Enrique Tirado: “Dedicar toda mi vida a un solo vino fue una apuesta”
Enrique Tirado, enólogo y gerente de la Viña Don Melchor, conversó con Money Talks sobre la estrategia que permitió al cabernet sauvignon cosecha 2021 liderar el ranking de la revista Wine Spectator. Tirado lleva 30 años asociado a Don Melchor, un vino de US$ 175 la botella, que solo produce 18 mil cajas al año y que vende el 6% de su producción en Chile. “Uno queda para siempre en el grupo de los que han sido número 1″, dice sobre el premio.
En noviembre del 2024, el vino chileno Don Melchor cosecha 2021, un cabernet sauvignon de la viña Don Melchor, perteneciente a Concha y Toro, fue elegido como el mejor del mundo por la revista Wine Spectator, una de las de mayor prestigio en el mercado del vino. Se trata, sin duda, de la mayor distinción alcanzada por un vino chileno: solo la había conseguido antes Clos Apalta de Viña Lapostolle, en 2008. La publicación destaca que “Don Melchor, gracias a su meticuloso enfoque a lo largo de tres décadas, ha asegurado su legado como referente mundial”, y agrega que el premio ratifica una tendencia donde los vinos chilenos están marcando nuevos estándares en los últimos años.
Don Melchor, que en 2021 celebró además su cosecha número 35 y que Wine Spectator presenta como un vino de un valor de US$175 la botella, ha sido uno de los primeros vinos chilenos en posicionarse entre los de alta gama en el mundo. Y en esto hay dos factores claves. El primero es el enólogo Enrique Tirado, hoy el gerente general de la viña. El segundo es el “terroir” de Puente Alto, el lugar donde se produce el vino, considerado una de las denominaciones de origen más prestigiosas del mercado del mundo en cabernet sauvignon.
Enrique Tirado tiene la doble función de ser el “padre” de Don Melchor -lleva 30 años trabajando la marca-, pero también se lo reconoce como el guardián del “terroir” de Puente Alto, por las investigaciones que ha realizado en torno a este privilegiado lugar. Esta es su historia en primera persona.
35 cosechas
“Don Melchor ha tenido muchos reconocimientos a lo largo de su vida, pero este es muy especial, por la revista que lo otorga, su prestigio y también por la cobertura que tiene. Es una publicación que llega todo el mundo y con una influencia muy marcada. De ahí que provoca un impacto enorme. Hay que pensar que para elegir al mejor del año, probaron 10.500 vinos de todas partes del mundo. De así sacan los mejores 100 y si miras la lista, es impresionante. Ahí están vinos de las mejores y más prestigiadas viñas del mundo. Entonces, salir primero entre todos ellos es algo increíble”.
“Siempre es una sorpresa recibir un premio como este, pese a que Don Melchor fue concebido como el vino Premium de Concha y Toro y nosotros siempre trabajamos para hacer el mejor vino del mundo. Llevamos 35 cosechas y ya en la segunda fue seleccionado entre los 100 mejores. Si uno mira la trayectoria, hemos estado en estos años en 10 oportunidades entre los mejores 100; en cuatro nos calificaron entre los 10 primeros y ahora somos el número 1. De esta manera, podemos decir que es el primer vino chileno en demostrar que acá se pueden hacer vinos de excelencia. Por eso estamos muy contentos con Don Melchor y por Concha y Toro, pero también, y en forma muy importante, por Chile, porque se consolida como productor de grandes vinos y eso es muy importante para la industria y el país. Es cierto que en algunos lugares el vino chileno se sigue conociendo por vinos de buenos precios más que nada. Pero la verdad es que desde hace más de 20 años estamos trabajando para cambiar esa imagen”.
“Hacer un gran vino requiere de muchas condiciones. La primera, es contar con un ‘terroir’ adecuado, que es un concepto que engloba el suelo, el clima, el viñedo y el equipo humano. Lograr una interacción entre ellos es la clave para lograr un gran vino, lo que toma años de experiencia. El ‘terroir’ de Puente Alto está conformado por 125 hectáreas en la terraza norte del río Maipo, a los pies de la cordillera de los Andes, con un origen de suelo andino y un clima marcado por los vientos fríos de la noche y más cálidos del día que nos permite madurar, conservar y guardar. Pero alcanzar la máxima expresión del viñedo requiere mucha investigación y aprendizaje. Por eso, en 1997 comenzamos el trabajo de subdividir el viñedo, porque luego de muchas observaciones me daba cuenta de que mostraba distintos caminos, distintos colores y patrones de crecimiento. Y pensé que esa diversidad había que aprovecharla, que teníamos a trabajar de cierta forma los espacios que el viñedo nos estaba mostrando. Comenzamos a estudiar el suelo, donde incluso hicimos una tesis con la Universidad de París, y después de cinco años, dividimos el terroir en 151 parcelas, donde cada una requiere un manejo distinto y cada una entrega una nota o sabor distintivo. La selección de todas esas produce el vino final que es la mejor expresión de todas las parcelas”.
