A fines de la década de 1970, el hermano gemelo de Hugo Eppich, Helmut, vivía en una casa diseñada por el destacado arquitecto canadiense Arthur Erickson. "Así que cuando llegó el momento de construir mi propia casa, por supuesto que también quería una de Arthur Erickson", recuerda Eppich.
Hubo, señala, cierta resistencia de amigos y familiares. "La gente me decía: '¿Por qué el mismo arquitecto? Vas a terminar con la misma casa que tu hermano'".
Pero Eppich perseveró y encargó una casa de acero y vidrio ubicada en una ladera en el barrio British Properties de West Vancouver. "La casa de mi hermano", precisa Eppich, "era totalmente de concreto".
Los hermanos Eppich emigraron de Alemania a Canadá en 1953. En 1956 fundaron Ebco Industries, fabricante de metal que en su apogeo contaba con más de 20 filiales y hoy emplea a más de 200 personas.
Acero propio
Dado que Eppich era copropietario de una fabricante de acero y cromo se dio cuenta rápidamente de que podía elaborar la mayoría de los materiales para construir la casa. "Tomó mucho tiempo", admite, "pero pudimos hacer toda la fabricación de acero y la galvanoplastia por cuenta propia".
El resto, añade, fue "hecho por personas que estaban en la industria y trabajaron para nosotros". No se trataba solo de ahorrar costos, sino que también significó que Eppich podía ejercer un control de calidad riguroso durante todo el proceso. El resultado final, asegura, "es sólido y perfecto".
En 1988 Eppich, su esposa Brigitte y sus tres hijos se mudaron a la casa. La familia ha vivido en ella desde entonces, pero ahora él y su esposa tienen más de 80 años y la casa "se está haciendo demasiado grande para nosotros". La pusieron a la venta con ayuda de Eric Latta de Sotheby's International Realty Canada por US$12,8 millones.
Carta blanca
A pesar del enfoque práctico de Eppich con respecto a su construcción, recalca que le dio a Erickson la libertad necesaria para diseñar la casa como quisiera. Además, Erickson diseñó gran parte de los muebles del hogar, incluidas las mesas de la sala de estar, las mesas de comedor, los escritorios y las sillas, todo fabricado por la compañía de Eppich. Erickson afirma que la casa es su "obra más completa".
La casa tiene un poco más de 500 metros cuadrados, cuatro dormitorios y tres baños y medio. También hay una casa de huéspedes que se construyó hace seis años y agrega otros 93 metros cuadrados al área de vivienda total de la propiedad.
Los visitantes ingresan al piso medio de la casa, donde hay una sala de estar, cocina y comedor. La suite principal está arriba y también cuenta con un estudio y las tres habitaciones están debajo. El nivel inferior además ofrece una sala de medios y entretenimiento.
En el exterior, el nivel medio posee una piscina temperada mientras que toda la propiedad, que abarca unas 5 hectáreas, cuenta con terrazas. A eso se suman dos piscinas reflectantes y un estanque, el cual se puede apreciar desde la casa de huéspedes, y un arroyo natural que recorre toda la mansión.
Atención importante
La casa es impactante desde lo visual y dada la importancia del arquitecto con los años ha atraído gran atención. Eppich agrega que han recibido a una serie de historiadores de la arquitectura e incluso un día acogieron a unos 300 arquitectos de todo el mundo. "Estaban ahí solo para ver cómo era la casa", detalla.
Dado que la casa está hecha de acero y vidrio, los visitantes pueden pensar que requiere bastante mantenimiento, pero Eppich afirma que lo único que ha tenido que retocar a con los años es el sellador entre los ladrillos de vidrio. "No hay mantenimiento en absoluto", asegura.
Eppich decidió venderla hace aproximadamente un año y, mientras tanto, compró un apartamento en Vancouver al que él y su esposa pueden mudarse. "Tienes que dejarla ir en algún momento", reconoce. "Mi hermano vendió su casa también".