La entrada en vigencia de aranceles de 25% contra Canadá y México, y de 10% para China, por parte de Estados Unidos comenzó a materializarse el martes, junto con las respuestas en la misma dirección de esos tres países. Y si bien este miércoles Donald Trump postergó en un mes los aranceles para la industria automotriz de México y Canadá, lo cierto es que esta guerra comercial está escalando y ya se prevé que podría generar impactos en el crecimiento mundial y, por cierto, en Chile.
La última proyección que entregó el Banco Central para el crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) local en 2025 es de 1,5%-2,5%, mientras que el mercado, a través de la Encuesta de Expectativas Económicas (EEE), espera un 2,2%.
“Los efectos sobre Chile ya se están produciendo”, dice el coordinador Macroeconómico de Clapes-UC, Hermann González. El economista precisa que “los primeros efectos son los impactos financieros de las medidas del gobierno de EE.UU. La corrección de la bolsa americana está impactando a los ahorrantes chilenos, por ejemplo, a través de sus fondos previsionales. Por otro lado, tenemos un precio del cobre que ha subido con fuerza con la amenaza de aranceles, lo que ha apreciado el peso más allá de lo previsto”.
Asimismo, menciona que “para ver efectos reales, más que financieros, es necesario que esta incertidumbre se traduzca en una menor demanda de bienes y servicios por parte de EE.UU., China y otros países involucrados, lo cual a su vez dependerá de la intensidad y la persistencia de las medidas”.
Juan Ortiz, economista del OCEC-UDP suma argumentos que explican el canal principal de contagio hacia Chile si esta guerra comercial se intensifica aún más. “La proyección para la expansión de la economía chilena está en torno al 2,2% del PIB para 2025. Parte de este aumento obedece al impulso del sector externo, donde las exportaciones reales se estiman crezcan un 3,8% anual, según el Ipom de diciembre del Banco Central. Sin embargo, la materialización de la guerra comercial implicaría una revisión con sesgo a la baja, en la medida que se deterioren las perspectivas de crecimiento y por ende de demanda externa de los bienes productos y exportados por Chile. En este escenario, aumentarían sin duda los riesgos y la posibilidad de una menos expansión del sector externo, con efecto en la dinámica del PIB total”.
Para Ortiz, “hoy los riesgos más importantes que enfrenta la economía chilena son de carácter externo, no solo por la guerra comercial, sino por la volatilidad en los mercados financieros, junto con un tipo de cambio depreciado en su promedio histórico”.
¿Expansión bajo 2%?
Los expertos alertan que en caso de que la guerra comercial escale a más países con barreras arancelarias por parte de Estados Unidos, podría comenzar a generar efectos directos en la actividad de Chile, poniendo en riesgo que la economía crezca sobre 2% este año.
Así, a juicio de González, “si las tensiones crecen e involucran a más países y productos es un riesgo que la economía crezca menos de 2%”. Además, plantea que “no pensaría sólo en los impactos de este año, sino también en las perspectivas para el próximo año, ya que, en un escenario de guerra comercial intensa, los mayores efectos podrían verse en 2026″.
González argumenta que “el impacto de una guerra comercial sobre el crecimiento mundial es negativo, pero su magnitud dependerá del tamaño de las alzas arancelarias y de los países y productos involucrados”. En ese contexto, menciona que “para la guerra comercial anterior se estimaba que alzas generalizadas de aranceles entre EE.UU. y China podían restar entre uno y dos puntos al crecimiento global. Coincidentemente el FMI estimó hace poco un efecto máximo de 1,5 puntos de menor crecimiento económico global, al combinar aumento de tarifas, las políticas migratorias de Donald Trump y condiciones financieras más ajustadas”.
Sergio Lehmann, economista jefe de Bci, afirma que si se agudiza esta situación, “en Chile veríamos un menor impulso externo, lo que es especialmente relevante para una economía pequeña y abierta como la nuestra”. Puntualiza que “los efectos podrían ser aún mayores en caso de que sobre nuestros productos se apliquen gravámenes, desconociendo el acuerdo comercial vigente con EE.UU.”. Por ello señala que “dentro de los escenarios de riesgo, de materializarse un escenario más adverso, se contempla un crecimiento bajo 2% este año”.
El economista de Libertad y Desarrollo (LyD), Tomás Flores, añade que un impacto directo se reflejará en una corrección a la baja en la proyección de crecimiento para el mundo. “El FMI tiene una proyección de crecimiento para el mundo de 3,3% para el presente y próximo año, lo cual será corregido a la baja dependiendo de la magnitud del bloqueo comercial que generen los aranceles en EEUU y las retaliaciones de los afectados. No sabemos aún la dimensión total de dicho bloqueo”.
En ese sentido, Flores cree que es posible que el Banco Central corrija a la baja la proyección de crecimiento para el presente año, lo que llevaría a que las estimaciones se acerquen más a 2% o bajo ese número.