Las energías eólica y solar duplicaron su participación en la mezcla energética global en los últimos cinco años, acercando al mundo a un camino que limitaría los peores efectos del calentamiento global.
Las fuentes de energía renovable representaron casi el 10% de la energía en la mayor parte del mundo en el primer semestre de este año, según un análisis del grupo ambientalista británico Ember.
Esa descarbonización de la red eléctrica se vio impulsada este año a medida que los cierres para contener el coronavirus redujeron la demanda en general, por lo que las energías renovables tuvieron que compensar.
El estudio
Ember analizó la generación en 48 países que representan el 83% de la electricidad mundial. Los datos mostraron que la energía eólica y solar aumentó 14% en el primer semestre de 2020 en comparación con el mismo período del año pasado, mientras que la demanda mundial cayó 3% debido al impacto del coronavirus.
Al mismo tiempo que las turbinas eólicas y los paneles solares han proliferado, la participación del carbón en la mezcla ha disminuido en todo el mundo. En algunos países, principalmente de Europa occidental, el carbón ha sido prácticamente eliminado de la generación de electricidad.
China confiaba en el combustible fósil más sucio para el 68% de su energía hace cinco años. Esa participación cayó a 62% este año, y las energías renovables representaron el 10% de toda la electricidad generada.
Aun así, el crecimiento de las energías renovables puede no ir lo suficientemente rápido como para que el mundo alcance sus objetivos climáticos, y el carbón todavía se quema para obtener energía en muchas partes del mundo.
Carbón
El uso del carbón debe caer alrededor de 79% para 2030 respecto a los niveles del año pasado, una caída de 13% cada año durante la próxima década, según Ember.
Las nuevas instalaciones de parques eólicos se mantendrán más o menos estables en los próximos cinco años, según datos de BloombergNEF. Eso hará que sea difícil lograr un ritmo sostenido de duplicar la energía renovable cada cinco años.
“Si sus expectativas son que necesitamos estar en el objetivo de 1,5 grados, claramente no vamos lo suficientemente rápido”, afirma Dave Jones, analista de Ember. “No estamos en una trayectoria en la que estemos reduciendo las emisiones por el carbón lo suficientemente rápido”.