Este viernes y a un mes desde el anuncio realizado por Elon Musk respecto al inicio de las operaciones de Starlink en Chile, la localidad de Sotomó, en la Región de Los Lagos, se convirtió en el primer lugar de Latinoamérica en contar con tecnología de internet satelital. ¿Qué significa esto? Que aquellos hogares ubicados en espacios rurales obtendrán una conexión fija similar a la que experimentan las zonas urbanas.
La llegada de este gigante tecnológico a la escuela “John F. Kennedy”, ubicada en el poblado a los pies del Estuario de Reloncaví, corresponde a la fase beta o primera etapa de prueba, y responde al trabajo conjunto entre Starlink y la Subsecretaría de Telecomunicaciones (SUBTEL). Esta última otorgó un permiso experimental para el uso no comercial del servicio.
La instalación de una antena en el techo del establecimiento educativo demostró la efectividad de la tecnología de Starlink en lugares de geografía extrema, permitiendo durante sus primeros días de funcionamiento una velocidad y latencia de conexión similar a la que se obtiene mediante una red de Internet fija (100 a 200 mb), según señaló la Subtel en un comunicado.
Los alumnos han logrado realizar actividades como la reproducción de videos en alta definición, conectarse a plataformas educacionales y realizar videollamadas sin interrupciones, algo que antes era inalcanzable en el lugar.
“Esta revolucionaria tecnología nos permitirá llevar conexión de alta velocidad hasta los puntos más extremos de nuestra inmensa y variada geografía, democratizando el acceso a Internet y todos los beneficios que otorga a favor de múltiples ámbitos de nuestras vidas”, dijo la ministra de Transporte y Telecomunicaciones, Gloria Hutt.
El subsecretario de Telecomunicaciones, Francisco Moreno, por su parte, valoró el acuerdo con Starlink que, a su juicio, “será transformacional para los rincones más apartados de nuestra extensa geografía”, según señaló.
Durante los próximos días se iniciará el segundo piloto de la empresa en Caleta Sierra, Región de Coquimbo.
Starlink es un proyecto de la compañía SpaceX, propiedad del empresario Elon Musk, que busca dar conectividad en zonas aisladas del planeta en donde es complejo llegar con infraestructura terrestre. El sistema, dependiente de la constelación de satélites que la empresa aeroespacial ha puesto en órbita, se ha convertido en una revolución mundial en materia de conectividad digital.