“La producción de un vino es diferente cada temporada, por el clima y otras cosas que cambian y así el desafío es buscar la mejor expresión de ese año, manteniendo su historia y personalidad. Ahora, el ciclo es siempre igual. El primer tiempo se pasa en los viñedos viendo la evolución, siendo el guardián del terroir. A mediados de marzo y abril se cosecha. Luego llega el momento clave, en junio, donde se hace la mezcla final, en la que participan dos personas: un enólogo francés y yo. Partimos trabajando con Jaques Boissenot y ahora con Eric. Ellos han sido consultores también de los más prestigiosos chateux de Bordeaux en Francia”.
“Es cierto que este es un trabajo que podríamos hacer solos, pero siempre he pensado en que es muy importante tener una mirada externa, que nos abra los ojos, que nos cuestione. Ahora, en todo este proceso, puede haber diferencias y discusiones, pero lo que manda al final es el vino. Acá no hay cabida para gustos personales. Todos tenemos claro el espíritu de Don Melchor, un vino con carácter fuerte, muy andino, pero con la elegancia de los grandes vinos”.
La cosecha ganadora
“La cosecha del 2021 dio algunos indicios de que la cosa venía bien. Fue un año como de manual, donde todo se da de formar personas, entre ellos el clima y las lluvias. Ahora, son años que requieren también extrema preocupación en la vendimia, donde hay que tener mucha sensibilidad. Pero, claro, al momento de la mezcla, uno podía percibir que venía algo muy bueno, que estaba dentro de las grandes cosechas. Pero claro, todavía queda, porque luego está 15 meses en barricas y otro año en las botellas. En todo esto hay mucha tecnología, ciencia e investigación. Eso es fundamental. Pero lo bonito es que también hay mucho de percibir, de los sentidos. Para eso es fundamental la experiencia”.
“La 2021 es una cosecha de 18 mil cajas, que es similar a la de otros grandes vinos del mundo. Lo que sí fue destacado por Wine Spectator es que se trata de un número de botellas que permite llegar a muchas partes del mundo y eso es muy relevante para ellos porque permite tener un ámbito muy grande de clientes. Y porque evidentemente es mucho más complejo producir un gran vino que tenga esa cantidad, que hacer uno para 200 cajas”.
“Que el 2019 Don Melchor se convirtiera en una viña propia dentro de Concha y Toro fue un punto fundamental en la estrategia de posicionamiento, porque era una forma de comunicar que Don Melchor es un vino especial, que tiene un equipo propio detrás, hay una filosofía propia, en la producción. En definitiva, Don Melchor es una viña que está concentrada en un vino, el mejor vino. Es una forma muy tangible de comunicar. Y el consumidor lo entendió así. Además, es la forma cómo lo hacen los grandes vinos del mundo”.
Treinta años en Don Melchor
“Tengo la suerte de estar trabajando Don Melchor desde hace más de 30 años. Era muy joven cuando empecé, pero la adrenalina y responsabilidad de hacer el mejor vino del mundo se mantiene. Estudié Agronomía y Enología en la PUC, pero el 2011 partí a la Universidad de Bordeaux, la más importante del mundo en lo que se refiere al vino, a estudiar en el instituto de las ciencias del vino y el lugar de donde vienen los grandes vinos. Me ayudó muchísimo a ampliar mi mirada y conocimiento. Ahora, dedicar toda a mi vida a un solo vino fue una apuesta, es cierto. Pero ahora los frutos están ahí. Fue una decisión fundamental”.
“Sólo el 6% de la producción de Don Melchor se vende en Chile. Antes era un 10%. Exportamos a 70 países, principalmente Estados Unidos, Brasil, China y Europa. Es muy interesante que, en los últimos años, el consumidor se ha ido poniendo joven. Porque uno pensaría que Don Melchor es un vino de adultos, pero hay mucha gente joven que lo está comprando. Y esto ha sido parte de nuestra estrategia de hacer un vino que sea un clásico contemporáneo, un vino que valora su historia, pero que también quiere ser actual, moderno y futurista que llega a todas las edades”.
“Sólo un vino en la historia ha sido elegido dos veces el mejor vino del mundo. Es difícil repetir. Pero lo importante son dos cosas. La primera es que uno queda para siempre en el grupo de los que han sido número 1. Y segundo, nosotros siempre nos levantamos con las mismas ganas de hacer el mejor vino del mundo, como lo hemos hecho en cada cosecha desde hace más de 30 años”.
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