Alejandro Opitz nunca había visto el estacionamiento vacío. En los años que lleva en el rubro, desconocía lo que era no tener público. “He tenido lugares donde no ha entrado nadie en todo el día estando, por ejemplo, en Apoquindo”, relata el gerente general de Plus Parken, firma con 14 estacionamientos pequeños y medianos de cerca de 100 plazas cada uno. “Ha sido bien dramático”, subraya. “El negocio es de puro flujo; hoy tienes puro costo”, explica.
La cuarentena y la consiguiente reducción en los desplazamientos de las personas ha complicado a un rubro que siempre fue sinónimo de éxito, dada su alta rentabilidad. Los estacionamientos han perdido el flujo, y con ello sus ingresos. “La demanda de estos servicios que están más vinculados a la movilidad se ha reducido de forma drástica como consecuencia de las restricciones circulatorias”, subrayan en Saba estacionamientos de Chile S.A., uno de los principales actores del rubro con más de 14 aparcaderos concesionados y un número superior a las 5.000 plazas. “En estos casos, no solo caen los ingresos de la explotación, sino que además no se pueden reducir los costos de explotación, por la propia operativa y el mantenimiento, al tener que seguir ofreciendo unos servicios que son considerados esenciales”, añaden. Saba da servicios de aparcamiento a autoridades públicas en la Plaza de la Ciudadanía bajo La Moneda, a bomberos, carabineros, empresas de alimentación, servicios públicos, por lo que han debido seguir operando en calidad de esencial.
Si bien el panorama ya comenzó a ensombrecerse con el estallido social de octubre, la pandemia fue, sin dudas, el detonante del peor de los escenarios. “Alto impacto en estacionamientos desde el 18 de octubre”, señalaba Besalco -que a través de su filial Concesiones tiene los estacionamientos del Centro Cívico Las Condes y de Plaza Sucre en Viña del Mar- a inversionistas en febrero. Ahí daba cuenta de que la ubicación más afectada era la de Plaza Sucre, donde en noviembre las ventas habían caído a la mitad, si bien ya al mes siguiente se reflejaba un repunte acercándose a un período normal. Pero en marzo -fruto del coronavirus- el descenso fue aún más profundo que lo ocasionado por la crisis del año pasado, una realidad que no ha variado. Y que no ha ocurrido solo en Chile. En Estados Unidos -según datos de la startup SpotHero consignados por artículos de prensa-, la demanda cayó un 90% el primer mes de cuarentena; la Asociación Española de Aparcamientos y Garajes (Asesga) apuntó a una contracción de un 95% en la ocupación mientras duró el estado de alarma en esa nación; y en Argentina ya hay varios estacionamientos bajando la cortina. La Cámara de Garajes, Estacionamientos y Actividades Afines (Cagesra) de ese país, estima que ya unos 200 han cerrado en Buenos Aires.
No es solo la fuerte baja en ingresos, sino que hoy la calle es tierra de nadie, dicen en esta industria. “Si alguien sale, puede estacionarse donde quiera. Nadie controla”, subrayan.
En caída libre
Con más de 60 estacionamientos y 15.000 plazas a lo largo del país, JIS Parking no ha estado ajena a esta realidad. Su gerente general, Cristián Inzunza, revela que sus ventas se han contraído un 80%, estando las ubicaciones más afectadas en la Región Metropolitana -por la cuarentena- y en Antofagasta, donde además de la crisis se suma la paralización de proyectos mineros, explica. “La diversificación geográfica nos ha permitido continuar con una operatividad muy intermitente de algunos parkings, principalmente asociados a regiones, los que no superan el 33% del total de sucursales”, señala Inzunza.
En Plus Parken mantienen la mitad de sus 14 estacionamientos operativos, básicamente en base al giro al cual están asociados. Hoy venden un 30% de lo que lo hacían en un período normal, y esto no necesariamente porque exista ese flujo, sino porque en algunos lugares les pagan un fijo por administrar; de lo contrario, la realidad sería peor. “En términos prácticos de uso de estacionamientos hemos visto que hay lugares con un 5% de lo habitual o menos”, destaca Opitz.
Y lo mismo se extrapola a los clientes mensuales, aquellos arriendos permanentes que si bien son los menos rentables del negocio, permiten tener un ingreso constante. En Plus Parken han perdido entre un 70% y un 75% de ellos. En JIS Parking la baja es de un tercio, de la mano del teletrabajo que ha terminado con la actividad en las oficinas.
Y si bien los costos asociados son menores, hoy no hay actor que no esté tomando medidas para disminuirlos.
En esa línea, Central Parking ha enviado un total de 449 trabajadores a la Ley de Protección al Empleo, por lejos el número más alto de la industria, si bien es un mecanismo que ha activado el sector en general. Solo como ejemplo, Estacionamientos Centros S.A. tiene hoy a 80 trabajadores; Administradora Estacionamientos, a 69; mientras que Saba estacionamientos de Chile suma a 62 empleados en esa condición. “Desde el primer momento, hemos adaptado la estructura mínima necesaria y adecuado el dimensionamiento de la plantilla a la carga de trabajo real, además de reforzar el teletrabajo en el caso del personal de oficinas”, subrayan en este último operador. De hecho, hoy la planilla de sueldos es prácticamente el gran costo de este negocio; y es por ahí donde varios han intentado contener la situación.
En Saba reconocen que además han postergado inversiones a raíz de la pandemia, lo que también ha hecho Plus Parken, tanto en nuevas tecnologías como en la suma de ubicaciones. “Los inversionistas están un poco a la espera de ver cómo se vislumbra el futuro”, subraya Alejandro Opitz.
Y en el intertanto, se activan los mecanismos de contención. “Hemos entregado alternativas a nuestros clientes con arriendos mensuales, aplicando políticas de descuento relacionadas con la necesidad de uso”, reconocen en Saba. “Hemos tomado la estrategia más bien de cuidar a clientes actuales y fidelizarlos, entendiendo que hoy salir a buscar nuevos parece muy difícil”, complementan en JIS Parking.
En ese sentido, el crédito Covid también ha sido una opción a la cual ya recurrió este último operador, y también Plus Parken, quien además postergó el pago de leasing. “Si tuviéramos que pagar las cuotas de leasing, el tiempo de vida útil se nos habría acabado mucho antes, hubiésemos tenido caja para dos meses, lo que ya no es así”, señala Opitz.
Industria 2.0
“La tecnología de Saba permite usar el estacionamiento con el menor contacto físico posible”, señalan en la compañía española. Es que los desafíos del sector no se agotan solo ahora; en la industria tienen claro que el negocio exige cambios. Y justamente el contacto físico es uno de ellos. Saba tiene una alianza con Autopista Central que permite cargar el estacionamiento al TAG, junto con comprar tickets diarios por internet, o arriendos mensuales donde al final del día la única asistencia presencial es la firma del contrato. JIS Parking apunta a lo mismo: lograr estacionar sin contacto.
En Plus Parken dan un paso más. Su gerente general estima que los arriendos mensuales van a seguir disminuyendo. El teletrabajo incentivará más el viaje solo ciertos días a las oficinas, lo que debiera reconfigurar el negocio. “El foco está en estadías largas por períodos cortos: diario, medios días, medias tardes, en bloques”, reconoce Opitz. Ya idearon un ticket diario a un valor fijo reducido si se entra antes de las 10. Y preparan vales semanales, entre otros, junto con avanzar con la venta vía internet.
Hoy, todo apunta a más tecnología en tiempos de pandemia.