Un demoledor estudio de la organización conservacionista SeaChoice (seachoice.org) a nivel mundial indicó que el 80% de las granjas de cultivo de salmón con el certificado "eco-friendly" no satisface los requisitos de sostenibilidad de la norma de Aquaculture Stewardship Council (ASC), que es utilizada en esta industria a nivel global.

Pero la mala noticia para la industria local es que el estudio destaca a Chile por ser el país donde a pesar de producirse un tercio del salmón certificado que después se vende al resto del mundo (31%), es donde se presenta la mayor cantidad de irregularidades.

De hecho, el informe indica que el 29% del sector chileno está certificado, pero si se le compara a escala global, las piscifactorías de nuestro país tienen la cifra más elevada de incumplimientos por auditoría: con 3,8 graves y 9,3 leves.

El "Global Review of the Aquaculture Stewardship Council's Salmon Standard", es el primer estudio que examina el cumplimiento de la norma ASC por parte de 257 granjas, en las principales regiones de cría de salmón en Noruega, Australia, Canadá, Chile y Escocia, desde su primera certificación en 2014 hasta el 15 de marzo de 2018. En el caso de nuestro país, se revisaron 69 granjas certificadas por ASC.

El estándar de salmón de ASC exige el 100% de cumplimiento para una certificación exitosa. Pero el informe encontró que en la práctica, ni el estándar ni el documento de orientación de los auditores se están siguiendo como corresponde.

"En cambio, las variaciones e interpretaciones operan como enmiendas de facto de esos documentos, mientras que las revisiones operativas se han utilizado para alterar formalmente, y debilitar, la norma", concluye el estudio.

La investigación analizó el no cumplimiento de los límites de varios criterios como "Conservar el hábitat natural, la biodiversidad local y la función del ecosistema" o "Manejar las enfermedades y parásitos de manera ambientalmente responsable", entre otros.

Por ejemplo, cuatro piscifactorías empleaban más tratamientos antibióticos de los permitidos por la norma, mientras que una granja sufrió alrededor de 10.000 escapes. "La ecocertificación por una organización de tanta reputación como el Aquaculture Stewardship Council debería indicar granjas con excelente desempeño que cumplen todos los criterios, sin excepción.

En lugar de esto, encontramos que solo el 20% a nivel mundial está cumpliendo con todos los criterios establecidos", indicó Kelly Roebuck, autora del estudio.

En Chile

Según la investigación, ninguna de las casi 70 granjas chilenas tenía un acuerdo de administración que cumpliera con todos los requisitos de la norma (no menciona a las empresas). Además se detalla que se mantuvo el certificado ASC a pesar de haber incumplido el criterio de alto uso de antibióticos o un gran evento de escape.

En cuanto a transparencia, el documento de SeaChoice dice respecto a la industria chilena: "Si bien los sitios web albergaban la mayor parte de la información requerida, esta información era típicamente fragmentaria, inconsistentemente presentada y no siempre actualizada. A menudo, faltaba la métrica de Pérdida Inexplicable Estimada (EUL) para las granjas chilenas".

Arturo Clément, presidente de SalmonChile, le resta dramatismo al estudio. "La verdad es que esta ONG es bastante extrema y creo que el análisis que hace es injusto, ya que la industria del salmón chilena tiene el 74% de los cultivos certificados, donde cerca del 30% corresponde a ASC.

Y este último porcentaje es una muy buena noticia, ya que ASC es una certificación muy compleja", dice Clément, agregando que es un nivel similar al que tiene Noruega.

El líder de este gremio indica, además, que hay que ver el vaso medio lleno, tomando en cuenta que ASC lleva muy pocos años a nivel mundial y para lograr su aprobación se requiere al menos un año de trabajo. "Es un proceso lento, pero seguiremos avanzando", señala Arturo Clément.

Más que referirse al estudio, Gerardo Balbontín, gerente general de Blumar, prefiere destacar que "la sostenibilidad al interior de la industria salmonera es un imperativo y un desafío permanente.

En Blumar este área es una parte clave en nuestro modelo de negocio, ya que entendemos que no sólo debemos generar valor para nuestros accionistas, sino también para la comunidad y sociedad en la cual estamos insertos. De tal modo que cada decisión se evalúa considerando las variables económicas, sociales y ambientales", dice Balbontín.