Por Luis Felipe Alarcón

Previo a la última reunión de política monetaria, el Banco Central entregó un escenario con un claro sesgo optimista respecto a la economía local. De acuerdo a su visión, este era consistente con el inicio de un ciclo alcista de tasa de política monetaria. Bajo este escenario, los precios de mercado reaccionaron internalizando alzas agresivas de tasa, incluso por sobre el supuesto de trabajo detallado por el propio BCCh. Sin embargo, previo al IPoM, las cifras de actividad local, inflación y la acumulación de riesgos externos de los últimos meses, ya sugerían un comportamiento cauteloso respecto a la conducción de la política monetaria. Cautela que, en definitiva, se introdujo nítidamente por el BCCh en el comunicado de la última reunión, no sin antes haber subido la tasa en 25 pb, movimiento que obedeció a dar cumplimiento a las expectativas formadas previamente por el mismo banco.

Hasta ahora, todo indica que las cifras de actividad local seguirán decepcionando. Con un Imacec de septiembre que difícilmente superará el 3% de crecimiento interanual, para cerrar una expansión levemente superior al 3% en el tercer trimestre de este año. Un resultado decepcionante respecto a las expectativas para este trimestre, que rondaban el 3,5%.

Para el cuarto trimestre las perspectivas no lucen muy distintas, lo que nos lleva a ser extremadamente cautos con las expectativas de crecimiento del PIB 2019, ejercicio en que vemos dificultad para alcanzar un crecimiento de 3,5%, ni hablar del 3,8% al que apunta el BCCh y parte importante de los analistas locales.

En tanto, en el frente externo, los riesgos continúan apuntando a una economía global que pierde tracción como consecuencia de un conflicto comercial que incluso amenaza con agravarse. Todo en medio de un escenario en que la Fed seguiría su proceso de normalización monetaria con todos los riesgos que ello conlleva, particularmente para una economía pequeña y abierta como la nuestra.

Con todo, un escenario de este tipo sugiere precisamente lo que el BCCh señala en su último comunicado: una conducción de la política monetaria sumamente prudente, con pausas entre alzas que podrían durar varios meses y que podrían llevar a un segundo movimiento alcista más allá del primer trimestre de 2019; y una tasa de política monetaria no muy distinta de 3,5% hacia fines del próximo año, por debajo de lo que hoy internalizan los distintos precios de activos financieros. P

** El autor es gerente de Estudios de Inversiones de EuroAmerica