La inflación fue un problema que estuvo presente durante todo 2022. El peak se alcanzó en agosto cuando el precio en su medición anual alcanzó el 14,1%. De allí en más comenzó una lenta reducción para finalizar el año en 12,8%, su mayor nivel en 31 años.

Si bien para este año se espera que continúe su senda de desaceleración para cerrar el año en niveles cercanos al 5%, la pérdida del poder adquisitivo de los trabajadores el año pasado fue alta. Para paliar ese efecto, algunos trabajadores reciben un reajuste anual en línea con el alza inflacionarias, muchas veces incluído en los contratos colectivos. Sin embargo, de acuerdo a una encuesta realizada por Trabajando.com a 5.191 personas ese porcentaje es minoritario y sólo llega al 23%.

Así, como contrapartida, el 68% de los encuestados afirmó que no recibe reajuste por inflación, y un 3% recibe un bono y 7% respondió no saber.

¿En qué casos se entrega este reajuste?

María Jesús García-Huidobro, gerenta de Desarrollo de Negocios de Trabajando.com explica que “el reajuste salarial en base al Índice de Precios al Consumidor (IPC) no es una obligación legal del empleador. Se convierte en un derecho adquirido cuando el empleador lo ha realizado por más de 2 años seguidos. En otros casos está establecido por contrato o por acuerdos sindicales. En esos casos hay que respetarlo siempre”.

La representante de Trabajando.com puntualiza que algunas empresas eligen entregar beneficios de otras formas, por ejemplo, “a través de un seguro de salud gratuito, un bono o tarjeta de alimentación, un bono anual, entre otras. A veces esos beneficios pueden ser más valorados aún por los colaboradores, en años normales, con baja inflación sobre todo”.

García-Huidobro añade que en un año con una tasa de inflación histórica como el que hemos tenido, sin duda a los trabajadores que no tienen “reajustes salariales en base a IPC les afecta su poder adquisitivo, en esa línea las empresas deben evaluar su implementación o alguna medida para ser competitivos en las remuneraciones que ofrecen”. Esto, porque asegura que “es importante que las medidas deben ser integrales respecto del clima laboral, la motivación y la productividad, además ayudan a disminuir la rotación, por lo tanto, siempre son un buen negocio para las empresas”.

En su análisis puntualiza que se debe tener en cuenta que “una inflación de dos dígitos afortunadamente no es algo habitual en nuestro país, por lo que tanto las empresas como los trabajadores se están enfrentando a una situación que esperamos sea extraordinaria”. Por ello, lo que recomienda para hacer frente a coyunturas como esta “es abrir espacios de diálogo entre las partes, con jefaturas o áreas de Gestión de Personas, hay que tener en consideración también qué otro beneficio está entregando la empresa y evaluar a qué soluciones se puede llegar, que sea valorada por los colaboradores y estén dentro de las capacidades de la organización”.