservar esta fuente de agua.
Entre los ecosistemas fundamentales para el ciclo hidrológico aparecen las turberas, humedales que son verdaderos sumideros de carbono y que tardaron miles de años en formarse, pero que pueden desaparecer en poco tiempo, liberando ese CO2 a la atmósfera.
Toda la información y conclusiones contenidas en la “Radiografía del Agua” actualmente es un insumo utilizado en la co-construcción de las estrategias hídricas de las áreas urbanas y periurbanas de Porvenir y Puerto Natales, donde -como Escenarios Hídricos 2030 de Fundación Chile- estamos trabajando con los actores locales en el marco de un Bien Público para el Gobierno Regional, financiado por Corfo.
Desde nuestro equipo, admiramos el temple y la motivación magallánica para participar de la co-construcción de estas estrategias, sin que sean un obstáculo las grandes distancias y las inclemencias climáticas propias de esta región. Su deseo de encontrar soluciones conjuntas, con la base técnica que ofrecemos, es más fuerte.
El desafío en Magallanes está lejos de terminar y este 2025 será clave para pasar del diagnóstico a la definición de estrategias para asegurar el agua en este territorio al fin del mundo.
Por Paola Matus, líder de Territorios Resilientes de Escenarios Hídricos 2030 de Fundación Chile
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