En medio de las negociaciones para intentar poner fin a la guerra comercial, las quejas de Donald Trump cobran fuerza ahora que la justicia de Estados Unidos presentó cargos en contra de dos ciudadanos chinos, acusados de espionaje económico.
A través de hackeos en favor de la agencia de inteligencia de China, se habrían vulnerado instituciones de EEUU y otra docena de países, entre los que se cuentan al Reino Unido, Canadá, Francia, Alemania, Japón, Suecia y Suiza, según consignó el Washington Post.
Los cargos presentados por el Fiscal General subrogaste de EEUU, Rod Rosenstein, recayeron sobre Zhu Hua y Zhang Shilong, quienes habrían intervenido 45 compañías y agencias gubernamentales de ese país. "Esto es una simple estafa y robo, que le da a China una ventaja injusta a expensas de las empresas que respetan la ley y los países que siguen las reglas internacionales", dijo Rosenstein en un comunicado.
Según la fiscalía los acusados formaban parte de un grupo de hackers que operaba en China y era conocido dentro de la comunidad de seguridad cibernética como
Amenaza Persistente Avanzada 10 (APT10 Group). Zhu Hua y Zhang Shilong habrían trabajado para la compañía china de desarrollo de ciencia y tecnología Huaying Haitai, operando al mismo tiempo para la Oficina de Seguridad del Ministerio de Seguridad Pública de China.
El FBI encabeza la búsqueda de los acusados, marco en el que su director, Christopher Wray, señaló: "Las amenazas a las que nos enfrentamos nunca han sido más severas, generalizadas y potencialmente dañinas para nuestra seguridad nacional, y ningún país representa una amenaza más amplia y más grave a largo plazo para la economía y la infraestructura cibernética de nuestra nación que China".
Los terceros en la fila para emitir declaraciones fueron el secretario de Estado, Michael Pompeo, y el secretario de Seguridad Nacional, Kirstjen Nielsen, quienes en un comunicado conjunto indicaron que "la estabilidad en el ciberespacio no se puede lograr si los países se involucran en un comportamiento irresponsable que socava la seguridad nacional y la prosperidad económica de otros países".
Dicho esto, subrayaron que las acciones cometidas por los ciudadanos chinos acusados de identificar propiedad intelectual e información comercial sensible "representan una amenaza muy real para la competitividad económica de las compañías en Estados Unidos y todo el mundo".
Hasta el cierre de esta edición, el único de los otros países involucrados que se manifestó fue el Reino Unido. "Esta campaña es una de las intrusiones cibernéticas más significativas y generalizadas contra el Reino Unido y sus aliados descubiertas hasta la fecha, dirigidos a los secretos comerciales y las economías de todo el mundo", dijo el secretario británico de Relaciones Exteriores, Jeremy Hunt.