Su fama lo antecede y por eso, cuando se piensa en abogados penalistas, aparece inmediatamente el nombre de Gabriel Zaliasnik, socio fundador del estudio Albagli Zaliasnik, experto en litigios.
"Pero no trabajo solo", dice, y por eso quiso presentar en sociedad al equipo con el que labora en causas de diversa complejidad y que está integrado por el socio César Ramos (director del Grupo de Litigios Penales) y las asociadas Elisabeth Matthei y Sofía Reizin.
A ellos se sumó recientemente el asociado senior Jaime Winter quien, además de compartir el gusto por el derecho penal, también es abogado de la Universidad de Chile, como todo el equipo.
Winter viene de cursar un doctorado en la Justus-Liebig-Universität Giessen, Alemania, en el área de compliance penal.
"La litigación en materia penal requiere equipos. No basta esta idea de la litigación antigua donde tenías al abogado penalista que estaba en la tramitación escrita y podía llevar muchas causas, una forma más solitaria", dice Zaliasnik.
Idea que comparte Winter, enfatizando que "es una forma de trabajar que al final resulta mucho más potente, mucho más adecuada a la forma en que hoy en día se están desarrollando los litigios en materia penal".
Todos coinciden en que hoy se enfrentan a litigios cada vez más complejos y que requieren de miradas de diversas áreas del Derecho para abordarse de manera integral, además de conocer y entender los distintos mercados en los que se desenvuelven los clientes.
"Un problema penal normalmente tiene también una visión civil, una visión regulatoria, entonces la existencia de un equipo penal que tenga experiencia, formación, presencia en la academia y que sepa comprender esos otros elementos que están en los litigios complejos es un aporte y de verdad lo que nosotros queremos potenciar en esta conformación", agrega Ramos.
Además de este cambio de paradigma, el trabajo del penalista también se está modificando, dice Winter. "Hasta hace 10 años el rol del penalista era distinto, llegaba siempre después, cuando los hechos ya habían pasado y hoy en día con toda la entrada del compliance a partir principalmente de la Ley 20.393 de Responsabilidad Penal de las Personas Jurídicas, hace que empecemos a cumplir un rol que es completamente distinto y que tiene que ver con una asesoría previa, donde uno tiene que ayudar a la empresa no sólo a que no se cometan delitos al interior de ella, sino a que ni siquiera nazca la sospecha de la comisión de un delito, preocupándose que todos los procesos internos funcionen de tal manera que estén en el estándar. Entonces uno tiene una capacidad preventiva mucho más potente de la que tenía antes".
Temas de interés
Los cambios legales en materia de corrupción traen desafíos para las empresas a la hora del cumplimiento, y por lo tanto también para los abogados.
Algunos de los focos interesantes de la nueva Ley Anticorrupción son los que tienen que ver con el rol del gerente, dice Matthei: "Se prevé hoy en día lo que antes sólo existía para el funcionario público que es el delito de negociación incompatible.
Hoy en día el gerente también tiene que tener un actuar regido por un principio de probidad. También debe de abstenerse de involucrarse personalmente o que sus parientes se involucren incluso, en negocios que puedan ser de interés de la empresa. Lo mismo respecto de gerentes que por ley son los que manejan el patrimonio de la sociedad".
En el caso de las empresas, se amplía el catálogo de delitos que pueden llevar a que una empresa responda penalmente. Esto significa que "incluso los modelos de cumplimiento que hay hoy en día de prevención del delito tienen que actualizarse y modernizarse, porque hay riesgos nuevos que no se habían considerado en los modelos anteriores".