Restan sólo cuatro semanas para que acabe año y mientras algunos ya piensan en "darse el abrazo", las pymes sólo tienen en mente los últimos 24 días hábiles que quedan de 2018. Estos podrían marcar una diferencia entre números azules y rojos.
Sin embargo, también son clave para el desarrollo de una política de financiamiento de cara al próximo año, evitar moras y mantener las obligaciones de la empresa.
Las pymes, al igual que cualquier otra compañía del país, a estas alturas del año ya comienzan a apurar los procesos de cierre, un trabajo que puede ser más difícil cuando no se cuenta con el respaldo como el que tienen las grandes empresas.
En ese sentido, una de las primeras preocupaciones para el sector es la entrega de aguinaldos a sus trabajadores, pues este tipo de prácticas permite mejorar el ambiente laboral, además de generar reconocimiento y bienestar entre sus colaboradores. Una política exitosa en ese sentido, se traduce en un incremento en su eficiencia laboral.
Es por este motivo que en algunas oportunidades las pymes se ven tentadas a acceder a deuda. Es por este motivo que para poder enfrentar la entrega de gratificaciones, es clave la planificación, pues no se recomienda recurrir a este tipo de opciones. "Fin de año representa un momento de orden para las empresas, especialmente en temas contables: realizan balances que dan claridad sobre su realidad y lo que pueden requerir.
Es necesario enfrentar este período con claridad respecto a cómo ha estado el año en materia financiera, y por sobre todo, sacar cuentas (con documentación en mano) para ver si estas son positivas o negativas", explica Mario Espinosa, gerente general de Defensa Pyme.
Una vez realizado este proceso, se podrán enfrentar de mejor manera los desafíos de fin de año y también permitirá establecer una estrategia más eficiente de cara a 2019. "Esta información le permitirá, en último término, plantearse desafíos para el año que viene respecto a lo que se espera de la empresa, expectativa que debe fundarse en la situación actual", dice Espinosa.
Para hacerse una idea, las pymes aportan casi dos tercios de los ocupados en Chile y representan el 98% de las empresas formales existentes, lo que se traduce en alrededor de unas 900 mil compañías, según datos del INE y el SII.
Además de los propios desafíos de cierre de año, este es un momento ideal para que las pequeñas y medianas empresas comiencen a desarrollar, afinar y aplicar nuevas estrategias. "Las pymes pecan de no hacer una planificación comercial.
Esto significa sentarse a elaborar un plan de negocios que identifique los objetivos y prioridades para enfrentar el 2019. Esto se traduce en que esa estrategia define, por ejemplo, qué nuevos canales de distribución van a empezar a abarcar, cómo abordar a nuevos clientes y qué nuevos productos o servicios lanzarán el próximo año", manifiesta Pablo Barberis, subdirector del Área Consultoría y docente FENUnegocios de la Universidad de Chile.
Eduardo Elgueta, director de la consultora Astur, explica que "lo ideal es comenzar por generar un buen presupuesto, en donde se planifique y proyecte de manera correcta los ingresos, costos y gastos del próximo año. En esta línea, es recomendable proyectar estructurales durante estos meses, a objeto de comenzar con una nueva estructura el próximo año.
Estos cambios deben ir siempre en línea con el presupuesto que se desea cumplir. Por lo mismo, las reuniones y directorios de cierre de año son muy importantes para las empresas".
De acuerdo con cifras de la Facultad de Economía y Negocios de la Universidad de Chile, el 65% de las empresas no trabaja con una planificación de negocios o si la tienen, no la implementan.
"Muchas veces se toman decisiones por intuición u olfato, pero no responde a una definición formal que establezca un ordenamiento, prioridades y metas concretas. A estas alturas del año, una pyme ya debería estar terminando una estrategia de cara al próximo año", dice Barberis.
Patricio Gana, socio principal de Ak Contadores, señala que "hay que afrontar y acostumbrarse a la baja en los márgenes de comercialización, debido -entre otras cosas- a la introducción, cada vez más rápida, de tecnologías en diversos ámbitos de negocios e industrias. Esto implica una inversión inicial mayor, pero una reducción de costos en el mediano - largo plazo".
De cara a los resultados, los expertos anticipan que hay que ser cautos frente a las expectativas. "Todos esperamos que el 2019 sea un gran año, sin embargo es importante no tener expectativas desmesuradas, como ya nos ocurrió a fines de 2017 y comienzos del 2018. El 2019 será un buen año, pero sólo eso", asegura Gana.