Desde hace un tiempo los criterios ESG (Environmental, Social and Governance, es decir, con compromisos ambientales, sociales y de gobierno corporativo) se han hecho cada vez más conocidos y han adquirido más importancia, tanto para inversionistas como para consumidores, a la hora de tomar decisiones estratégicas y evaluar a las empresas.
En Chile, de acuerdo a un análisis realizado por el centro de excelencia en ESG de Evalueserve -empresa de soluciones analíticas y business intelligence-, existe un alto nivel de divulgación ESG de las empresas locales en comparación con sus pares internacionales. El estudio comparó las 30 empresas chilenas que conforman el índice S&P IPSA con 3.000 firmas de otros países en base al reporte “Sustainability Disclosure Practices: 2022 Edition” divulgados por The Conference Board.
Romain Corre, vicepresidente asociado de Professional Services en Evalueserve Chile, destaca que la diferencia que se produce en este alto nivel de divulgación puede deberse a que el análisis considera solo a las empresas públicas más grandes, lo que inevitablemente generaría un sesgo. “No obstante, considerando el tamaño del país y de las empresas, puede decirse que existe una tendencia positiva, porque incluso las empresas de menores ingresos dentro del grupo tienen altos niveles de divulgación, ya sea a través de informes de sustentabilidad, sitios web o a través de la Comisión para el Mercado Financiero (CMF)”.
En efecto, la difusión de estas empresas en la dimensión medio ambiental supera con creces a sus pares extranjeros, considerando que más del 73% de las empresas chilenas exponen alguno de los indicadores considerados en este análisis. “A este respecto, se destaca que el 97% de las empresas divulgan sus riesgos asociados al clima, mientras que solo el 40% tiene una política de protección de la biodiversidad. En cualquiera de los casos, estos porcentajes sobrepasan significativamente a los registrados en los índices de empresas extranjeras considerados”, indica Corre.
Otro criterio prioritario es la gobernanza. Según indica el análisis de Evalueserve, los riesgos asociados a dicha dimensión son los que predominan en los distintos sectores industriales de las empresas del IPSA. Al respecto, el ejecutivo agrega que “esto podría contrastar con la amplia divulgación que hacen las empresas con respecto al medio ambiente, sin embargo, Chile es un país muy expuesto al cambio climático y actualmente la severa sequía que se viene registrando desde alrededor de 15 años en la zona central, es el foco de atención de las grandes empresas. El alto porcentaje de divulgación relacionado con la extracción de agua, con el 90% de las empresas, solo viene a corroborar esta situación”.
Ahora bien, las empresas del IPSA demostraron tener un bajo desempeño en otros criterios, siendo uno de ellos el ámbito de la igualdad de género, una discusión que lleva años sobre la mesa. De acuerdo con el análisis, los porcentajes de inclusión de la mujer en las compañías chilenas en todo nivel -directorio, gerentes y trabajadores- son siempre más bajos que en las empresas extranjeras.
Sobre la relación entre mujeres y hombres en la tasa de participación en la fuerza laboral, el ejecutivo señala que, a nivel país, Chile está muy por debajo de los países OCDE y en la media de los países de Latinoamérica y el Caribe, mostrando una tendencia entre estable a muy bajo crecimiento.
Del mismo modo, otro ítem que no está del todo cubierto por las empresas chilenas es la evaluación más completa de la cadena de suministro o abastecimiento en su impacto ambiental y social, siendo superadas por las firmas que conforman el índice S&P 500.
Lo anterior ya que las empresas extranjeras tienen procesos más establecidos para evaluar a sus proveedores, contratistas, entre otros, desde el punto de vista medioambiental -por ejemplo sus emisiones CO2, residuos, uso de agua- y social -por ejemplo, el respeto de derechos humanos-. Mientras, las empresas chilenas tienden a concentrarse principalmente en sus operaciones propias.
Buena posición para la nueva regulación de la CMF
El estudio concluye que muchas empresas chilenas anticiparon la necesidad de transparencia en temas de sustentabilidad y se adelantaron a los requerimientos de la nueva regulación de la CMF.
La norma 461, que fue publicada el 12 de noviembre del 2021 e incorpora exigencias de información sobre sostenibilidad y gobierno corporativo en las memorias anuales de las empresas, ha puesto el énfasis en el uso de las métricas de SASB (Sustainability Accounting Standards Board), organización que ayuda a empresas en el mundo a identificar, manejar y reportar los temas de sostenibilidad que más importan a los inversionistas. Esto a través de 26 temas de sostenibilidad que se organizan bajo cinco dimensiones ESG (capital social, capital humano, modelo de negocio e innovación, liderazgo y gobernanza y medio ambiente).
El ejecutivo de Evalueserve Chile destaca como un buen avance el hecho de que el 57% de las empresas que componen el IPSA ya ocupan el estándar SASB. “Asimismo, cabe destacar que el marco más usado es el relacionado a la alineación con los ODS (Objetivos de Desarrollo Sostenible) utilizado por el 90% de las empresas del IPSA, seguido por los índices GRI (Global Reporting Initiative) y UNGC (United Nations Global Compact) con un 87% cada uno, dando cuenta de que las empresas chilenas tienen experiencia en el uso de estándares internacionales y la incorporación de SASB no debiese representar una gran dificultad”, puntualiza.