Uno de los ejes conceptuales del actual proyecto de reforma de pensiones del gobierno es que la competencia tradicional es un mecanismo efectivo para asignar los nuevos recursos del 4% extra de ahorro para pensiones.
En general, la competencia genera menores costos, innovación, crecimiento económico y en definitiva un mayor nivel de bienestar de los consumidores.
Sin embargo, pese a que hay lugares donde la competencia disciplina al mercado de forma rápida y efectiva, como en los productos de consumo masivo, las materias primas y la tecnología hay otros donde ésta no es tan efectiva, como es el caso de la administración de fondos previsionales.
A diferencia de otros mercados, la administración de fondos previsionales tiene una muy mala función de retroalimentación y productos poco homogéneos.
Es perfectamente factible que una inversión tenga un mal desempeño y éste no tenga ninguna relación con la buena o mala gestión del administrador, sino que se deba a las turbulencias del mercado.
Alternativamente, es posible que mi dinero sea administrado de forma poco profesional, irresponsable e incluso negligente y los resultados que obtenga sean muy buenos de todas formas producto del alzar.
Por otro lado, si hay muchos proveedores lo probable es que las ofertas sean extremadamente diferentes en cuanto a riesgo, naturaleza de las inversiones, vehículos, estructura, costos, hotelería y una serie de otras variables.
Todo lo anterior implica que la elección de dónde poner mi ahorro se vuelva extremadamente complicada y costosa, pudiendo llevar muchas veces a malas decisiones.
De hecho, este ha sido el caso en muchos sistemas de libre elección, donde el costo agregado tiende a ser altos y los resultados finales extremadamente dispares.
Lo anterior no significa que la competencia no pueda cumplir un rol importante en la asignación de recursos, pero el mecanismo mediante el que actual tiene que considerar las particularidades de este mercado.
Un ejemplo emblemático de esto es la licitación para nuevos cotizantes que se efectúa en Chile. Ésta ha generado el ingreso de nuevos competidores y una disminución sistemática en el costo de la administración de los fondos de pensiones.
Una alternativa para permitir un mayor nivel de competencia pero que no afecte a quienes no tienen tiempo para hacer una decisión informada es licitar la opción por defecto a la que irá el 4% extra, con un mecanismo similar al que se emplea actualmente para los nuevos cotizantes, pero quienes quieran pueden cambiarse libremente a cualquier alternativa o proveedor.
De esta forma, quienes quieran informarse y ver qué administradores calzan mejor con sus objetivos de inversión pueden hacerlo, pero el resto tendrá una alternativa de bajo costo y que idealmente tenga niveles de diversificación similares al que tienen actualmente las AFP.
Un esquema similar al propuesto existe actualmente para una parte del plan de pensiones en Suecia y ha demostrado una gran efectividad desde su puesta en marcha.