La Unión Europea (UE) obtuvo autorización de la Organización Mundial del Comercio (OMC) para imponer aranceles a productos estadounidenses por valor de US$4.000 millones, pero probablemente no atacará antes de las elecciones presidenciales de Estados Unidos el próximo mes, según tres funcionarios familiarizados con las perspectivas de la UE.

La magnitud de la decisión de la OMC sobre la ayuda estatal ilegal que EE.UU. brindó a Boeing Co. fue reportada por Bloomberg el mes pasado. El permiso es inferior al fallo de US$7.500 millones otorgado a EE.UU. el año pasado en una disputa paralela contra Airbus SE, el rival europeo de Boeing.

La UE ha elaborado una lista de productos estadounidenses a los que aplicará los impuestos. Aunque apunta a industrias políticamente importantes para el presidente Donald Trump y sus aliados republicanos, como de aeronaves, carbón, productos agrícolas y mariscos, el bloque probablemente esperará hasta después de las elecciones del 3 de noviembre en EE.UU. para ver si es posible un acuerdo, dijeron los funcionarios, que pidieron no ser identificados pues las negociaciones son privadas.

Al esperar, el bloque de 27 naciones puede intentar reiniciar las débiles conversaciones con Trump mientras espera a ver si las discusiones podrían tener mejor rumbo en caso de que el exvicepresidente Joe Biden, el retador demócrata que lidera varias encuestas nacionales, gane las elecciones. Tanto Boeing como Airbus pidieron que se reanudaran las conversaciones después de que se hiciera pública la decisión.

El jefe comercial de la UE, Valdis Dombrovskis, dijo en Twitter que la UE “volverá a comprometerse de inmediato con EE.UU. de manera positiva y constructiva para decidir sobre los próximos pasos. Nuestra fuerte preferencia es por un acuerdo negociado. De lo contrario, nos veremos obligados a defender nuestros intereses y responder de manera proporcional”.

Anteriormente ha señalado la dificultad de negociar con la actual Casa Blanca.

“Probablemente bajo un nuevo Gobierno sería más fácil porque sabemos que infortunadamente la Administración Trump está apoyando esta acción unilateral en áreas comerciales, lo que está creando muchas tensiones y problemas”, dijo Dombrovskis a los miembros del Parlamento Europeo a principios de este mes.

La oficina del Representante de Comercio de EE.UU. dijo en un comunicado tras la adjudicación de la OMC que todavía no había “base legal” para los aranceles de la UE sobre productos estadounidenses e indicó que la próxima concesión debería provenir de Bruselas.

“Estamos esperando una respuesta de la UE a una propuesta reciente de EE.UU. e intensificaremos nuestras negociaciones en curso con la UE para restaurar la competencia justa y la igualdad de condiciones en este sector”, dijo Robert Lighthizer, representante de Comercio de EE.UU.

Desde mediados de 2018, EE.UU. ha impuesto aranceles sobre el acero y el aluminio europeos y ha amenazado con aranceles sobre miles de millones de dólares en productos de la UE si Francia y otras naciones de Europa materializan sus planes de recaudar impuestos sobre empresas digitales como Facebook Inc. y Google, de Alphabet Inc.

La UE está bajo presión de algunos países miembro para contraatacar, particularmente de aquellos cuyos productos hacen frente a aranceles estadounidenses tras el caso de la ayuda de Airbus. Francia, cuyas exportaciones de vino se han visto afectadas, se encuentra entre ellos.

“Dado que EE.UU. no está retirando sus propios impuestos sobre nuestros productos, deberíamos reequilibrar el equilibrio de poder y demostrar que nos matenemos firmes”, dijeron el ministro de Finanzas francés, Bruno Le Maire, y el ministro de Comercio, Franck Riester, en un comunicado conjunto. “Es por eso que la UE debería imponer sanciones tan pronto como la OMC lo haya autorizado formalmente”.

La UE ha esperado durante meses la luz verde de la OMC, que originalmente estaba prevista para el primer semestre del año y se vio frenada en parte por la pandemia de coronavirus. La demora adicional frustró a los funcionarios de la UE porque extendió el período de desequilibrio durante el cual EE.UU. tuvo en vigor medidas de represalia y el bloque no.

Ahora, la proximidad de las elecciones presidenciales de EE.UU. ha agregado un factor político complicado al frenar el instinto de contraataque antes de que la UE sepa con quién tratará en Washington.