Aunque gran parte del primer trimestre América Latina miraba desde lejos los confinamientos para frenar el coronavirus, su comercio exterior ya encendía las alarmas sobre la crisis económica que se avecinaba. Así lo refleja un estudio del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), que da cuenta de una caída de 3,2% de las exportaciones de la región en el periodo enero-marzo, profundizándose así una tendencia a la baja que se arrastraba de 2019, cuando los envíos se redujeron 2,2% en el marco de la guerra comercial.

De acuerdo a la última edición del reporte “Estimaciones de las Tendencias Comerciales de América Latina y el Caribe”, la reducción de la demanda global golpeó a los envíos regionales tanto por el lado de los volúmenes, con un retroceso de 1,2%, como de los precios, con una caída descomunal del petróleo de 65,5% y bajas en el cobre y la soja, de 22,1% y 9,21% respectivamente.

De esta manera, entre las mayores economías regionales, el único que logró escapar a la caída fue México, que anotó un alza de apenas de 0,6%. En cambio en zona de descensos, Perú ya muestra una contracción de 13%, seguida de Argentina con una baja de 6,8%, Chile de 4% y Brasil de 3,2%. De esta manera, la contracción en Sudamérica es de 7,6% interanual en el primer trimestre, tras haber caído 6,2% en el promedio del año en 2019.

Curiosamente, aunque en esa primera parte del año fue Asia la zona geográfica más afectada por el coronavirus, sobresalió como destino de las exportaciones latinoamericanas, al anotar un alza de 9,3%. Esta cifra no cuenta específicamente a China, que de todos modos anotó una baja muy acotada de 0,1%.

Tampoco fue particularmente destacado el retroceso de 1% de los envíos que se dirigen a Estados Unidos, no así el de 7,1% que se observó en el caso de Europa, que ya en marzo desplegaba las cuarentenas y veía cerradas sus fronteras por culpa de la pandemia. Con todo, la debilidad interna fue la más relevante en el comparativo. Las exportaciones dirigidas a países del propio vecindario retrocedieron casi 9%.

De todas maneras, todas estas cifras son una antesala para el derrumbe de marca mayor que se espera para el segundo trimestre. De acuerdo al BID, con el virus propagado a lo extenso de América Latina y cuarentenas en marcha en la mayoría de sus países, solamente para abril ya se anticipa un retroceso de 30%. Las cifras que ya se conocen de Chile así lo demuestran.

“De cara a futuro, la región encara una contracción de las exportaciones más profunda que la del Gran Colapso Comercial de 2008-2009, cuando las ventas externas se contrajeron a una tasa promedio de 24% durante 13 meses”, dijo Paolo Giordano, economista Principal del Sector de Integración y Comercio del BID y coordinador del estudio.