Un alza de 8,3% registó el año pasado el total de efectivo que entró y salió del país, según consigna el informe estadístico 2018 de la UAF.
Según el organismo, el ejercicio pasado se realizaron 23.248 las declaraciones de ingreso con porte de efectivo, por un total US$1.629 millones, y 1.176 declaraciones de salida por US$2.644 millones. El monto total, que ascendió a US$4.273 millones, equivale a un incremento de 8,3% respecto a 2017.
Al mismo tiempo, es la cifra más alta desde 2009, cuando totalizaron US$4.585 millones.
Cualquier persona que ingresa o sale de Chile y porta US$10.000 en efectivo o más, debe declarar el monto y el destino de los recursos a través de un formulario ante el Servicio Nacional de Aduanas. A su vez, Aduanas está obligada por ley a enviar todas las declaraciones de porte y transporte de efectivo que se generan a la Unidad de Análisis Financiero (UAF).
La mayor parte de las declaraciones de entrada de porte de efectivo a Chile tuvo como país de origen a Bolivia, con 66%, seguido de Perú (18%), Paraguay (3%) y China (4%).
En la vereda opuesta, el principal país de destino fue Perú (35%), secundado por Uruguay (19%), Estados Unidos (12%) y Colombia (7%).
"En lo referente al uso de los montos declarados en las declaraciones (tanto de entrada como de salida del país), la categoría de negocios representó el 39,6%. En tanto, el comercio representó el 25,6%; las remesas bancarias, el 18%; y las inversiones o herencias, el 0,4%", consigna el documento elaborado por la UAF.
Según explicaron desde Aduanas, "respecto a que la principal procedencia de dinero sea desde Bolivia, esto responde a las compras de mercancías que se realizan en la Zona Franca de Iquique. Esta es la misma explicación para que la mayor cantidad de montos declarados esté en la categoría negocios". Sin embargo, no existe un detalle por tipo de negocio.
Desglosando por el tipo de persona que declaró, el 99% de las personas jurídicas (lo que equivale a US$3.136 millones) lo hizo en el Aeropuerto Internacional Merino Benítez, en la Región Metropolitana. Por su parte, las declaraciones de las personas naturales se concentraron en un 92% en la zona norte del país, principalmente en las regiones de Tarapacá y de Arica y Parinacota.
Riesgos en zonas francas
En un documento titulado "Evaluación nacional de riesgos de lavado de activos y financiamiento del terrorismo", la UAF dedicó un análisis a las zonas de libre comercio con uso intensivo de efectivo.
En él, remarcó que las zonas extremas del país, es decir, la Región de Arica y Parinacota y la de Magallanes, se caracterizan por tener zonas francas, las que eximen a las mercancías del pago de derechos e impuestos.
Y si bien el organismo dirigido por Javier Cruz destacó que éstas fueron creadas para promover el comercio, apoyar la creación de nuevos negocios y fomentar la inversión extranjera, advirtió que "estos incentivos pueden provocar una reducción de los controles financieros y comerciales, lo que origina vulnerabilidades en relación al lavado de activos y financiamiento del terrorismo".
Añadió que "el comercio realizado en estas zonas requiere, en muchas ocasiones, del traslado de mercancías a través de una serie de zonas francas y/o territorios, situación que incrementa el riesgo de lavado de activos y financiamiento del terrorismo, al dificultar el rastro de las mercancías transadas".