Flexibilidad horaria, trabajo desde la casa e incluso, transporte especial, son algunas de las medidas que tomaron cientos de empresas con sus empleados ante la contingencia de la crisis social. Pero más allá de la logística, las personas se vieron afectadas también a nivel emocional. Por eso que el concepto de "salud psíquica" o "salud emocional" ha tomado un nuevo perfil en estos días.

Por ejemplo, en la empresa Hortifrut han realizado varias acciones como salidas del trabajo a las 14.00 hrs, cajas de alimentos, con descuento por planilla, para asegurar que todos cuenten con productos básicos, aumento de recorridos de buses e incluso, la campaña "Yo te llevo", "para movilizarse entre los mismos colaboradores y, por supuesto, una comunicación y contención permanente", señala Bárbara Poblete, gerente corporativo de Recursos Humanos de Hortifrut.

Justamente - según los expertos- el liderazgo y la comunicación son dos elementos clave en estos momentos. "Es aquí donde el rol más relevante no es el del jefe, si no el de un líder empático, que logre conectar con sus colaboradores y desarrollar una confianza más allá de lo profesional. El líder debe ser capaz de entregar contención emocional, contar con habilidades blandas y empatía", explica Pamela Atala, directora de Grupo DNA.

Karina Pérez, directora de Robert Half, en Chile es de una opinión similar: "En esta situación, hay ciertas acciones que nos pueden ayudar a pasar mejor estos momentos y a contribuir desde nuestro propio entorno".

El coach organizacional, Andreas Liedtke, cree que lo mejor en estos momentos es poder conversar lo que nos pasa, ejercicio que debería hacerse al interior de los equipos de las empresas. Y para eso, creó un modelo que justamente recoge un proceso al respecto. La metodología -basada en el Modelo DSCO de Alan Seale, que muestra los niveles de cómo y desde donde las personas enganchan con las situaciones que ocurren en la vida- se denomina DESEO, que es un acrónimo que agrupa los conceptos de: Drama, Explicación, Solución, Elección, y Oportunidad. "Es un viaje hacia lo profundo del ser, en busca de conectarse de manera intensa y comprometida, con aquellas oportunidades que esperan por emerger", comenta Liedtke.

En la práctica, luego del conflicto, hay que conversar explicar qué nos pasa, buscar soluciones y ver que las crisis pueden ser una oportunidad. Esto -según el autor de este modelo- se comienza con conversaciones en círculos entre las personas, para conversar en una especie de catarsis. "Lo que se logra con la gente es sacarlo del drama actual y proyectarse a su futuro. Primero en su rol personal y, luego, en su entorno", dice Liedtke, y agrega: Quizás el mejor ejemplo es el terremoto de 2010 y los incendios en Constitución. Hoy, todos están de acuerdo que esta ciudad está mucho mejor que antes.